LA EMOCIÓN DEL CIRCO PRESENTE EN PICHILEMU 2007 CON DOS ESPECTÁCULOS SIMULTÁNEOS

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LA EMOCIÓN DEL CIRCO PRESENTE EN PICHILEMU 2007 CON DOS ESPECTÁCULOS SIMULTÁNEOS

Platacho, Pollito, Chamaco, Pepino, Zanahoria, Chalupa, Ñico, Chupete, Panchito, Caluga y Pintín son algunos de los famosos tonies y payasos chilenos que han llevado el nombre de nuestro país fuera de las fronteras, ganándose no solo el aplauso del público, sino el cariño y reconocimiento por su talento artístico.
Por cierto, en nuestros recuerdos de infancia el circo con su magia nos retrotrae a momentos de felicidad, de risas. Y hoy, la temporada veraniega de Pichilemu nuevamente nos hace revivir esos momentos de felicidad, pues no solo hay un Circo, sino dos opciones que usted puede visitar y revivir ahora junto a sus hijos o nietos, pasando momentos agradables y a precios al alcance de todos, para ir en familia.
En efecto, cercano a la Avenida Costanera, más precisamente en la intersección de las calles José Joaquín Prieto y Evaristo Merino, están el Circo Grecia Internacional y el Circo Internacional Hermanos Valencia, cada uno con sus atracciones de acrobacias, payasos, trapecio, equilibristas, malabaristas, animales, entre otros números.
Cada noche a partir de las 22 horas por espacio de casi dos horas usted podrá disfrutar de la magia de espectáculos sanos, blancos, donde lo pasará -sin ninguna duda- agradablemente bien.

LA EMOCIÓN DEL CIRCO
Es el título de una crónica que hemos rescatado de una revista EN VIAJE de Noviembre de 1961. Su autor, Máximo Castro Bobadilla escribe: “Siempre me han agradado los circos con sus mágicos encantos. Cuando niño, una de las alegrías más grandes de mi vida consistía en ver la llegada de los circos, los que sucesivamente aparecían por mi barrio con sus carpas desteñidas y gastadas por el tiempo.
La plaza (…) se vestía de fiesta y hasta los gorriones y jilgueros abandonaban sus frágiles nidos para cantar y revoletear de un lado a otro, con la llegada de los músicos, que a los cuatro vientos anunciaban las funciones primaverales.
Las niñeras lucían orgullosas sus nevados delantares y más de algún galán humilde, ilusionado y nervioso, apresurado recorría la plaza en busca de alguna amiga improvisada para asistir acompañado al debut”.
Más adelante, el autor de esta crónica circense, señala: “Los circos de antaño olían a pobreza hasta por los agujeros de sus fatigadas carpas, pero sus artistas eran muy buenos, entre los que destacaban sus tonies y payasos, siempre simpáticos y chispeantes. Sus gracias las combinaban con volteretas y cachetadas que sacaban aplausos a granel. Las carpas que encierran tantas alegrías como tristezas, se distinguían por sus vistosos parches multicolores, zurcidos descuidadamente con hilo y cordeles”.
¡Eran pobres los circos de antaño!, pero cada cual salía con una risa y felicidad reflejada en el rostro, tras cada función.
Nuestro país tiene una tradición circense. Nuestros circos recorrían el país y muchos de éstos quedaron en el recuerdo como por ejemplo el Circo de los Hermanos Millas, el Circo de los hermanos Farfán, como también personajes asociados al circo, como el señor Corales, Montes de Oca, los Beltrán, los Droguet, los Pacheco, los Riquelme.
Hoy los nombres son los Manzini, los Azócar, los Reyes, los Cárdenas, los Gómez, los Cayofas, entre muchos otros.

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