Cientos de pichileminos tributaron hace un rato, una masiva despedida al amigo y servicial pichilemino, Jaime Alberto Urzúa Aliaga, de 45 años, quien falleció en un accidente de tránsito el lunes recién pasado.
Muchos de quienes supieron de un gesto amable, de su amistad, de algún servicio -a cambio de nada- hoy con mucho dolor, congoja, le devolvieron la mano y asistieron a la parroquia Inmaculada Concepciòn a la misa que se ofició en su memoria. Y tras el acto litúrgico, otros tantos le siguieron en cortejo al camposanto local.
Muchas caras -de familiares que residen en otras ciudades- estuvieron también en el último adiós a Jaimito; con algunos de los cuales «pichilemunews» pudo conversar brevemente, para expresarles las condolencias; como por ejemplo a Luis Aliaga Martínez y a su hija mayor, con la cual más de alguna vez -junto a sus hermanos- jugamos como vecinos en Avenida Ortúzar, allá por los años 50.
Momentos de tristeza, pero también de alegría tras un saludo y palabras de aliento, ante la irreparable pérdida de un pichilemino sencillo, que sembró más que nada: amor y servicio a sus semejantes.
