De cuando en cuando, científicos, investigadores entre otros expertos en el campo de los “cambios climáticos y ciclícos” anuncian y nos recuerdan del eminente peligro de grandes terremotos -con consecuencias y secuelas- de una envergadura que hace temer.
Y, sobretodo, cuando éstos señalan que se producirá tarde o temprano en nuestras costas.
Por cierto que ello puede darse aún cuando esto puede suceder en muchos años más o en un momento inesperado; razón que debiera llevarnos a tomar medidas mitigatorias con antelación. Y no ser parte de quienes sean las víctimas, sino de la mayoría que pudo sortear con éxito o medianamente los efectos devastadores de un tsunami o movimiento telúrico de grandes proporciones.
¿Por qué estamos hablando de este tema?
Una vez más se toca el tema en forma tangencial, al comentarse que “por enésima vez” se ve que el Internado -para damas y varones- que está ubicado en la Avenida Costanera -a pasos de la Gobernación Provincial Cardenal Caro- nuevamente se hizo chico desde que se inaugurara por el entonces Ministro de Educación, Sr. Aránguiz, allá por el año 1985 si mal no recuerdo, ocasión en que, además, inauguró el año escolar -a nivel nacional- en las instalaciones del Liceo pichilemino.
A la fecha van varias ampliaciones para dar satisfacción y cabida a los jóvenes que llegan principalmente desde el mundo rural de la comuna, para seguir estudiando enseñanza media.
Sin duda que la preocupación por ello la comparto; pero a la vez -junto con apoyar esa necesidad- expresé mi desacuerdo por seguir apostando a que ese recinto siga AMPLIÁNDOSE, porque no es el lugar adecuado para ese tipo de instalaciones. Y no solo por las causas anotadas en principio, sino por varias más; pero el facilismo y la falta de voluntad de las autoridades han llevado a lo más fácil: a pedir recursos a nivel regional para seguir construyendo en ese espacio.
El suscrito, junto con oponerse a lo anterior dio, en varias ocasiones, alternativas para ello a través de iniciativas viables. Incluso ante el Intendente Raúl Herrera y otras autoridades presentes, con ocasión de una reunión del Gobierno regional en Pichilemu.
Ahí, en oficinas de la Gobernación Provincial expresamos algo más o menos así: “Todos los que estamos aquí concordaremos que estar reunidos cerca del mar, oliendo la brisa marina, es un privilegio, sobretodo con este día maravilloso … Sin embargo, también concordaremos que este lugar no es precisamente para que esté llenó de oficinas publicas, internado, casas para funcionarios públicos (me refería a las tres cuadras ocupadas para este tipo de infraestructura en la Avenida Costanera). En lugar de esto, debiera ser un espacio para infraestructura turística: Hoteles, Restaurantes, Cabañas, Hosterías, Establecimiento nocturnos, etcétera. En definitiva darle el carácter de todas las avenidas costaneras en el mundo, que sean un verdadero paseo para los visitantes, etcétera.
Quienes oían estas ideas, en su mayoría asentían moviendo la cabeza y mirándose (quizás pensando, en que no todos los costinos son tan básicos y limitados).
El Intendente Herrera nos conminó a los pichileminos ahí presentes -alcalde y concejales- a presentar un proyecto al respecto. Para ello le envié lo señalado verbalmente esta vez de un escrito más elaborado; a lo cual -la autoridad regional- reiteró en su respuesta que si había acuerdo en el Concejo Municipal -del que formábamos parte- presentáramos formalmente un proyecto.
Sin embargo, la miopía de los demás, donde aún siguen algunos, lo dejó entrampado como muchos otros proyectos e iniciativas.
A estas alturas, en lo que ahora otros coinciden, sigo pensando que no solo el Internado debiera estar fuera de ese lugar, pues hay lugares más propicios dónde hacerlo. ¡Están!, solo que hay que tener un poco de “winter ya” para encontrarlo.
¿Acaso no es posible hacer una permuta de terrenos, incluida las construcciones existentes, y cambiarles sus destino?
Tal como lo dije en un momento -lo que debiera estar en Actas Municipales- idealmente un Internado debiera estar lo más cercano posible al lugar donde estudian los jóvenes. Sí coincidimos en ello, frente al Liceo “Agustín Ross” existe una propiedad que -de hecho- ha sido arrendada por el municipio para complementar el Internado Municipal. Entonces, ¿por qué no ver la posibilidad de hacer una permuta, con las tasaciones correspondientes y resueltas las diferencias, concretarla?
También, podría verse otra opción: Que el gobierno regional compre la propiedad a la que nos referimos, construya un Internado -de acuerdo a los requerimientos actuales y con proyección futura- y, paralelamente, tras su construcción, el mismo Gobierno Regional licita -ya nacional o internacional- la infraestructura del Internado, el que puede ser RECICLADO y convertirse en un gran centro de Eventos, a la vez que un gran Restaurant u Hostería, o en el establecimiento recreacional permitido por el Plano Regulador. Y de esta manera, el gobierno regional podría recuperar parte de las inversiones -por una parte- y paulatinamente ver otros lugares para trasladar la Gobernación Provincial, las casas de los funcionarios públicos. Al tiempo que realiza licitaciones para que esos lugares, ya reciclados o reconstruidos, puedan transformarse de tal forma que le den a la Avenida Costanera todo el atractivo que le falta desde que fuera construida el año 1971 por un alcalde -que si bien tenía pocos estudios- tenía “winter ya” para regalar. La Avenida Costanera y el camino costero a Cáhuil son parte de su legado: obras que podrán mejorarlas, pero nunca destruirlas.
Hubo otro soñador que proyectó -en la misma Avenida Costanera- un lugar para construir allí -en lugar de las oficinas públicas, internado y casas para funcionarios públicos- Restaurantes TEMÁTICOS, gastronomía de diferentes países pero basados en carnes, pescados, mariscos, vegetales, etcétera, donde cada establecimiento tuviera una FACHADA monumental de una embarcación. Por ejemplo: Comida española (un Galeón), comida italiana (una Góndola), comida china (un Sanpán), comida árabe (una Galera egipcia), etcétera, etcétera. Con un resultado espectacular: un PUERTO SECO GASTRONÓMICO (lo decimos por las embarcaciones en seco), no en el sentido que no se puedan degustar los vinos y licores, donde nuestra región tiene una amplia variedad, reconocida en todo el mundo.
Más ideas, las iremos proporcionando para que las recoja gratuitamente quien quiera ejecutarlas.
ANTE EVENTUALES TSUNAMIS HAY QUE CONSTRUIR UN “PUERTO SECO” PARA HACER SALUD Y SOLUCIONAR OTROS PROBLEMAS
