"LA DC CHILENA NECESARIAMENTE VA A EXTINGUIRSE", UNA VISIÓN DE CINCO AÑOS ATRÁS

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“LA DC CHILENA NECESARIAMENTE VA A EXTINGUIRSE”, UNA VISIÓN DE CINCO AÑOS ATRÁS

Hace cinco años, el cuentista político OSCAR GODOY hizo un apocalíptico anuncio: la DC se va a extinguir. Obviamente muchos no lo inflaron. Y, por cierto, mucho menos los democratacristiano, especialmente su clase dirigente.
Pero -como están las cosas- pareciera que este analista no hablaba ni decía tonterías, sino cosas sensatas a la luz de lo que está sucediendo y donde algunos añejos “patriarcas” que creen sabérselas todas por su vasta experiencia, cometieron errores tal cual los vio aquél cientista político.
Por una extraña razón cuando leímos este artículo, algo interiormente dijo que lo archiváramos porque podía servir. Y no nos equivocamos ….
Aquí tal cual lo encontramos, textual e in extenso, sin ponerle ni quitarle. ¡Vale la pena leer esta entrevista!

01/02/2002
OSCAR GODOY
CIENTISTA POLÍTICO

LA DC CHILENA “NECESARIAMENTE VA A EXTINGUIRSE”
Por Ignacio González C.

Como analista o diseccionador de los fenómenos políticos que se basa mucho en las encuestas, Oscar Godoy entrega un terrible diagnóstico, el mismo que podría escuchar el afectado por un maldito cáncer -y que aún tenía esperanzas de vivir- de boca de su médico. El anuncio de Godoy suena como una profecía apocalíptica para los hombres de la flecha roja: el Partido Demócrata Cristiano chileno está, según todos los síntomas, condenado a la extinción.
Así, nada más.
¿Con qué títulos se transforma en el mensajero de la muerte? (aunque hay que tener muy claro que ningún médico goza de la infalibilidad, y menos aún los de la ciencia política). Godoy es un intelectual de origen derechista, que no adscribe a ningún partido, y que se mueve en el sector aún por cristalizar, todavía no aconchado, de los liberales transversales: Allamand, Schaulsohn y otros. En efecto: es liberal en lo económico y lo cultural. Los empresarios le escuchan con respeto. Goza de las mismas consideraciones de parte de la Concertación. En sus análisis, se da el lujo -así tiende a pensarlo quien lo escucha- de hablar con independencia de juicio.
Fue durante 15 años director del Instituto de Ciencias Políticas de la UC, donde actualmente se desempeña como profesor titular de Teoría Política. Está en el directorio del Centro de Estudios Públicos (CEP), entidad de derecha que se ha ganado patente de credibilidad, en la cual forma parte de la Comisión de Opinión Pública, que orienta la ya muy conocida encuesta de ese centro. Forma parte, también, de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile.

-Desde su perspectiva analítica, ¿qué significa el triunfo de Adolfo Zaldívar en la DC?
-El tema de la DC es muy complejo. Ese partido ha venido cayendo persistentemente en los últimos 12 años, después de un período de postdictadura en el cual emergió como la gran fuerza mayoritaria de grandes masas, con 40% de votación y adhesiones muy altas, hasta llegar a la situación actual, donde electoralmente sabemos los resultados: baja sustancialmente respecto de las elecciones del ’97, y sigue bajando en las encuestas. Persistentemente ha ido disminuyendo dos puntos en cada encuesta: del 18 al 16, del 16 al 14 y ahora del 14 al 12.
Entonces, es un partido político que está en un proceso fuerte de decadencia. Yo pensaba, a veces, que podían darse situaciones en que este proceso se acelerara y que, en consecuencia, se produjeran crisis devastadoras que simplemente fragmentaran, disminuyeran, anonadaran al partido…

