Dentro del tejido social de nuestra sociedad aparecía como una subcategoría la calidad despectiva de quienes pertenecían o eran los «rotos». Sin embargo fueron estos rotos quienes permitieron a esa sociedad chilena de antaño a salir incólume de los rigores de las guerras que -por diversas causas- debió enfrentar nuestro país con Perú y Bolivia.
Por años, la gratitud popular -¿de quien otros podía ser?- reconocía y recordaba cada 20 de Enero el «Día del Roto Chileno», para honrar la memoria de cientos de miles que dieron su vida.
En algunas ciudades se erigieron monumentos. En la capital del país, el monumento al Roto Chileno está emplazado en la Plaza Yungay, nombre muy unido a una de las gestas más gloriosas de las campañas en el Perú. En otras ciudades y comunas, cada 20 de Enero se realizaban actos conmemorativos. En otras, se distinguían a personas destacadas en la vida y con valores y características de esos bravos.
Hoy, por desgracia, solo unas pocas comunas mantienen vivo el recuerdo hacia esos rotos chilenos.
«Los pueblos que no son capaces de valorar su historia, no tienen la fortaleza para mejorar su destino».
Si bien muchos podrían no estar plenamente de acuerdo con esta frase, no deja de ser preocupante que nuestra sociedad no vea claramente la luz al final del túnel, pues si bien hay avances materiales en algunos aspectos, nuestros valores que sustentan y que nos diferencian de otros pueblos, están siendo olvidados, pisoteados.
Y que quede claro, nuestra personal visión no trata de que los valores perdidos sean un motivo de exacerbar tampoco nacionalismos trasnochados, sino simplemente mantener en nuestra memoria -y la de nuestros hijos- a quienes nos legaron esta patria libre, con todos sus virtudes y defectos; pero que de un modo u otro, tiene mucho de que enorgullecernos.
EN EL DÍA DEL «ROTO CHILENO» GLORIA A QUIENES NOS HACEN SEGUIR ORGULLOSOS DE NUESTRO PASADO