EL ROCK, LA PISTA MUNICIPAL Y ELVIS PRESLEY

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EL ROCK, LA PISTA MUNICIPAL Y ELVIS PRESLEY

¡Cómo de rápido pasa el tiempo! Corrían los últimos años de la década del ’60 -incluidos los sacudones del Terremoto de Chillán- cuando el frenético ritmo del Rock hacía furor en todo el mundo. Y, por supuesto en nuestro país y en nuestro balneario, el baile nacido en los años cincuenta -con Bill Haley y sus Cometas, entre otros grupos musicales- era uno de los preferidos de la juventud, llamada en esos entonces como los “coléricos”.
“pichilemunews” -en ese tiempo de poco más de 10 años- fue un admirador de aquel influjo que nacía de la música y el baile, en los movimientos de gráciles jovencitas y jóvenes que cada día acudían a la Pista Municipal -que funcionaba en vermouth y noche, de 19 a 21 horas y de 22 hasta altas horas de la madrugada- y donde mi padre fue concesionario por varios años, entre otros.
El recinto funcionaba a dos orquestas: de Jazz para los ritmos en boga y una Orquesta Típica con Piano, violines, bandoneón y vocalista.
Fuimos por varios años observadores diarios de esa dinámica, donde con una sana envidia mirábamos con mis hermanos menores -Antonio, Patricio- a aquellas parejas que se formaban y donde el rock era protagonista principal. En los intermedios o descansos de la orquesta, el rock seguía ahora en las voces de Elvis Presley -el rey indiscutidamente- Dell Shannon, Bill Haley , Little Richard (Ricardito), Fat Dominó, Bobby Darin, Pat Boome, Ricky Nelson, Conny Francis, Brenda Lee, Dean Reed, Franckie Avalon, Paul Anka, por nombrar solo a algunos.
Con los años, fuimos testigos cómo un humilde muchacho -un poco mayor que nosotros- aprendió mirando y practicando con “las mejores y más hermosas coléricas” a bailar el rock. Era realmente un espectáculo cómo -Pedro Juan Vargas Carreño- bailaba y “llevaba” a las jovencitas -ya con ceñidos pantaloncitos a media pantorrilla o con vaporosas polleras- en uno y otro movimiento en el candente y frenético ritmo rocanrolero.
Pero no solo rock, al final se convirtió en un eximio bailarín de cuanto ritmo se tocara. Este personaje llamado también “Chorero” -que oficiaba desde pequeño como Lustrador de Calzado, que en el verano había decenas de muchachitos, para juntar monedas y ayudar a sus padres- fue “niño para los mandados”, “cortero” (llevador de maletas desde y hacia la Estación de Ferrocarriles), más grande ayudante de los maquinistas de Tren (como fogonero y limpiador). Ya terminados esos oficios del día, una buena bañada o lavada, se ponía la mejor “pinta” (que incluía zapatos a la moda, pantalones y chaqueta) que le traían sus amigos veraneantes de Santiago, Rancagua, San Fernando, etcétera. Y, después de comer algo, derechito a la Pista Municipal. Y años después, a la Quinta de Recreo, muchas veces amaneciéndose en el bailoteo.
Pero sigamos. Es el ritmo del rock el que nos retrotrae al pasado. Y en aquellos recuerdos -como no- la figura del Rey del Rock que años más tarde conociéramos en el celuloide en los Cines de la capital. No todas, pero una buena parte de las numerosas películas que filmó Presley, las vimos. Junto con seguir admirándolo -a 30 años de su muerte, que se cumple el próximo 16 de Agosto- conocimos a Sandra Dee, a Ann Margret, a Ursula Andress y a muchas más jóvenes actrices que le acompañaron en películas tales como Paraíso Hawaiano, Vacaciones en Acapulco, Las Vegas, Esto es Elvis, por dar unos pocos nombres.
A raíz de algunos artículos, en donde hemos resumido hechos acaecidos en nuestra comuna y donde los hemos relatado en primera persona -como protagonista o testigo de aquellos- no ha faltado quien aparte de felicitar, quien nos ha preguntado si es “pura novela” o son reales tales circunstancias.
A él y a muchos que podrían formularse la misma pregunta, acá algunos “testigos” de los relatos y que -es esta historia- pueden dar fe de lo señalado. Por suerte muchos de ellos están y algunos se han adelantado, pero al que tiene dudas ahí están por ejemplo: Raúl Aguirre, su hermano Heraclio ya partió (pero también fue testigo), Ramón Cornejo, el profesor Alberto González Gaete (que en sus vacaciones de estudiante trabajó en la Pista Municipal y yo de ayudante, algunas veces, en la venta de Entradas), Gustavo “Tahincha” López Gaete (también estudiante que trabajaba sus vacaciones en la Pista), Juan Galaz Ramos (en la Taquilla cortando en la Entrada al recinto), don Felicindo “Chindo” Córdova (que ya no está). Jorge Vargas Bozo, Oscar González Becerra, Ismael Carrasco Bañados, algunos de los numerosos jóvenes de ese tiempo que trabajaron “garzoneando”. Como también, el garzón Andrés González, quien de regreso en la madrugada -en su bicicleta- camino a su casa en Pueblo de Viudas y fue atropellado. Nunca nadie supo quién le mató, como muchos otros casos más cercanos, de atropellos y muerte.
Cada uno de ellos sabe, vio o vivió esa época -como testigos de primera línea- lo que pasaba en la Pista Municipal.
Saben de los tremendos músicos que integraban esas orquestas: Juan Cenefoglio y Luis Nazardi (ambos intérpretes de Bandoneón, argentinos), Apolo “Polo” Coba (violinista ecuatoriano avecindado en Chile), “Forfórito” (violinista integrante del Trío “Violines Mágicos”), Mario Zelta (cantante de Tangos), Moyita (guitarrista), Azócar (baterista), Neira (violinista), Estrada (bajista), entre muchos músicos más.
Fue quizás ahí, donde aprendimos a valorar a estos artistas y el deseo que nuestra comuna tuviera -algún día- músicos de esa talla o más, como esperamos que surjan de la Banda Instrumental y Jazz Band.
Por la Pista Municipal -en esos años- pasaron el Cantinflas peruano (que hacía furor en Chile), estuvo Alfonso (un bailador español), Yamil (el Leonardo Favio chileno), estuvo Gervasio (año 1969) con su éxito “Azafata”, entre otros artistas.

