HISTORIA DEL RAMAL SAN FERNANDO A PICHILEMU, LIBRO QUE PERMITE CONOCER CUÁNTO SE PROGRESA Y CUÁNTO S

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HISTORIA DEL RAMAL SAN FERNANDO A PICHILEMU, LIBRO QUE PERMITE CONOCER CUÁNTO SE PROGRESA Y CUÁNTO SE DESTRUYE

El lanzamiento del libro Historia del Ramal San Fernando a Pichilemu, 1869-2007, de los noveles escritores sanfernandinos Juan Cornejo Acuña y Juan Cornejo Torrealba, padre e hijo, se realizó esta vez en Santa Cruz, en el auditórium del Museo Colchagua, en día recién pasados.
El acto cultural contó con la presencia de Pilar Jorquera, Presidenta de la Corporación Cultural “Raza Chilena”; de Jaime Vásquez, director de la Biblioteca de Santa Cruz, entre otras muchas personalidades santacruzanas. Asimismo, ex ferroviarios, como el ex Jefe de Estación Benedicto González quien es inspector del Tren del Vino; el administrador del Museo Colchagua, Marcelo Santander; y el director del Museo del Niño Rural, Carlos Leyton, entre otros.
Los autores -hijos de ferroviarios- presentaron su obra, la que permite apreciar “lo poco que está en pié del señalado Ramal”, como “de lo mucho que han terminado” los émulos de ATILA: primero el gobierno militar (1973-1990) y los tres gobiernos de la Concertación (1990-2007) que le hacen chupete a tragarse los ramales y servicios que antaño posibilitaron que modestos pueblos a la vera de la línea del ferrocarril crecieran y desarrollaran. En tanto otros, surgieran espontáneamente.
Igualmente, en la presentación del libro, se destacó la gloriosa y portentosa obra que significó que miles de obreros a punta de chuzo, pala y picota, construir un ramal -uno de los primeros del país- que tiene obras de ingeniería que fueron -en su momento- un prodigio del progreso del hombre. Como por ejemplo, el puente de hierro “Chimbarongo” o “El Maqui” que pese al paso del tiempo solo han sufrido leves -por no decir nada- embates de la naturaleza y que siguen operando como si nada. Lo que contrasta con las “maravillas” de la ingeniería moderna -con sobreprecios de por medio- que se caen a muy poco tiempo de estar en servicio. También, están los ejemplos de los tres túneles que debieron hacerse para penetrar los cordones de cerros costinos, como El Quillay, El Árbol -de 1960 metros, y que es Monumento Nacional- y La Viña; todos los cuales ahora sirven para jugar al “emboque”, después que por Decreto Presidencial, del Sr. Ricardo Lagos Escobar, en diciembre del 2005, autorizó a los mismos “breas” de EFE que la tienen en la UTI, para vender los durmientes y línea férrea desde la estación de Peralillo a Pichilemu. Si no se recuerdan, el mismo que -copa en mano- al inaugurar el Tren del Vino dijo solemnemente que “esta es la primera etapa de este tren turístico, la siguiente será llegar a Pichilemu”.
Si bien esta fue una más de sus mentiras, los funcionarios del Consejo de Monumentos Nacionales quedaron FELICES con estas medidas, ya que eso les ahorra trabajo de cautelar pseudos “monumentos nacionales, patrimonio ferroviario”, etcétera, etcétera.
¿O no quedaron contentos?
“pichilemunews” que los puso en alerta y les informó oportunamente de estas atrocidades (bueno, para nosotros que hace más de treinta años estamos preocupados del ramal), no los oyó “llorar”, tampoco “contestaron”, menos agradecieron nuestra preocupación, seguimos creyendo que están felices con lo sucedido.
Bien, nos subimos a los rieles imaginarios …, para seguir con estos jóvenes y autodidactas escritores. Hay que decir y recalcar que -después de mucho batallar y de creer en el apoyo de algunas autoridades- lograron sacar su libro, para lo cual debieron “concursar” y obtuvieron recursos para ello.
Pese a que aún no tenemos en nuestras manos la obra presentada, sabemos que reúne valioso material, puesto que “pichilemunews” conoció el texto original digitado, ocasión en que comprometimos nuestro apoyo con fotografías antiguas. Y, por cierto, lo cumplimos mucho antes, ya que parte de las fotografías de la obra son reproducciones de nuestros archivos.
Y obviamente que -ya entregados los correspondientes ejemplares a organismos oficiales, para que se distribuyan en Bibliotecas- esperan también, que la comunidad aprecie su trabajo de años de investigación y adquiera el libro. Por de pronto, tienen el compromiso de la Fundación Cardoen -que recibió un obsequio por su proyecto del Tren del Vino- de distribuirlo de partida en el tren turístico, en el Hotel Galerías Nacionales en Santiago, en el Hotel Santa Cruz Plaza, en la Viña Santa Cruz y Museo de Colchagua, el que es visitado por cientos de turistas tanto nacionales como extranjeros.
Finalmente, debemos decir que los jóvenes historiadores hicieron un reconocimiento a Carlos Cardoen, entregando a su esposa, Pilar Jorquera, un cuadro por su labor de rescate en el tema ferroviario, al igual que otras personas, tales como Gladys Manosalva, Marcelo Santander, Sergio Antunao y a la propia Pilar Jorquera.
Más tarde, se realizó un recorrido por el Museo y, posteriormente, un vino de honor …
Qué más podemos decir de la obra. En realidad nada más, solamente decir que es mejor que la adquieran para que se den cuenta como hay cara duras, que dicen que progresamos. ¡Claro, a la par que destruyendo!

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