-O sea, el golpe de gracia…
-Como lo que le ocurrió a la DC de Italia, por ejemplo, donde, de repente, un gran gigante se desarticula y se desarma.
Eso no se ha dado en el PDC chileno. Ha sido gradual. Pero yo creo que no hay que descartar la posibilidad de una fuerte conmoción que destruya al partido.
Ahora, yo siempre me he preguntado: bueno, ¿por qué este gran partido, con esta larga historia..? Es una bella historia, además, de un grupo, una pequeña élite, con grandes cualidades intelectuales y morales, que le hace un planteo al país, crece como una semilla, se despliega y logra ganar una elección presidencial en forma espectacular, conquista el Parlamento en esa misma época, en una fase de nuestra historia en que era muy difícil, por la fragmentación partidaria, por el sistema electoral, conseguir grandes mayorías dentro del Parlamento. Y la DC lo consigue.
¿Por qué este partido tan grande se empieza a diluir?
Yo tengo una primera explicación causal, la más importante, la menos visible hoy día, y es que la DC es una propuesta que se desarrolla en un cuadro de Guerra Fría, de lucha ideológica, en la cual toma una tercera posición que en muchos países interpreta al centro político. En consecuencia, la DC tiene una capacidad de atracción hacia sí, centrípeta, muy fuerte. Su ideología está fuertemente apoyada en la doctrina social de la Iglesia; y en la Iglesia de esa época está Pío XII, combativamente anticomunista. Ese Papa es un hombre que interviene en la política contingente italiana, que llama a votar por la DC en forma directa…

-Una importante ayudita para ese partido…
-Lógico, claro. Y, bueno…ese contexto desaparece, se esfuma en la historia después de la caída del Muro de Berlín, después de la caída de la Unión Soviética como uno de los dos polos…
Lo segundo para explicarse lo ocurrido es que la DC chilena hace una mala experiencia como partido gobernante. Intenta gobernar como un monopartido, como una especie de PRI mexicano durante el gobierno de Frei Montalva. Y esa falta de espíritu consociativo con el centro laico y con la centroizquierda dejó una huella más profunda que lo que hoy día percibimos.
Creo que debió buscar una alianza de centroizquierda que, evidentemente, incluyera todas esas fuerzas que por exclusión fueron a caer en la izquierda: el Partido Radical…una serie de grupos que podía polarizar en torno suyo, una serie de grupos pequeños, y no tan pequeños en esa época, pues significaban un 10% del electorado.

UNA MILITANCIA PEDIGÜEÑA
-¿Y ahí le falló el ojo estratégico a Frei Montalva?
-Más que el ojo estratégico, me parece a mí que fue más bien una posición del partido mismo.
El tercer factor es que, ya en esa época, la DC se transformó en un partido fuertemente clientelístico. Heredó, por así decirlo, los hábitos del Partido Radical. Es decir, gran parte de su membresía entendió que, así como la membresía del PR había encontrado en este partido alguien que los servía a ellos, a sus intereses particulares, empleos, servicio, etc., el PDC debería hacer lo mismo. Y el partido hizo lo mismo: fue un partido tremendamente clientelista, en una época en que el Estado permitía desarrollar políticas clientelísticas muy vastas…

-Había mucho empleo estatal disponible…
-Mucho empleo público disponible. Ese escenario también desaparece y, en consecuencia, se esfuma una fuente, por así decirlo, de atracción y de poder.
En cuarto lugar, yo creo que la DC ha perdido en los últimos dos años dos virtudes. Una es que había desarrollado un vínculo muy fuerte con una tecnocracia muy eficiente y muy prestigiosa, compuesta por gente joven, con estudios en el extranjero…pero que, en los últimos años, deja de tener el peso que tenía en el pasado.
Cieplán, por ejemplo, fue siempre un centro que todos consideraban vinculado a la DC, en que había muchos democratacristianos, no todos, evidentemente…y que hacía estudios y análisis de mucho prestigio y calidad. Y eso desaparece, ¿por qué? Porque se van a gobernar. Entonces se pierde la imagen del PDC como un partido
que posee, por así decirlo, un dispositivo, una tecno-estructura poderosa, prestigiosa, como lo tiene la Derecha, ya sea en Libertad y Desarrollo o en otros lugares. Pero la imagen que da la Derecha es que ya tiene una tecnocracia muy eficiente disponible…que está ahí stand-bye, lista para entrar en acción si llegan al gobierno…
Y luego, el quinto problema que tiene la DC, es la crisis o la sequía de líderes…la carencia de liderazgos.
Los liderazgos se han ido extinguiendo…por edad. El liderazgo de Frei Ruiz-Tagle fue, fundamentalmente, un liderazgo casi por delegación…un liderazgo de Frei padre a través de su hijo…El nombre de Frei fue lo que hizo muy potente al hijo como capacidad de convocatoria y de captación de votos…
No hay líderes de envergadura. Los sucesivos presidentes de la DC han sido todos presidentes fracasados, con un discurso de los años 60, con una retórica antigua, con planteos absolutamente fuera del tiempo.
Entonces, ¿qué pasó con el partido? En definitiva, dejó de ser lo que debe ser un partido: un intermediario entre la sociedad civil y el aparato estatal; es decir, un cauce a través del cual discurren las demandas que vienen de la sociedad civil, las cuales procesa, transforma en propuestas de políticas y lleva hacia arriba.
Eso no lo puede hacer. En los últimos años la DC ha sido cooptada por el poder. No está presente ni cercana a la sociedad civil detectando cuáles son sus necesidades, con la política de la proximidad, sino que está en el poder, intentando descifrar desde allí lo que pasa en la sociedad civil.
Eso es muy malo para un partido. Se aislaron en el poder del Estado en los últimos 12 años. Además, se ha dado una decadencia y envejecimiento de su clase política y de su membresía, muy fuertes. Y ello no sólo se manifiesta porque los jóvenes no se inscriben en el partido, sino porque la DC ya no tiene el auge ni la fuerza que tenía entre la juventud en el pasado.

