Esta temporada veraniega, tras intentos fallidos, el sistema de aparcamiento o cobro por derecho a estacionamiento en las calles más céntricas de Pichilemu se licitó, recayendo en Silvia Martínez, esposa de Miguel González, ex candidato a concejal, ex dirigente del PPD.
El hasta hace poco asesor-empleado del concesionario de la recolección y disposición de la basura, Luis Hernán Pavez, se sacó el “overol” y se transformó -en medio de una nueva polémica- en empresario, pues es él quien dirige esta empresa que esta a cargo del sistema de aparcamiento.
Y decimos que es él -sin ningún ánimo de crucificarlo, ni mucho menos- pues ante los dimes y dichos de que esta empresa sería un “palo blanco”, es él quien aparece haciendo frente a esos cargos, señalando enfáticamente que no es así. Si reconoció que contó con apoyo para rendir las cauciones requeridas en las bases de licitación, exigidas por el municipio pichilemino.
Asimismo, reconoce su amistad con uno de los concejales y que habría sido apoyado por el abogado que trabaja como asesor jurídico de la Municipalidad, pero un apoyo menor y que optó por desligarse para evitar suspicacias, debiendo arrendar una oficina -dice- a una hermana del Intendente; pero se apura en aclarar -ante los mal pensados- que eso tampoco significa que haya contado con apoyo de esa autoridad regional.
COBRO
Debemos señalar que no obstante los problemas existentes entre algunos comerciantes, que felizmente están decreciendo -según lo declara Miguel González- el derecho a aparcamiento o estacionamiento es un cobro que está adoptado prácticamente en todas las ciudades y es un derecho legal, que es normado por cada municipio, por el derecho a estacionar o aparcar por un espacio de tiempo determinado.
Habrá de saberse que las calles y avenidas son parte de los BIENES NACIONALES DE USO PÚBLICO (como lo son también, las plazas áreas verdes, parques, entre otros), pero que en el caso de las calles o avenidas SON PARA TRANSITAR y no necesariamente para ser usadas como estacionamiento permanente de vehículos. Y en el caso de los negocios y establecimientos comerciales, son éstos quienes deben contar con recintos para que sus clientes puedan estacionar.
En los últimos años, el municipio ha optado -a través de concesionarios- y también brindándoselo a instituciones sociales, para que éstas puedan reunir recursos para poder funcionar medianamente durante el año. Es así, como en años anteriores a beneficiado este cobro a la Cruz Roja (hoy sin funcionar), a la Banda Municipal, a la beca “Cardenal Caro” (apara incrementar los recursos que destina directamente el municipio para estudiantes), entre muchas otras.
Hoy, se ha optado por entregárselo a un privado; pero se ha dicho que el valor pagado por el Concesionario será repartido para otorgar igualmente subvenciones a diversas instituciones. Lo que de verdad, así esperamos, pues sabemos que la necesitan realmente.
Ahora bien, el cobro establecido en las Bases, es de 180 pesos. Para algunos es una cifra alta, para los menos está bien.
Pero si lo vemos positivamente eso ayuda -por una parte- a que ese negocio sea bueno y funcione -que es lógico que se aspire a eso or lo demás- y, por otra, al usuario a usar el estacionamiento estrictamente lo necesario para que no se le dispare y afecte al bolsillo.
O buscar alternativas de calles -sin cobro de estacionamiento- y caminar hasta el lugar que precisa. Caminar no hace mal a nadie y es un buen ejercicio.
