OLAS Y SURF PICHILEMINO EN EL CLARÍN DE BUENOS AIRES

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Chile
CUANDO EL VINO ENCONTRÓ A LAS OLAS

A lo largo de los últimos años, el angosto país se ha ido haciendo cada vez más famoso por la excelente calidad de sus olas y el constante crecimiento de su surfing.

 

Fuente: Diario CLARÍN, de Buenos Aires, Argentina.

Por Pablo Zanocchi

 

Chile tiene fama mundial por la calidad de sus vinos, dicen por ejemplo que el Cabernet Sauvignon de Concha y Toro es uno de los más gustosos que existe sobre la faz del planeta. Paralelamente a lo largo de los últimos años, el angosto país se ha ido haciendo cada vez más famoso por la excelente calidad de sus olas y el constante crecimiento de su surfing. 

 

Viejas crónicas rescatan que el creciente atractivo de las costas chilenas y la deleitante excelencia de su vino se encuentran estrechamente relacionados.

 

Corría el año 1982 cuando uno de los pioneros de surf chileno, Álvaro Abarca y los hermanos Miguel y Cristian Mandri se dirigieron con tablas de surf al pequeño poblado de Pichilemu, incentivados por una foto que nada tenía que ver con surf pero que mostraba una ola quebrando perfecta y que según fueron informados, se trataba precisamente de una rompiente del pueblito costero chileno.

 

Al llegar, apreciaron que las condiciones del mar estaban lejos de ser perfectas, el viento del norte –onshore- deformaba cualquier ondulación, dejándolas aplastadas e insurfables.

 

Como no había nada que hacer con el mar, el grupo de amigos decidió preparar un asado acompañado por una buena cantidad de vino. Luego de un rato de asadito, conversación y todo lo que caracteriza la típica barbacoa entre amigos, las copas se vaciaron y el grupo partió en busca de más tinto. 

 

En el camino, bastante bebidos, vieron que las condiciones del mar estaban completamente distintas, el viento no soplaba más del norte y algunas perfectas y largas izquierdas de un metro pintaban los picos pichileminos. Sin pensarlo dos veces se mandaron para el agua, completamente borrachos.

 

Fue así que Pichilemu fue surfeado por primera vez en la historia, gracias al espíritu aventurero de estos tres amigos, a las pistas que recibieron para llegar a ese lugar y por supuesto, gracias al vaso vacío que al acabarse, pedía relleno.

 

No se tiene una idea clara sobre si fue en esa excursión que se descubrió una de las más conocidas olas chilenas: Punta Lobos. Lo que sí se sabe es que la misma, sufrió un poco de la similar mística que Waimea Bay antes de ser desbravada por Greg Noll y sus amigos, pues un surfista murió al caer de los morros en 1985 y un tabú se creó alrededor de la ola y de la ahora clásica entrada por las llamadas “Tetas”. El gringo Greg Henderson quebró ese tabú un tiempo después y ahora son muchas las personas que han disfrutado de la rompiente.

 

Las ondulaciones en el místico lugar pueden llegar a los 20 pies o más y mantener la perfección. En condiciones ideales las cuatro secciones se conectan haciendo de ésta una de las más largas y perfectas olas del planeta.

 

El Francés –un inmigrante, que se mudó a vivir ahí- es el local más conocido de Punta Lobos, vive frente por frente a la ola, en una casa impresionante y corre olones de 15 pies en Longboard. Ramón Navarro, el Campeón Chileno 2002 se destaca en el pico cada vez que quiebra; durante el clásico Ceremonial de Pichilemu del 2002, se surfó unas enormes de 15 pies. En una de las cuales tomó un tubazo enorme que lo cubrió y supo encontrar la salida, no sabía si realmente estaba entubado de tan grande que estaba, veía allá lejos el labio”, dijo el chileno de la citada ola.

 

Laird Hamilton y su grupo de amigos de Maui surfaron la ola en un mar enorme de más de 20 pies haciendo Tow In en las impresionantes masas. La ola ha sido publicada en cientos de revistas gringas y filmada para decenas de videos.

 

Probablemente el momento de más fama de Punta Lobos se dio después del 11 de mayo de 2006, cuando Diego Medina, de Horcón, otro experto conocedor de la ola, surfó la que para muchos fue la más grande izquierda surfada “de remada” en la historia del surfing. Ola que a la postre ganó los Billabong XXL Awards, galardón que premia la ola más grande surfada a cada año.

 

Agradecimiento a Matías

NOTA del Editor: Además del texto transcrito hay varias fotografías, pero fue imposible bajar una de ellas para complementar el artículo.


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