-No es capaz de conquistar jóvenes…
-No es capaz. Yo lo veo en la universidad. Los jóvenes miran la DC como una cosa antigua, como una cosa pasada, incluso con algún recelo. Y, evidentemente, un partido que está descontextualizado históricamente, que ideológicamente no corresponde a la época en que está viviendo, que ha tomado hábitos clientelísticos que lo llevan a los cuoteos, y que es cooptado por el poder, para los jóvenes es un partido donde la corrupción es fácil.
Desgraciadamente, esa ha sido la imagen que ha dejado la DC a causa de la mala conducta de algunos de sus individuos.

-Es decir que, para usted, cuando los DC alegan que el gobierno favoreció a tal o cual candidato en tal región en la última elección, sólo están echándole la culpa al empedrado…
-Absolutamente al empedrado. Los efectos que pueda tener el favor político de las instituciones establecidas apoyando a un candidato, cuando un partido está en decadencia, son sólo secundarios. Son pelos de la cola.

-Dentro de su enfoque de la DC, ¿a qué atribuye la elección de Adolfo Zaldívar como presidente de ese partido?
-A ver…quiero matizar mis juicios. Yo consideré que lo que hizo el partido sacando a Ricardo Hormazábal fue absolutamente necesario. Tanto Hormazábal como los presidentes anteriores eran todos iguales…la misma estructura personal, la misma manera de pensar, que causa rechazo a la opinión pública. No son personas capaces de interpretar el tiempo presente. En consecuencia, cuando hablan, la gente dice: este tipo está diciendo leseras.
Si alguien habla con un lenguaje extemporáneo e interpretando las cosas desde una perspectiva que ya no le permite captar lo que está ocurriendo y no puede, en consecuencia, procesar bien las demandas de la gente…ésta lo rechaza: el rechazo que producía Krauss como presidente lo producía también Hormazábal.

-Cuando habla del rechazo, ¿es porque usted lo vio en la práctica?
-En la práctica y en las encuestas. En las encuestas, siempre Krauss y Hormazábal aparecían muy bajos. No eran hombres líderes que estaban conduciendo el país. Eran políticos tradicionales de la DC y de una política desgastada y ya pasada de su tiempo.
Yo creo que el intento de rescatar el partido (tras Hormazábal) a través de un patriarca como Patricio Aylwin fue una medida muy prudente, oportuna y buena. Pienso que Aylwin hizo mucho para limitar los efectos de la crisis.
Pero yo creo que se equivocó al final al no apoyar a un candidato como Walker, que fuese verdaderamente una renovación. Zaldívar es una versión distinta, pero en el fondo, la misma versión de Hormazábal, etcétera. Es un viejo político del viejo PDC, quizá con unos años menos, y es un hombre que no tiene ni las virtudes intelectuales ni la fuerza de liderazgo, en el sentido de convocatoria moral, para renovar el partido. No la tiene. Eso es indudable.
Yo pienso que la DC ha cometido un gravísimo error: ha elegido mal. Como eligió mal a Hormazábal y como eligió mal a Krauss.

