Un destacado periodista y escritor chileno que reside en Austria, Eduardo Labarca, lanzará en los próximos días, un nuevo libro con el nombre de «Salvador Allende, Biografía Sentimental» (470 páginas), con una serie de antecedentes de un aspecto menos conocido de uno de los personajes -para bien o mal de algunos- que tiene un lugar en la historia.
El próximo año se cumple el centenario de su natalicio (26 de junio) y, probablemente, aparecerán otros libros que abordarán otros aspectos de su vida de político. Este, sin embargo, trata de una faceta que si bien no es la menos importante, va dando un retrato más humano que del hombre político y que permite según la crónica periodística aparecida en La Tercera, que adelanta en exclusiva el primer capítulo, concluir y explicarse de ciertas decisiones, que dan cuenta de la influencia que varias mujeres tuvieron en distintos y cruciales momentos de su carrera política que lo llevó a ser ministro, parlamentario, candidato el 52, 58, 64 y 70; logrando un triunfo por estrecho margen ante Jorge Alessandri Rodríguez (aunque menos estrecha que la victoria de Alessandri, en el 58).
Episodios desconocidos, cartas manuscritas a «sus féminas» y fotografías inéditas dan cuenta de una cantidad mucho mayor a las parejas de Allende, conocidas hasta ahora: aparte de la oficial -Hortensia Bussi- a la «Payita» (Miria Contreras), como la actriz Luz Moreno, Leonor Benavides (que indirectamente provocó un duelo entre Salvador Allende y Raúl Rettig (el ex ministro, parlamentario radical y ex Presidente de la Comisión denominada «Rettig»), todo esto a escasos meses de la elección presidencial del año 1952. Asimismo, a las colombianas Eugenia Valencia y Gloria Gaitán (la única que se ha referido públicamente sobre su relación con el ex presidente). Otra chilena es Alina Morales, quien le envió un chamanto de La Ligua (para saludarlo en su cumpleaños, el 26 de junio de 1973) y con el cual lo sacaron tapado desde La Moneda, tras su muerte el 11 de Septiembre.
Esos son los nombres que al menos aparecen en este adelanto, donde se mencionan también algunos de los lugares donde se desarrollaban algunos de estos encuentros. No significa que todas llegaban allí, pues esos nombres aparecen como parte de esta historia sentimental de Allende. Para conocer mayores antecedentes hay que disponer de $15.400=.
El autor -aparte de reunir antecedentes y entrevistar a más de 100 personas relacionadas con esta biografía no oficial, durante cinco años- cuenta con antecedentes muy cercanos, pues conoció al personaje desde niño, ya que es hijo de Miguel L abarca, periodista y estrecho colaborador por más de cuarenta años. Y el mismo, como periodista recorrió y viajó por todo Chile acompañando a Salvador Allende y también lo acompañó al extranjero.
TANUMÉ y ALLENDE
Hace algunos meses, refiriéndonos a la Mansión o Casa de Tanumé -una fortaleza al borde del mar, 25 kilómetros al norte de Pichilemu- contamos de la visita que el Presidente Allende realizó en los primeros meses del año 1973 a la propiedad de la familia Aspillaga Sotomayor. Entregamos algunos detalles porque nos reservamos otros que son parte de otro libro. Sin embargo, hoy nos ha motivado a contar parte de la (eventual) motivación que tuvo para visitar el lugar cuando él y su grupo más cercano al poder sabía que -tarde o temprano- sucedería lo que meses más tarde llegó.
Nos limitaremos a recordar que el día 18 de Enero de 1972 el entonces alcalde Washington Saldías Fuentealba envió una nota -cuya copia tenemos e irá en el libro- a uno de los ministros del Presidente Salvador Allende.
En el oficio, el edil pichilemino le da a conocer las características de la casa de veraneo de la familia Aspillada y que -en la eventualidad de que se proceda a expropiar en el proceso de la Reforma Agraria- a esta propiedad se le de otro destino.
¿Es acaso esta nota la que motivó al Presidente Allende conocer posteriormente la atractiva residencia veraniega, emplazada a escasos metros del mar, con un difícil acceso y lejano a la curiosidad de ojos profanos?
Realmente no lo sabemos, pero perfectamente se puede inferir que una vez informado el Presidente Allende de esta atractiva propiedad -quizás- por la mente del Presidente pasó una ráfaga de fantasías, donde más de algún nombre de alguna fémina estuvo presente. ¿O no?
En la nota que recordamos esta visita relámpago, en helicóptero, junto al Jefe de la Policía de Investigaciones, el Dr. «Coco» Paredes, piloto, mecánico y dos funcionarios más -o quizás GAP- el Presidente Allende tuvo -como ya dijimos- un singular encuentro con el campesino y cuidador de la residencia veraniega de Tanumé, José Valenzuela, quien aislado no conocía al Presidente sino de oídas.
Es por ello que, cuando el Presidente y sus acompañantes se acercan a la propiedad, éste les sale al encuentro para decirle que no pueden entrar.
Es ahí cuando es informado que está ante el Presidente de Chile y el campesino responde que no lo conoce.
… y, terminaba señalando en la nota anterior, que teníamos una foto de aquel campesino, la que efectivamente encontramos en nuestros archivos y que -en su momento- daremos a conocer.