Nunca está demás un consejo, pues si es bien intensionado le puede salvar de –al menos- un muy mal rato. Circula vía mail una práctica que está poniéndose en boga según lo que relata. Una manera más de robo, de asalto, donde mediante un engaño a las feminas, éstas han perdido lo mucho o poco que han andado trayendo consigo.
Como a los ladrones en este país –por muy ingeniosos los métodos que empleen- igual se descubren, aunque ello no signifique que por ello paguen sus delitos, siempre están los maldadosos tratando de emplear argucias, antimañas para delinquir.
Pronto la opinión pública conocerá de ciertos malandrines y –ojalá- el modus operandis de ladrones de cuello y corbata. Y así los dineros que son para fines nobles, sean ocupados verdaderamente en proporcionar elementos, implementos, infraestructura, formación, a nuestros deportistas, por ejemplo.
Pero vamos a lo que –según nos comenta una amiga a través de internet- está ocurriendo en centros comerciales: En los estacionamientos de éstos, en los servicios higiénicos de estos lugares, ya un par de hombres o mujeres se le aproximan a una mujer y le preguntan qué tipo de perfume usan, y si les gustaría probar –sin compromiso- otro en una atractiva botellita. La que acepta es una víctima segura de robo, exponiéndose incluso a cosas peores. Puesto que el perfume es “éter”, lo cual sume casi instantáneamente a la persona afectada en un profundo sueño.
Los malandrines aprovechan para robarle su cartera, reloj, celular, joyas y ropa, y desaparecen, dejando a la víctima en el suelo hasta que alguién las descubre.
Pero cuando la víctima vuelve en sí, no recuerda nada, excepto que le ofrecieron oler un perfume que no era tal, sino una substancia somnífera.
Esto ha ocurrido en el Plaza Oeste de Santiago, pero puede ocurrir en cualquier parte.
¡¡Cuídese!!, en este país hay más ladrones de lo que uno supone y están en todas partes. Los únicos que “no se dan cuenta” son quienes están administrando el país.
UN CONSEJO QUE A MÁS DE ALGUIÉN PUEDE SERVIR, PUESTO QUE TODOS ESTAMOS EXPUESTOS A QUE NOS ROBEN