DEMASIADA CRISIS PARA VER CLARO
-Pero, fuera de que usted lo califica de “viejo político”, ¿cuál sería el error?
-El error es no haber buscado la renovación allí donde ella está en este momento: en la gente joven de la DC. Y no por una cuestión generacional. Es porque, simplemente, sólo allí está, en este momento. Tampoco Frei se la jugó…Frei debía habérsela jugado por lo que creía…lo que yo creo que creía, que el que debía ser presidente era Walker.
Yo creo que el error de la DC es muy grande. El efecto que puede tener sobre la DC la presidencia de Zaldívar puede ser desastroso. Esto (aclara, intentando decir que su posición no esconde dobles intenciones) es un juicio de la persona política de Zaldívar.
Yo digo lo siguiente: si la Junta Nacional elige a Zaldívar es porque lo elige en virtud de que la DC es un partido que está en crisis y que en virtud de encontrarse en estado de crisis no es capaz de ver dónde están sus recursos más poderosos, capaces de sacarlo de esa situación.

-¿Está en un estado de conmoción…de desesperación?
-No, yo no diría de desesperación, pero sí en un círculo vicioso. Si el partido está en crisis porque su dirigencia está en crisis, ¿cómo los dirigentes que están en crisis pueden salir de la crisis?
La DC está en un círculo vicioso y no fue capaz de romperlo. La ruptura sólo era posible por un acto de alto riesgo, que era darle la presidencia a los más jóvenes, donde yo creo que objetivamente está el depósito de renovación del partido, porque tienen ideas nuevas, ideas distintas, porque están en la onda del tiempo contemporáneo, porque son lúcidos respecto de todos los males de la DC, de verdad y en profundidad.

-Pero, el entregarles la presidencia, ¿no habría sido nada más que en virtud de que no se había acudido antes a ellos? ¿Una carta que usted, unilateralmente, estima que podría haber significado alguna solución?
-También influye en el juicio de un analista observar que se trata de un grupo de personas que está como disponible y que no está gastado. Por eso digo que una decisión de ese tipo no era sin riesgo. Pero yo creo que, queriendo no arriesgarse, muchos que creían que había que arriesgarse para darle la oportunidad..que era una oportunidad al partido…con los jóvenes, prefirieron quedarse callados. Y cometieron un grave error, porque permitieron que se ungiera una presidencia que, a mi juicio, es mucho más peligrosa que la experiencia que se hubiera hecho con una presidencia como la de Walker.

-¿Y qué riesgos podría implicar la presidencia de Zaldívar?
-Por la historia de Zaldívar, yo diría que es un hombre imprevisible. Si tratamos de hacer un perfil de él de acuerdo a su formación, a su historia en el partido, correspondería
a la gente que era joven en el tiempo de la caída de la democracia, de la unión entre la DC y la Derecha para enfrentar al gobierno de la Unidad Popular.
A mí me parece que Zaldívar es un hombre que en su discurso político no se ha renovado. Por ejemplo, tiene ideas anacrónicas, a mi juicio, respecto de la economía. Es mucho más estatista que muchos democratacristianos. Y que mucha gente de izquierda.

-Pero ahora una comisión del PDC, de la que forma parte el vicepresidente, el senador Hosaín Sabag, está analizando la posibilidad de privatizar el Banco del Estado.
-¿Ah, sí? Bueno. Eso sería interesante. Pero quiero verlo.
Luego, me parece que el de Zaldívar es un liderazgo que no le da al partido la certidumbre de hacia dónde va. Es un proyecto ambiguo y confuso, porque, desde fuera, te da la impresión de que Zaldívar dice sí, vamos a reconstituir al partido, lo haremos incluso -esto está dicho tácitamente- destruyendo la Concertación, o saliéndonos de la Concertación. O sea, él da la impresión -lo dice en forma velada y no clara- de que su disposición es muy radical en ese sentido. Pero no lo dice claramente tampoco. O sea, no es un proyecto claro y hay demasiada ambigüedad. Esos son los peligros que yo advierto.

