Una carta -vía mail- envió “pichilemunews” al Consejo de Monumentos Nacionales, y a la Seremi de Bienes Nacionales, entre otros, dando una voz de alerta con lo que está aconteciendo en Pichilemu con la Zona Típica, declarada el 22 de Diciembre de 2004 para proteger y preservar la obra arquitectónica y patrimonial realizada por el impulsor del balneario, Don Agustín Ross Edwards.
Ello, porque estamos seguro que -a estas alturas- todavía no se informa desde el municipio de lo que se está haciendo y se quiere realizar en el futuro en aquella Zona Típica, donde -primeramente- hay que someter cualquier proyecto, por atractivo que pueda resultar, a la visación del Consejo de Monumentos Nacionales.
No queremos prejuzgar, pero creo que el Director de Obras Municipales -Boris Sanhueza- no está haciendo lo que le corresponde hacer, sino transitando por caminos que le pueden traer consecuencias negativas a su currículo. Esta situación la planteamos derechamente en nuestra nota y, pensamos que esta situación que se puede estar dando no solo es responsabilidad de él, sino también del alcalde -quien quiera sea el que esté ejerciendo el cargo- y de los concejales en un grado mayor, por cuanto uno de los roles principales es de fiscalizar.
Y pese a que un par de ellos, en este tema, han tenido atisbos de preocupación, al parecer ha quedado en la nada, ya que ambos tienen en su poder antecedentes que “pichilemunews” les ha enviado y, hasta ahora, no se sabe qué han hecho concretamente al respecto. Me refiero a los concejales Héctor Cornejo Galarce y a Roberto Córdova Carreño. Ellos, tiene copias de escrituras y otros documentos, donde claramente se señala que “hubo una avivada” (por decirlo de alguna forma) de los propietarios anteriores al empresario Mauricio Blanco que compró esa propiedad, incluida una calle proyectada y que tanto en los Planos de Loteo -de la época- y en las Escrituras actuales, aparece mencionada aquella calle a que hacemos mención y que es la prolongación de la calle Jorge Errázuriz, de una longitud de 61 (sesenta y un metros) por 7 (siete) metros que deslindan con la propiedad del Sr. Blanco.
Sabemos que este último no tiene responsabilidad; pero no por ello, que le hayan dado “de yapa” lo que es un BIEN NACIONAL DE USO PÚBLICO, no obstante lo hayan saneado antes, es para que una persona seria y honesta como él, no reaccione igualmente.
Nada tenemos contra él, ni contra los empresarios que quieren invertir. Pero no porque tengan planes superiores -en buena hora- es llegar, hacer y deshacer en una Zona Típica que está protegida, lo que no impide -por cierto- que se hagan cosas nuevas; pero dentro de un contexto que se está sobrepasando. Se puede demoler eventualmente, se puede construir obras nuevas; pero todo aquello con un proyecto debidamente revisado y visado por los organismos competentes. Y todo parece indicar que las cosas no se han hecho así.
Si estamos equivocados lo reconoceremos hidalgamente y ofreceremos las excusas pertinentes, pero un imperativo y consecuencia nos obligó -ante la pasividad municipal, como tantas veces- nos obligó a poner la voz de alerta ante los organismos mencionados.
Es muy posible, que como otras veces, no hagan nada. Allá ellos, pero quedaremos con la conciencia tranquila que hicimos ver lo que debieran haber hecho otros con mayor propiedad.
Estaremos pendiente de la reacción del Consejo de Monumentos Nacionales y de Bienes Nacionales para informar a la comunidad y opinión pública.
La nota a que hacemos referencia se la enviamos a nuestro coterráneo, Héctor Henríquez Tobar -en su calidad de Director Regional del Consejo de Monumentos Nacionales- pero hoy en la mañana nos han informado que ya no está desempeñando este cargo y -por el momento- está acéfalo. Lástima, ya que abrigábamos esperanza que un pichilemino pudiera intervenir favorablemente a estas inquietudes.
VOZ DE ALERTA AL CONSEJO DE MONUMENTOS NACIONALES Y BB. NN. HICIMOS LLEGAR SOBRE ZONA TÍPICA DE PICHILEMU
