Mañana a las 8 horas AM la fuerza pública estaría cumpliendo con una resolución que permitirá ABRIR CALLES CERRADAS en el balneario de Pichilemu. Entre ellas, la Calle Vecinal del sector Villa Lugano en el sector sur oriente de Infiernillo, la que permanece cerrada por un particular desde hace unos cuatro años a lo menos.
Si ello se cumple efectivamente, se estaría RESTABLECIENDO un derecho esencial de los ciudadanos a transitar libremente por los Bienes Nacionales de Uso Público, como son las calles, avenidas y áreas verdes, conculcado por un particular. Es decir, los vecinos del sector -como otros de cualquier lugar- podrán transitar libremente por esas arterias cerradas al tránsito peatonal y vehicular; obligándolos hasta ahora a dar largos rodeos para acceder a sus viviendas.
CALLE VECINAL
«pichilemunews» conoce cada detalle de estas situaciones irregulares, anómalas, que se han enseñoreado en Pichilemu. Y las cuales ha denunciado y gestionado -sin éxito ante la desidia de las autoridades- por largo tiempo.
Hoy felizmente se estaría actuando y nos alegramos por los vecinos que han visto por años cómo se pisotean sus derechos.
Por otra parte, sabenos de los derechos que tienen los dueños de un retazo de terreno colindante con aquella calle Vecinal. Pero esos derechos -hay que decirlo- pertenecen a una Sucesión que integran los actuales ocupantes, pero también pertenecen a otros integrantes de esta Sucesión.
Hasta el momento del cierre de la Calle Vecinal, como de la calle San Fernando y Rancagua, en el sector, esos derechos estaban siendo ejercidos solo por uno de los integrantes de aquella Sucesión, atribuyéndose una propiedad que no le pertenece en su totalidad. Es más, construyó una o dos viviendas sin tener Permiso de Edificación. Y hasta donde estamos informados, el anterior Director de Obras, ordenó paralización de obras que no cumplió.
Por la misma razón de no contarse con Poseción Efectiva, no se podía autorizar Permiso de Construcción.
Esperamos que a la fecha, junto con la APERTURA DE ESAS CALLES, la propiedad del retazo de terreno esté en regla y sus propietarios puedan regularizar su situación habitacional y vivir en paz con los vecinos y no en las condiciones que en un momento eran propias del far west, poco menos.