-Pero, frente a lo negativo que usted dice, ¿cuáles son los beneficios y virtudes que pudiera aportar Zaldívar?
-Fíjese que yo no le tengo antipatía ni mucho menos…(explica)

-Necesita aclararlo, parece…
-No, no, no, ninguna (antipatía). Yo lo conozco muy poco y todo lo que sé es que es un hombre sumamente cordial y agradable…Mis juicios son solamente respecto de él como un líder político.
Yo creo que son muy pocos los beneficios que puede representar. Yo no los veo claros. Pueden crear una especie de estado de gracia dentro del partido, de que el partido deposita, por cuestión de crisis, toda su confianza en él, y que eso le da al partido una cohesión mayor que a él le permita ejecutar ciertas medidas, por así decirlo, entre comillas, de “higiene”, de “depuración”, que sean importantes.
Y luego, también, eso está con su talante, con su modo de ser, de decirle claramente al gobierno cuál es la posición de la DC.
Pero la ambigüedad lo lleva a ser poco claro. Por ejemplo, ha dicho que él espera más lealtad de los ministros DC. La verdad es que a la opinión pública no le gusta un planteo de esta naturaleza. Porque entiende que los ministros están al servicio del bien común, y que un miembro de un partido que pasa a ser ministro, incluso se siente desligado o debería sentirse desligado de su partido. Hay que acordarse de que el Presidente Aylwin suspendió su membresía del PDC. Y eso que hace un Presidente debe hacer como conducta un ministro, aunque no sea un acto formal.

-Pero, ¿es malo que Zaldívar rompa la Concertación? ¿Es que el destino de la DC está necesariamente en la Concertación?
-No, no quiero decir eso. Simplemente quiero decir que si el presidente de un partido es claro para decir “señores, nosotros vamos a desarrollar un proyecto que consiste en esto: a, b, c., y en la aplicación de este proyecto estamos dispuestos a salir de la Concertación”…eso me parece excelente.
Pero la ambigüedad es lo que no me gusta, porque eso le resta fuerza a su liderazgo y lo lleva inevitablemente a pasar a ser un presidente más, como lo fueron los anteriores. Y permitir que el proceso de decadencia prosiga hacia adelante. No es un proyecto claro.
Ese es mi punto de vista, mi criterio para juzgar a la presidencia de Zaldívar. ¿Qué ha dicho como proyecto de partido? Muy poco, digamos. Si se leen los acuerdos y discursos, son llamados morales, convocatorias…No se sale de la retórica antigua del partido. No es nada nuevo. No hay una pauta que diga: éste es un partido que nosotros podemos llevar a la juventud y eso va a despertar en la juventud un entusiasmo y la va a convocar y atraer hacia la militancia en la DC.

DEMASIADO ABURGUESAMIENTO
-En su discurso ante la Junta nacional, Zaldívar indicó a Longueira que lo escuchara, porque se proponía recuperar los votos que la DC había perdido a favor de la UDI. ¿Cuál podría ser la posible estrategia DC de recuperación de esos votos? ¿O es simplemente una frase propia de la retórica de un orador?
-Ese anuncio es algo que podría ser un proyecto. Pero ahí vuelvo sobre el tema de que no es proyecto. Ya lo dije: una de las causas por las cuales el PDC está en decadencia es el haber abandonado su vínculo esencial, sus raíces con la sociedad civil. Y ha perdido su cercanía. En consecuencia, una política de la proximidad lo debería llevar nuevamente al barrio, al municipio, a las juntas de vecinos, etc, como la hace eficazmente la UDI. Supongo que será eso.
Si es así, está bien. Pero, atención, que esto implica un cambio muy fuerte en el partido, porque eso se hace con mucha juventud, se hace con mucho espíritu, se hace con mucho sacrificio, y yo creo que hay mucha grasa en la DC. Mucho aburguesamiento. Mucho dejarse estar.

-¿Nadie deja las patitas en la calle, o en la población?
-Así lo creo. Y yo me pregunto: ¿qué atractivo tiene para la gente DC, las bases o los que quieran colaborar con ello, que Zaldívar los convoque? Yo creo que no tiene ningún atractivo.

