DOS FAMILIAS PICHILEMINAS DE DUELO

Realiza una donación a la Enciclopedia Colchagüina para poder preservarla
DOS FAMILIAS PICHILEMINAS DE DUELO

Inexorablemente, como es la ley de la vida (y de la muerte), nos vamos enterando -a veces con bastante retraso- de la “partida” de vecinos, de conocidos, amigos de la infancia, entre otros.
Y, por cierto, la mayoría poco conocidos y circunscrito al círculo de un barrio o sector vecinal -en el radio urbano- o del sector rural.
No hace mucho rato, un llamado a un familiar nos hace enterarnos que la señora Sara Becerra de Calderón falleció, a quien recuerdo por dos o tres cosas: compañera de colegio de mi madre, con unas prodigiosas manos para hacer “pan amasado”, como pocos que he comido. Y -según mi madre- socia del Círculo de de Amigos Eméritos al cual ella también pertenece, invitada a participar hace algún tiempo.
Ya octogenaria, dejó a su esposo Osvaldo Calderón Gaete y a tres hijos (un varón y dos mujeres). Cabe recordar que otra de sus hijas -María Luisa Calderón Becerra- falleció hace unos años en un accidente automovilístico. Era funcionaria de la Biblioteca Municipal y, en su memoria, hoy lleva su nombre.

También nos hemos informado que una familia -a escasos cien metros de la anterior- ha sufrido la muerte de uno de sus integrantes: Gerardo Villar Pavez. Un pichilemino de poco más de cincuenta años -de similar edad que uno de mis hermanos y compañero de colegio de éste- pero que desde hace más de veinte años sufría una enfermedad producto de un tumor en su cabeza. Y que tras operarse, en los años ochenta, fue contrariamente a lo que se esperaba, provocándole una serie de secuelas como pérdida de equilibrio y dificultades para caminar, pero que igual se “arriesgaba” a desplazarse no con poca dificultad.
Recuerdo que un día, lo veo desde mi casa, intentar bajar hacia una propiedad de su hermano Hernán, cercana a la nuestra. El problema es que sabiendo de sus dificultades intentaba caminar en una huella con importante declive. Le advierto de lo peligroso y le ofrezco mi ayuda, pero la desecha agradeciéndola. Sin embargo da un par de pasos y se desploma cayendo con toda su humanidad a la huella. Corrí a auxiliarlo, pero a duras penas logramos junto a otra persona levantarlo y ayudarlo hasta el plan. Obviamente que quedó con contusiones en su cara, en sus manos y otras partes del cuerpo.
Los últimos cuatro años los pasó postrado, con agravamientos y recuperaciones; pero casi un par de años debía ser alimentado y ya no conocía a nadie.
Mientras pudo trabajar, se especializó en construir mesas de pool y billar; muchas de las cuales vendió a pichileminos y a clientes de la región y otras.
Era el mayor de siete hermanos (dos varones y cinco hermanas).
Para ambas familias -Calderón Becerra y Villar Pavez- nuestras condolencias ante la irreparable de vuestros seres queridos.

Total
0
Shares
Publicaciones relacionadas
Realiza una donación a la Enciclopedia Colchagüina para poder preservarla
error: Content is protected !!