¿Quién no se bailó un temita de Tom Jones en la década de los setenta? Muchos, ¿verdad?, pero justo ayer cuando esperábamos ver completa su actuación, la invitación de un familiar al Pepe Cuerbo Pub -sin que ello signifique estar arrepentido ni mucho menos- nos privó de ver y oír a aquel otrora minero galés que sigue regalando canciones como en sus mejores tiempos con su potente voz y particular estilo.
A través de la televisión, aunque sea parcialmente, ya lo podremos apreciar. Lo otro era ineludible. Era sí o sí.
Al ver algunos medios, el que más refleja -según nuestra opinión- lo que fue su presentación de anoche, es www.terra.cl
Los invito pues, a leer lo que escribió la periodista Carola Reyes:
VIÑA DEL MAR, febrero 23.- No fue necesario que se las diera de «domador» para echarse al bolsillo a la Quinta Vergara repleta, porque Tom Jones desde el segundo uno de su show al inicio de la segunda noche del Festival de Viña dejó más que claro que el famoso «monstruo» estaba ahí para brindarle una de las ovaciones más emocionantes de las que se tenga memoria y gritarle a coro repetidamente «ìdolo».
Con cuarenta años de carrera a cuestas el galés dictó cátedra de súper estrella con carisma, buen sentido del humor, una bien conservada voz profunda y aterciopelada y sus clásicos pasos de bailes que arrancaron gritos de las féminas de la audiencia. Todo acompañado con una efectiva banda, donde los bronces ejercen un rol fundamental, además de un coro compuesto por dos mujeres y un hombre.
Los hits radiales no se hicieron esperar demasiado y ya hacia la tercera canción, Jones golpeó con «Help Yourself» y ardió la Quinta. Y con la hermosa balada «Delilah» prácticamente se vino abajo. Ovación con la gente de pie desde la primera fila del palco hasta la última de la galería, un gesto que se repitió cada vez que se terminaba una canción.
Y si bien la mayoría del público era más bien adulto, el cantante también tuvo un gesto hacia las generaciones más jóvenes al cantar «The reason», tema de la banda Hoosbastank. «She’s a lady», «Fly me to the moon», «I’ll never gonna fall in love again», «What’s new Pussycat», «It’s not inusual», «Sex bomb» y «Kiss», también sonaron en la Quinta.
Con tales argumentos artísticos, en público no dudó en pedir a gritos la antorcha de plata y de oro, que fueron otorgadas sin demasiado trámite y más tarde la Gaviota de Plata, que fue entregada por primera vez en esta versión festivalera. Como pocas, merecidísima.
Carola Reyes
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