-¿Y cuál es el atractivo de la UDI que usted ve en las poblaciones?
-No es un atractivo de líderes. Es curioso, porque los líderes de la UDI están en el último lugar del ranking. Es atroz. Es terrible. En la última encuesta CEP están todos amontonados abajo: Novoa, Longueira, etc, compitiendo con la Gladys Marín.
Pero el partido mismo tiene dos virtudes: que es una máquina, formada por sus militantes, que está cercana; y que esos militantes son jóvenes.
Y, en tercer lugar, se da este fenómeno tremendo que es como una especie de ley de la naturaleza que marcha sola, que es el estar en auge. La Derecha está tirando hacia arriba, y es la dinámica del momento. Eso los favorece. Así pasó con los demócrata cristianos. En su momento, la DC estaba en los barrios, en las juntas de vecinos, en la base social, y estaba en auge. Eso le daba un carisma a todo lo que hacía el partido. El partido. Y yo creo que la UDI se está beneficiando de este tipo de fenómeno, más allá incluso de la mala opinión que se tiene acerca de sus ídolos.

-¿Cuál es el futuro de la DC? ¿Cuáles son, a su juicio, las posibilidades reales que tiene de recuperación?
-Si miro comparativamente la DC chilena con el resto del mundo, tendría que llegar a la conclusión dramática de que necesariamente va a extinguirse. No tiene lugar. El único partido DC que aún tiene fuerza es el alemán. Pero en el resto del mundo casi han desaparecido. Y el chileno frente al alemán es muy distinto.
Y yo no sé si el modelo alemán le sirva a la DC chilena. Es una DC que siempre fue liberal en el ámbito económico. Nunca fue socialdemócrata o cercana al socialismo. Entonces, si quisiera ceñirse al modelo alemán, la opción de la DC es ser un partido de centroderecha.
Entonces, me pregunto: si la DC en Chile sigue el modelo alemán, ¿debería autodefinirse y buscar una autoidentificación como partido de centroderecha? No lo sé. A veces pienso que Zaldívar podría estar pensando en algo así. Y yo te voy a decir por qué. Nosotros, en la tarea de hacer encuestas, hemos observado que, consistentemente, en los últimos 16 años, en Chile, el centro político se ha achicado enormemente. Es un segmento pequeño. El centro es un 10%. La gente, curiosamente, ahora se autoidentifica con la centroderecha, la centroizquierda, la izquierda y la derecha.
Pues bien: un 30% de la militancia DC, consistentemente, se dice de centroderecha al responder las encuestas. Y otro 30% se considera de centroizquierda. Y a
penas un 10 o 14%., hasta un 16%, de centro.
¿Qué quiere decir eso? Que hay una masa DC que querría un partido de centroderecha, y que, a medida que se ha ido alejando el gobierno militar y que la derecha ha ido limpiando su rostro y apareciendo más atractiva en sentido democrático, ha visto caer los obstáculos para no votar por candidatos de derecha. Y ahí está el medio millón de votos que votaba por la DC y que ha optado en la última elección por la UDI.
Entonces, cuando Zaldívar dice que “voy a rescatar mi votación”, está diciendo -yo, como técnico, interpreto así-, “voy a rescatar la votación de centroderecha que tuvo el PDC hace seis años y la voy a retornar al partido”. ¿Y qué tiene que hacer para ello? Tendría que moverse a la derecha. Necesariamente. Entonces, cuando yo digo que Zaldívar no es claro, que es ambiguo, lo hago porque no hace expreso ese metadiscurso. Lo dice en forma ambigua: “Le voy a quitar a Longueira…” Un discurso retórico.
Si se le pregunta cómo lo haría, él podría responder, sin problemas: “volviendo a la política de cercanía con la sociedad civil”. Muy bien. Pero cuando se tiene que responder más profundamente y ser más explícito y con los datos técnicos en la mano, y precisar qué ha pasado con el electorado del PDC, y por qué se ha ido a la derecha y no a la izquierda…
Porque si se hubiera ido a la izquierda, tendría que decir que le planteaba un desafío al PS, porque le había quitado los votos…que eran de centroizquierda, por lo que debería moverse hacia la centroizquierda para atraer a esos electores.
Pero lo que le está diciendo al país es: “yo voy a tener una contienda con Longueira”. ¿Para qué? Para quitarle los antiguos electores DC de centroderecha. ¿Y qué tiene que hacer para ello? Moverse a la derecha. ¿O no?

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