La ecologista Sara Larraín, Directora de Chile Sustentable, se refiere a la amenaza que tiene la pequeña localidad de Caimanes en la IV Región, a raíz de las obras para construir un gran embalse de relaves, a cargo de la empresa Los Pelambres, del grupo económico Luksic.
Lo pone de ejemplo con ocasión de la celebración del Día Mundial del Agua, y -con justa razón- se pregunta qué puede celebrar Caimanes.
Veamos el señalado artículo que aparece en el sitio web de la ONG: Chile Sustentable.
DÍA MUNDIAL DEL AGUA: ¿QUÉ PUEDEN CELEBRAR EN CAIMANES?
Actualmente, en Chile existen muchas comunidades afectadas por apropiación de agua por parte de compañías mineras, particularmente en la zona norte.
Fuente: www.elmostrador.cl, 22 Mar 2007; autora: Sara Larraín, directora del Programa Chile sustentable.
La comunidad internacional celebra hoy el Día Mundial del Agua, y defiende la disponibilidad de este recurso como un derecho humano fundamental. Es momento propicio para repasar la situación derivada del tranque para 1700 millones de toneladas de relaves que la compañía Minera Los Pelambres construye en Caimanes, en Los Vilos, Región de Coquimbo. Allí, sobre napas subterráneas en una zona semi-árida que hoy enfrenta otra sequía.
La situación que sufren regantes y agricultores nos preocupa, porque muestra la vulnerabilidad de derechos de comunidades locales frente a estratagemas de compañías mineras, para expropiar, mediante mecanismos administrativos del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), los derechos legítimamente inscritos por sectores con menos dinero e influencia política, y sin posibilidad de pagar estudios de abogados y consultoras.
Conocí esta situación cuando integraba el Consejo Consultivo Nacional de Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama). Puntualmente, cuando los regantes del pueblo de Caimanes “reclamaron” en el marco del SEIA, razón por la que instamos a la Conama a disponer de un estudio que esclareciera esta materia. Pero esto no dio resultados satisfactorios y derivó en que varios consejeros votáramos en contra de la aprobación del denominado “Proyecto Integral de Desarrollo” de Minera los Pelambres. Sin embargo, el Consejo de Ministros de la administración Lagos y la ex directora de Conama, Paulina Saball, lo apoyaron.
Así, pasaron dos años, y en noviembre de 2006, la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, a través de una sentencia de tres votos contra cero, anuló el permiso entregado por la Dirección General de Aguas (DGA) en el marco del SEIA, al comprobar que la minera controlada por el Grupo Luksic no acredita la propiedad de derechos de agua para materializar su tranque.
Este extenso fallo confirmó la reclamación de los agricultores; también mostró la grave vulnerabilidad de derechos legítimos frente a montajes jurídicos de una empresa poderosa que consigue derechos pertenecientes a otros chilenos.
Acreditar derechos de agua es parte constitutiva de la Línea de Base, que debe fundamentar todo proyecto. Para el caso en cuestión, Minera Los Pelambres buscó la sustitución de derechos de agua de los regantes sobre una fuente natural -el Estero Pupío-, a cambio del suministro proveniente de un tranque de cola de propiedad de la empresa, el que además depende de la pluviometría anual en una zona semi-árida. Este hecho constituye una expropiación de los derechos legítimamente constituidos de los regantes, y esperamos que el máximo tribunal del país revierta a la brevedad.
Actualmente, en Chile existen muchas comunidades afectadas por apropiación de agua por parte de compañías mineras, particularmente en la zona norte. Entre ellos, el suministro de agua que esta solicitando Minera Escondida a través del SEIA para la expansión de sus faenas en la Región de Antofagasta, en perjuicio de las comunidades de Toconao y Socaire.
Es de esperar que la tardanza del sistema jurídico nacional no signifique denegación de justicia, porque el tranque ya superó el 60% de su edificación y no se espera una sentencia de la Corte Suprema antes de 6 meses. Ojala esto no termine en impunidad y se logre revertir el efecto de la falta de celo de la autoridad fiscalizadora y de los montajes y ficciones en torno de un proyecto humana y ambientalmente perjudicial.