BIOGRAFÍA
Pero vamos con Elvis Presley. Nació el 8 de enero de 1935 en Tupelo, un pueblito en el Estado de Mississipi. Trece años después su familia se establece en Memphis en busca de mejores horizontes.
A los 19 años, el año 1954 junto al guitarrista Scotty Moore y el bajo Bill Black, graban una maqueta con dos canciones. Fue suficiente para que Elvis decidiera que su futuro estaba en la música. A partir de ese momento graban varios discos más y se dedican a hacer actuaciones en directo en pequeños locales. La fuerza de las interpretaciones de Elvis suponen un gran éxito entre las veinteañeras de la ciudad.

En 1955 el mánager Tom Parker le ofreció a Elvis sus servicios como representante artístico. Elvis aceptó y se pusieron a trabajar juntos. Ese mismo año, Parker consiguió para el cantante un contrato con la RCO que incluía su lanzamiento a nivel nacional.

En 1956 Elvis acude a Nashville, capital del country, para trabajar y aprender de los mejores músicos del momento. De allí nació su primer número uno, ‘Heartbreak Hotel. Ese mismo año rueda su primera película para el cine, ‘Love me tender’.
Pese a que el año 1958 cumple su servicio militar en Alemania, su éxito no decae y se transforma en ídolo mundial.
A los temas ‘Heartbreak Hotel”, “Lome me tender”, le siguen muchos otros como “A Little Less Conversation”, “A Mess of Blues”, “A Dog’s Life”, “María es el nombre”, “Viva Las Vegas”, entre decenas de títulos.
Algunos de sus albums, son: Aloha from Hawaii, Afternoon in The Garden, Always on My Mind, Burning Love, Artist of The Century, Blue Hawaii, Can’t Help Falling in Love, etcétera.
Finalmente -a causa de sobredosis de pastillas y drogas- muere el 16 de Agosto de 1977 en su casa de Graceland, donde es enterrado. El lugar rápidamente se convirtió en un verdadero sitio de culto y de peregrinación, donde -desde todo el mundo- acuden todos los días de año miles de fanáticos a rendirle un postrer tributo a quien fuera el Rey del Rock &am
p; Roll.
Este año se cumplen treinta años de su muerte y en todo el mundo se están realizando actividades conmemorativas de toda índole. Chile no ha escapado a este homenaje y no solo en Santiago hay actividades programadas -que ya se han estado realizando- sino en regiones como Antofagasta y el Bío Bío, por dar dos ejemplos.
Y en Pichilemu, sin ninguna duda que nuestro amigo y tocayo Washington Marín ya debe haber elegido lo mejor de su colección -en sus archivos del recuerdo musical- para brindarle un programa entero -quizás- en su exitoso programa “Exitos junto al mar” que transmite diariamente la radio “Entre Olas” FM.
A esperarlo y porqué no, a grabarlo para la posteridad.

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