El Tribunal Supremo del Partido Demócrata Cristiano se reunió ayer -presidido por el ex Ministro del Interior, Carlos Figueroa (el mismo que quiso “sufragar” sin su cédula de identidad)- en la sede de la colectividad para ver la situación del senador colorín Adolfo Zaldívar Larraín, quien fue pasado a esa instancia por “no obedecer las órdenes del Partido”.
El senador asistió al encuentro junto a un numeroso grupo de partidarios -entre ellos familiares cercanos, cinco diputados y adherentes- pero estuvo escasos cuatro minutos.
El parlamentario luego de arribar a las 19.11 horas se sacó su abrigo, lo puso en el respaldo de su asiento y luego le extendió una carpeta con sus descargos -de 29 carillas- al presidente del tribunal, Carlos Figueroa, al tiempo que le expresaba “ustedes no tienen jurisdicción ni competencia para ver mi caso”.
Tras la entrega se volvió a poner el abrigo y se retiró del edificio con sus adherentes.
Media hora después, el vicepresidente de la DC Eduardo Abedrapo junto al secretario de la colectividad Moisés Valenzuela, expresó a los medios de comunicación: “estamos hablando de una falta que a nuestro parecer es evidente frente a las normas de comportamiento partidario y en esto el tribunal tiene competencia para resolver”. En tanto que el presidente del tribunal, más cauto, manifestó que “el tribunal leerá acuciosamente la presentación e intentará tener la resolución lista para la próxima sesión, la que podría realizarse durante la semana siguiente”.
DERECHO
Francamente podríamos decir algo que coincidiría con muchos: “¡Que lo jodan!”, porque al igual que miles a este señor Zaldívar no me simpatiza como a muchos más de su especie -políticos- de la fauna criolla, pero a no equivocarse. Por muy leonino que pueda resultar eventualmente el “fallo de este Tribunal Supremo” sus efectos no tienen ninguna importancia principal, sino los efectos colaterales: la verdadera vendetta -digna de los mafiosos- y “cuchillazos” que deberá experimentar en su querido partido.
Y para decir que no pasará nada con el fallo, es cosa de ver qué ha pasado con otros fallos de este Tribunal Supremo. Le sacan fotocopia y lo distribuyen -de partida a todos los miembros de esa instancia- luego a los más altos dirigentes del partido y lo dejan a mano en sus servicios higiénicos para usarlo posteriormente.
¿Qué no?
Pero si basta recordar qué hicieron los dirigentes regionales y nacionales con el fallo del TRIBUNAL SUPREMO DEL PARTIDO DEMÓCRATA CRISTIANO año 1995, en la Región de OHiggins, Provincia Cardenal Caro, que resolvió castigar a una serie de militantes -entre ellos al alcalde de Pichilemu Jorge Vargas González (hoy condenado en Fallo de Primera, Segunda y Tercera Instancia por la Corte Suprema, por el delito de Cohecho; aparte de otro fallo por Presentación de Testigos Falsos en Juicio Criminal)- por haber participado en un Fraude Electoral.
Cabe señalar que antes del año y que cumplieran el castigo impuesto por el TRIBUNAL SUPREMO DC, se les levantó el castigo a estos “aventajados militantes”; donde hoy otro de ellos es actual alcalde y otro, concejal aunque no por su partido, sino que en el PPD; ambos en la provincia Cardenal Caro.
Esa es la manera de cómo se aplican castigos ejemplares para que sus militantes no vuelvan a incursionar en actos reprobables, en actos que se apartan en los principios y valores morales del partido, en actos de indisciplina, similares por los cuales se pretende enjuiciar al senador Adolfo Zaldívar.
Ya lo dije. No es santo ni lo será de mi devoción; pero no puedo dejar de manifestar que está en su derecho de “rebelarse” ante la orden de SU PARTIDO para votar lo que su conciencia le dice que no.
Es por esa causa -por votar por orden de los Partidos- que nuestro país sufre los efectos de varios de sus descalabros y, principalmente, su población; pues los partidos no ven el beneficio de sus representados, sino lo que les conviene políticamente a sus partidos. ¿O no es así, acaso? ¿Quieren ejemplos?. Sí así fuera no terminaríamos nunca de escribir ….
A quienes creen que es justo haber pasado al TRIBUNAL SUPREMO al senador colorín, creo que más justo habría sido pasar al TRIBUNAL SUPREMO al presidente de ese partido, Ricardo Hormazábal, quien “olvidó” inscribir a los candidatos de su Partido en el plazo legal estipulado por la Ley, el año 2001. Una idiotez del porte de una Catedral que debió resolverse con otra Ley. Una ley estilo “marmicoc” de solo horas, para que los señores del partido Demócrata Cristiano pudieran llevar candidatos en las elecciones de ese año.
Y ahí, no solo habría que haber mandado a Hormazábal al Tribunal (aunque realmente era para felicitarlo), sino a todos quienes participaron -gestores- y a quienes aprobaron dicha ley. Es decir a todos los parlamentarios: gobiernistas y opositores, cuyo apelativo a estos últimos lo dejo para cada uno de los cibernautas.
Mientras se emplea tiempo en hablar del tema y enjuiciar a Adolfo Zaldívar Larraín, las “habas que se comió el burro” las pagaremos todos los chilenos; porque no debemos olvidarnos que esto se originó por el gran proyecto del Transantiago, que aparte de echar a perder aún más el humor de los santiaguinos, hecho a perder uno de los pocos orgullos que tenían: el servicio de transporte del Metro.
Ahora están anunciando que aumentarán la capacidad de éstos, sacándole asientos y poniéndole “parrilla”.
Ya estaremos comentando estos futuros adelantos y “soluciones” del transporte en la capital …..
