PICHILEMU TIENE SUERTE DE PERROS: POR AHORA SEGUIRÁN LAS IRREGULARIDADES

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PICHILEMU TIENE SUERTE DE PERROS: POR AHORA SEGUIRÁN LAS IRREGULARIDADES

Una de las tantas canciones, que han escrito diversos autores, habla en parte de sus versos, que “a un perro bien asado van muchos convidados y va también la ley …”.
Pareciera ser que es un chiste, pero la verdad es que así era en el pasado. Digamos fácilmente unos treinta o más años atrás.
Sin embargo -al parecer- fueron muchos los perros (o canes) que desaparecieron y sucumbieron en una parrilla, no sin antes ser adobados convenientemente. Y luego, vía “de boca en boca” llegaban invitados de capitán a paje, muchos de ellos engañados a comerse un lechoncito. Incluso, por allá en el año 1962, recuerdo haber caído y comido un pedazo de asado -muy sabroso por lo demás- y a los días saber -luego de ver el cuero- que se trataba de un perro.
No quiero pensar que sea un castigo divino para Pichilemu por estas “diabluras”, pues parece que nuestra comuna -como dicen en el campo- está “miao” de perro. O “orinado” de perro, si usted lo prefiere.
Tanta mala suerte en casi todo los ámbitos ya no se sabe qué pensar, por los acontecimientos que han derivado a que un alcalde esté recontra condenado en todas las instancias, y otro -que le reemplazó- en prisión preventiva por su presunta participación en delitos que está investigando la Fiscalía.
Y si bien en toda la historia comunal anterior no hubo casos semejantes, no significa que no ocurrieron situaciones irregulares, solo que -aparte de peleas intestinas al interior de las sesiones, salvo algunas pocas excepciones- se denunciaron, sin que haya habido resultados.
Y, por otra parte, en situaciones poco claras e irregulares, ocurridas desde el año 1973 al 2002, con alcaldes nominados por las autoridades de la época, hay un solo caso en que un particular demandó a una autoridad comunal, por sentirse pasado a llevar con una acción. Sin embargo, acciones que perjudicaron el patrimonio municipal no fueron denunciadas. No había un contrapeso -regidores, aunque si CODECOS- pero no se denunció. Y así, el municipio perdió varios miles de metros cuadrados.
Claro que, cabe preguntarse si ¿hubo funcionarios municipales cómplices de aquello? ¿O quisieron hacer algo y no pudieron. O sencillamente bajaron la cabeza?
“pichilemunews” quiere creer “que quisieron hacer algo y no pudieron”. Sin embargo, ¿qué pasa con esos mismos funcionarios cuando adquieren la facultad y pueden tratar de revertir aquellas situaciones irregulares o de desmedro municipal, o dejar sentado un precedente como autoridad, y no usan esa facultad, desaprovechando la ocasión de pasar en mejor condición a la historia?
Ya diremos y pondremos los antecedentes ante la opinión pública para que saquen sus propias conclusiones.

DEMOCRACIA
Por otra parte, en democracia, cuando tuvimos los antecedentes en la mano, pusimos una serie de documentos en la mesa del Concejo Municipal, que daban cuenta de situaciones irregulares; pero aparte de “amagos” de querer hacer algo para recuperar patrimonio perdido, para revertir situaciones irregulares, no pasó de ser un saludo a la bandera. Es más, ante nuevos casos irregulares en estas administraciones democráticas se actuó prácticamente alentando con una acción muy feble, a que sucedieran nuevamente. Y de hecho han seguido ocurriendo hasta hoy.
Paralelamente esas situaciones fueron denunciadas ante organismos regionales: Contraloría Regional, Contraloría General de la República, Consejo de Defensa de Estado, Seremi de la Vivienda y Urbanismo, Seremi de Bienes Nacionales, algunas con copia a autoridades regionales y provinciales; pero transcurridos diez años, nada en limpio se ha sacado. Han sido como la “grasa de caballo”.
Y conste, está “ad portas” que se consoliden -quizás- algunas irregularidades a través de modificaciones al Plano Regulador que actualmente nos rige desde Febrero de 2005.
¿Se puede abrigar mejores augurios, cuando el Director de Obras Municipales tiene dos Sumarios Administrativos?, por dar solo un ejemplo.
Como vecinos, como ciudadanos nos preguntamos, ¿estarán estos jefes de servicios, estas autoridades trabajando “por bolitas de dulce”, u obligados a recibir magros sueldos por su importante labor, incomprendidos sin poder reclamar por una “recompensa” más justa? ¿O tendrán necesariamente en el Parlamento que legislar para que los sobresueldos se puedan seguir aplicando no solo en algunas reparticiones, sino en todas. Y de pasadita los propios parlamentarios subirse la “dieta” que los tiene a régimen?
No obstante a ello, seguiremos poniendo estos temas, ya que así las cosas no solo Pichilemu está “miao” por los perros o el castigo divino. Pues la práctica de comer perros -pareciera que- no solo se circunscribe a nuestra comuna.

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