De partida, si concreta la desaparición eventual de “Notas de Pichilemu”, lo lamentamos, pues es la comuna quien pierde un medio que ha estado dando información permanente -cada mes, de Octubre del año pasado- sobre temas tremendamente importantes y que son cruciales para el destino de Pichilemu. Nos referimos al tema medio ambiental y donde apoyando a la mayoría de la comunidad, que se opone a la solución que plantea e impulsa la empresa sanitaria y que para ellos, es la construcción de un Emisario Submarino.
Como todo el mundo -excepto los ignorantes- esa solución “pasó a la historia” hace rato, reemplazándose por tecnologías más modernas. De hecho esos sistemas han sido erradicados en muchos países del mundo por la contaminación de sus mares, a tal punto que prácticamente no vacacionan en sus respectivos países, sino en los que le merecen mayor seguridad en cuanto a contaminación.
Esperamos que, tal como lo señala su editor y director, si se suspende, que ello sea pasajero y que los comerciantes comprendan y apoyen a las publicaciones con AVISAJE, la única forma de sostener una publicación, sobre todo si es autónoma.
PRENSA EN EL TIEMPO
Pichilemu tuvo su primer periódico el año 1908, a través del PUERTO, que duró exactamente tres números. Luego, el año 1917, apareció EL MARINO que alcanzó a sacar 33 números; ambas publicaciones del sanfernandino Augusto Ramírez, periodista de vasta trayectoria que edita en la capital colchaguina otras publicaciones.
En el año 1944, Carlos Rojas Pavez -junto a Miguel Larravide Blanco y José Arraño Acevedo, como colaboradores- funda el PICHILEMU, el que saca ocho números ese año. El N° 9, aparece el año 1949, el N° 10 -en una reedición a cargo de Washington Saldías González- aparece hasta el año 1992, con la edición N° 38, donde la democracia lo “aniquiló”. Increíble, pero es cierto.
El año 1996, el PICHILEMU aparece nuevamente, bajo la dirección del abogado Carlos Carmona Plá; pero aunque sus objetivos era consolidarlo, no sacó ninguno más, hasta ahora, donde sigue durmiendo.
El 2000, de la mano de Félix Calderón Vargas aparece “El Expreso de la Costa” alcanzando a sacar casi la docena de ediciones mensuales. Y, tras estar casi cinco años durmiendo, en octubre del año pasado reaparece hasta hoy.
Debemos decir que, entre medio, ha habido otras publicaciones, como ediciones mimeografiadas como “El Pichilemino”, un órgano de la Secretaría de la Juventud en los tiempos del gobierno militar.
Asimismo, en 1997, fundamos “El Progreso” el que dirigido por el periodista peruano Bernabé Saldaña Vargas, salió en dos ediciones.
