Así lo señala el Plan Maestro del Tren del Vino, elaborado en el 2000, como una forma de lograr los apoyos de diferentes entes gubernamentales; cosa que lograron -y no solo apoyos de “buena crianza”- sino también, recursos económicos.
Es más, señalan en su plan maestro que “con este objeto, proponemos un modelo inicial, de distribución de una eventual utilidad económica”.
Es así, como indican que del 100% de utilidades que obtengan, un 50% se destinará para la recuperación del Ramal de Peralillo a Pichilemu; otro 25% se destinará a la restauración de otro material ferroviario; y el 25% restante, al Plan de Comercialización permanente de la Corporación del Vino.
Para ello se programaron cuatro acciones:
1) Definir modelo inicial de operación (frecuencias, servicios, tarifas).
2) Inaugurar oficialmente el tren del Vino.
3) Desarrollar un proceso de marcha blanca, sobre modelos propuestos durante los primeros seis meses.
4) Evaluar el impacto.
Pero algo extraño está sucediendo. Por un lado no están cumpliendo su plan maestro y, además -como las autoridades de todos los niveles- se hacen los sordos con la “venta de rieles y durmientes” que ha realizado EFE. Ni siquiera han dicho esta boca es mía. Están mudos, haciéndose cómplices del “empelotamiento del resto del ramal”.
¿Se olvidan de los aplausos brindados al ahora ex Presidente Ricardo Lagos cuando anunció -en la inauguración del Tren del Vino- que la próxima etapa sería llegar a Pichilemu?
MENTIROSO
Una vez más los famosos “mandos medios” han dejado nuevamente de mentiroso a un Presidente de la República.
Parece éste un mal de la región, pues no es esta la única oportunidad.
1) La Carretera Costera se haría “antes que cumpliera su mandato”.
2) El alcantarillado y Planta de Tratamiento de Aguas Servidas “la estaré inaugurando antes de que expire mi mandato”.
3) Aparte de la promesa del Tren del Vino, entre otras.
PARA QUÉ SIRVEN
¿Qué es el Consejo de Defensa del Estado?, ¿para qué sirve?
Es una pregunta que surge al ver cómo trabajan algunas instituciones del Estado y nos hace recordar esa manida frase: “dejen que las instituciones funcionen”.
Es evidente que algunas funcionan como la “grasa de caballo”.
Ejemplos para aplicarlos en esta y otras instituciones, como la Contraloría General de la República, el Consejo de Monumentos Nacionales; las cuales demuestran una inoperancia, como si cada funcionario ahí estuviera trabajando por “amor al arte”. Sacrificándose estoicamente por la Patria.
Y el ciudadano común que se interesa y preocupa por viles acciones y que “se pasan las leyes” por donde mejor les parece, nos hace preguntarnos para qué están, o qué están esperando para actuar.
Porque no nos cabe en la cabeza -por ejemplo- que funcionarios del Consejo de Monumentos Nacionales den como respuesta hace más de dos meses- que “no saben nada acerca de acciones que AFECTARÁN monumentos nacionales” y agregan que averiguarán y oficiarán a los organismos correspondientes para corregir tales acciones. Sin embargo, todo sigue igual.
Consultamos qué pasa y nos responde un funcionario que él ya no es Secretario Ejecutivo del CMN y que él “más no puedo hacer”.
¡Viva CHILE mierda!!
