Nuevamente, hace pocos días se ha anunciado la pavimentación del camino que va desde Cáhuil a Bucalemu. Es más, se ha anunciado que con esta obra se estaría culminando la carretera costera, nada menos que desde Tarapacá a Los Lagos.
Así lo señaló el Director Nacional de Vialidad Carlos Rubilar, que estuvo días atrás en terreno, visitando las obras que se están realizando entre el sector de La Capilla a Lo Valdivia en la comuna de Paredones, un tramo de 7 kilómetros; señalando que faltaría solo el tramo de 20 kilómetros entre Cáhuil y Bucalemu para que la Región de O’Higgins quede totalmente lista la Ruta Costera.
Lo anterior, significa lisa y llanamente que los sueños del mago Ricardo Lagos -ése Presidente que pidió a los chilenos que no perdiéramos la capacidad de soñar- se están cayendo al suelo, como otros tantos que han ido sucediéndose aun antes de abandonar La Moneda.
Si la memoria no nos falla: «se quebró un Jarrón de Codelco, que costó más de 100 millones de dólares»; se «cayó el Puente Loncomilla», se «enfumó el Puente Bicentenario de Chiloé»; se fue «a las pailas» el moderno ferrocarril a Puerto Montt, mientras los trenes españoles fallaron al día siguiente de la inauguración. En tanto, en nuestra región los sueños de Lagos van por las mismas: «el Corredor Bioceánico Las Leñas» sigue chutéandose, mientras los genios del MOP siguen apostando -como solución- al Tren Trasandino (van ya en el Cuarto llamado a Licitación). Por su parte, el «Tren del Vino» -que inauguró el 2003 con una copa en la mano- y que anunció que «ésta es la primera etapa. La siguiente será hasta Pichilemu», señaló muy ufano y no pasó mucho de ello cuando estaba firmando la resolución pertinente -según EFE- para que ésta ejemplar empresa llamara a Licitación el levantamiento de los rieles y durmientes desde Peralillo a Pichilemu. Lo mismo ocurrió, con su sueño -que Pichilemu lo hizo propio- de alcantarillado integral de Pichilemu y con una Planta de Tratamiento de Aguas Servidas que él estaría inaugurando antes que expirara su mandato (si te he visto no me acuerdo), porque si esta se construye -como esperamos- será por la lucha que dio la comunidad ante la imposición de un emisario submarino que quería construir la empresa sanitaria. Y, la última, de la Ruta Costera que tal como están ahora anunciando, no será COMO ESTABA PLANIFICADO Y ESTUDIADO.
En efecto, pues el tramo entre Cáhuil y Bucalemu -que concluiría, es cierto, un circuito pavimentado costero- pero faltaría el By Pass entre Cáhuil y el acceso norte a Pichilemu en la Ruta I-50. Pues en el día de hoy no se concibe que una «carretera» pase por medio de un pueblo, de una ciudad.
Tampoco se realizaría el tramo que va desde Los Arrayanes hacia Cardonal de Panilonco, Cóguil, Tanumé, Topocalma hasta empalmar con la comuna de Navidad y Santo Domingo. ¿Acaso no informaron que así estaba concebida la Ruta Costera? ¿No?
IMPACTO TURÍSTICO
Concordamos que el circuito pavimentado será indudablemente positivo para el aspecto turístico. Pero no vengan a decir que solamente eso es lo que estaba planificado y estudiado originalmente, en circunstancias que varios tramos estarían quedando -después de crear falsas expectativas- en el olvido y dejando a comunidades esperanzadas en tener mejores vías de comunicación.
Una de las razones que dieron en su momento los ingenieros del MOP para construir el Puente en Cáhuil en esa inteligente ubicación, fue «que hacerlo más al interior no se ajustaba a las características de una ruta costera»; aunque al hacerlo allí se pasaron olímpicamente «por el aro» la normativa que una obra de esa envergadura «debe estar a una distancia mínima de la línea de más alta marea», condición que en ese caso no se da por ninguna parte.
Si creemos en esas características y fundamentos tan especiales que da el MOP para considerar parte de la ruta costera, ¿cómo se puede entender que consideren que la Ruta Costera -al menos en la Región de O’Higgins- quede terminada con el tramo Cáhuil a Bucalemu, si esta ruta costera queda alejada en más de 10 kilómetros de la costa, entre los tramos de La Rosa y Rapel de Navidad? ¿O no era así?