Una carta a parlamentarios de la Concertación y de la Oposición envió ayer, el abogado Ricardo Mauricio Ramírez, donde pone de manifiesto la situación procesal que afecta a la primera autoridad comunal de Pichilemu, Jorge Vargas González, donde incluso está sentenciado en primera y segunda instancia por el delito de cohecho. En tanto, en una arista del anterior, está formalizado por el delito de Inducción a testimonio falso, en un juicio que la defensa del edil está dilatando, pese a que ellos dicen eufemísticamente que están haciendo uso y/o derecho que les permite la ley.
La nota expresa que el delito cometido hace más de tres años, contrasta con los resultados de situaciones similares -lo que también extraña a buena parte de la opinión pública pichilemina- con su camarada y alcalde de Coquimbo, quien está alejado de su cargo por la Justicia, en tanto el alcalde de Pichilemu sigue ejerciendo el cargo.
Como ya lo mencionamos, la nota va dirigida a parlamentarios, cuyos nombres son los siguientes: Evelyn Matthei (UDI), Jorge Pizarro (DC), ambos senadores de la IV Región; al senador de la hoy XV Región, ex I Región, Fernando Flores (PPD), pero cuyo alejamiento es inminente; el senador Sergio Romero (RN) por la V Región; el senador Baldo Prokurica (RN) de la III Región; el senador Mariano Ruiz (DC), de la VIII Región; el senador Pablo Longueira (UDI) de la Región Metropolitana. Como también, a la Presidencia del Senado, que dirige el ex Presidente Eduardo Frei.
Asimismo, a los diputados Jorge Burgos (DC) y Pablo Lorenzini (DC), Marco Enríquez-Ominami (PS), Fulvio Rossi (PS), Isabel Allende (PS), Maximiano Errázuriz (RN), Francisco Chaguán (RN) y Nicolás Monckeberg (RN), Cristián Monckeberg (UDI), J. Kast (UDI) e Iván Moreira (UDI), y Alvaro Escobar (ex PPD). Y al diputado T. Jiménez y Masa (a los que no identificamos a qué tienda pertenecen).
El texto dice lo siguiente:
Honorables Parlamentarios:
Estoy desde hace más de 4 años en una batalla judicial contra la Corrupción en nuestra querida comuna de Pichilemu. En estos momentos, estoy solo como abogado particular contra la defensa del Alcalde Jorge Vargas González, compuesta, en total, por unos 14 Abogados. La primera causa por cohecho, se encuentra en la Corte Suprema, bajo el ingreso 5520-2006, ya que la defensa dedujo Casación (de) Fondo en contra de la Sentencia que lo condenó por unanimidad en la Corte de Apelaciones de Rancagua en Septiembre de 2006. Además, Vargas fue formalizado y acusado por Inducción al falso testimonio, ya que en la causa que tramito por cohecho, el Condenado Vargas presentó dos testigos falsos pagados, durante el Plenario, a quienes la justicia logró desenmascarar y quienes fueron condenados por el Tribunal de Pichilemu, por sentencia firme y ejecutoriada.
Han dilatado la entrada a juicio oral por la inducción al falso testimonio como en ningún otro proceso en que tenga conocimiento. Entre sus Abogados: Carlos Castro, Roberto Celedón, Felipe Polanco, Visitación Carrillo, Claudia Ojeda Celedón, Flavio Parada, por nombrar algunos.
Curiosamente, este personaje, literalmente de la misma Escuela del Alcalde de Coquimbo, ya que fueron compañeros de Universidad, sigue ejerciendo como Alcalde, debido a un impresentable vacío legal que no contempla la suspensión del cargo mientras la pena asignada al delito no sea aflictiva. Así es, Jorge Vargas sigue hasta el día de hoy ejerciendo como Alcalde.
Espero que tomen nota de este caso.
Lo que les pido encarecidamente, es que elaboren, presenten y aprueben un simple proyecto de Ley que impida a cualquier funcionario público investigado por delitos que merezcan pena corporal, que ejerza sus funciones mientras sea investigado o acusado. Es impresentable que él, objetivamente condenado Alcalde de Pichilemu, confirmada esta sentencia por cohecho en Rancagua por unanimidad; formalizado y acusado, además, por inducción al falso testimonio, CONTINUE EJERCIENDO EN ESTAS INACEPTABLES CIRCUNSTANCIAS COMO PRIMERA AUTORIDAD DE LA COMUNA DE PICHILEMU, CAPITAL DE LA PROVINCIA DE CARDENAL CARO, siendo que el delito en comento fue cometido en el verano de 2003, fue grabado en video, con frases elocuentes como «por último déme 50 lucas,» o «cerramos en 500 mil» o «Vamos, vamos, vamos arreglando pues».
Sepan que mi molestia no es gratuita, como si lo ha sido todo mi trabajo profesional en este proceso. Sepan que muchos jóvenes como yo, estamos desilusionados de la clase política y sinceramente espero que ustedes sean la excepción y se interesen por lo que ocurre en la comuna con las mejores OLAS de sudamérica: Pichilemu.
Saluda muy atentamente,
Ricardo Mauricio Ramírez Zúñiga
Abogado
