LA PASIÓN POR EL FÚTBOL QUE VIVIÓ PICHILEMU HACE CASI 50 AÑOS

LA PASIÓN DEL FÚTBOL QUE VIVIÓ PICHILEMU HACE CASI CINCUENTA AÑOS: NACE EL “INDEPENDIENTE “ Y EL “FLECHA ROJA”

Tal como hoy, el tenis sobretodo cautiva a niños y jóvenes –desde hace algunos años-, el fútbol hace cuarenta y seis años era pasión, euforia, pichangas diarias con cualquier pelota, en un sitio eriazo o simplemente en una calle. Esa fiebre que se vivía, entonces, la provocaba el Mundial de Fútbol del ‘62 que se jugaba en junio de ese año en nuestro país.

Más aún con Chile –tras vibrantes encuentros- lograba un espectacular tercer lugar, entre los grandes.

En Pichilemu, un año después, esa semilla, la admiración por los jugadores y la emoción que se transmitía por la radio –la televisión recién estaba empezando a nacer en Chile- no se acababa. Al contrario, niños, jóvenes y adultos –un tanto desencantados con la inercia de los dos escasos dos clubes locales –el “Unión Pichilemu” y el “Arturo Prat”- buscaban el alero necesario para lograr cristalizar sus sueños en feliz realidad. Unos lograron el alero parroquial, otros el alero político. Dos vías para encausar el mismo objetivo: ganar de practicar deporte y dar cauce a las energías juveniles a través del juego del fútbol principalmente.

Es así, como en el mes de Junio de 1963 son fundados el Club Deportivo “Independiente” al alero de la parroquia pichilemina, bajo la guía del cura párroco Orozimbo Fuenzalida. Y el Club Deportivo “Flecha Roja” al alero del partido político cuyo símbolo –hasta ahora- es la flecha roja. Nacen exactamente el 12 y 29 de Junio de 1963, respectivamente.

El Cura Párroco Orozimbo Fuenzalida. Al lado: El primer presidente, Hernán Muñoz Jorquera y el ex jugador y dirigente Camilo Lizana Galarce, captados el ’86. Y, el eterno utilero y jugador, Jorge “Montón de Humo” González Jorquera, uno de los tantos que ya no están, sino en el recuerdo.

“pichilemunews” a los 14 años de edad estuvo allí en la reunión constitutiva de aquel lluvioso día 12 de Junio. Nos reunimos allí en la Biblioteca de la parroquia jóvenes liceanos, otros un poco más adultos que eran parte de los Cruzados y otros ya adultos y mayores que eran parte de la Guardia de Honor. Liceanos, Cruzados y estos últimos éramos parte de la parroquia que dirigía el activo párroco, que poco tiempo después fue nombrado Obispo, primero en Calama, luego en Los Ángeles, para terminar en la Diócesis de San Bernardo.

Casi paralelamente veníamos pidiéndole al Cura Párroco –Mario Rojas Avilés, el suscrito, entre otros- y también los dirigentes de los “cruzados” y “guardias de honor” que nos orientara para fundar un Club Deportivo.

Dentro de nuestros argumentos era que solo había dos clubes deportivos en el radio urbano de la comuna y no teníamos ninguna posibilidad de tener espacio –como jugadores- en sus respectivos equipos y que era necesario para poder hacer deporte y enfrentarnos, también, en el futuro con otros clubes tanto de la comuna como de otras comunas en partidos amistosos.

Fue tanta la insistencia en el transcurso de casi un año, que el Cura Orozimbo aceptó el desafío, fijó la fecha para una reunión y se cursaron las invitaciones. Aquel día 12 de junio, la Biblioteca se hizo estrecha para contener a jóvenes, adultos y mayores que querían ser partícipes de la fundación de un club deportivo.

Tras abrir la sesión, vino una introducción de la responsabilidad que significaba ser parte de una organización deportiva, de la necesidad de cultivar no solo el juego, sino que de la lealtad, de la amistad y caballerosidad, fueron algunos de los temas que nuestro Cura Párroco nos habló. Y, obvio, también, nos recordó que nuestras primeras obligaciones estaban con Dios, los estudios, ser buenos hijos, obedientes, responsables, entre otros valores cristianos.

Tras esa filipina, el Cura Orozimbo pidió que si tenían nombres para el club deportivo, los diéramos a conocer. Ello motivó una serie de nombres y tras una votación al “dedo”, se eligió el nombre “Independiente”. Y luego de ellos, nos dijo: “Otros acuerdos los tomaremos una vez que elijamos un directorio, pero primero tenemos que fundar oficialmente el club, respetando algunas formalidades …

Y LLEGÓ EL MOMENTO

– Bien, en este Libro de Actas que les he traído, anota tu Manolo, pidió el Cura Párroco. Y agregó: Aquí tienes lapicera.

Manolo, era un seminarista arrepentido. Tomó la lapicera y esperó las siguientes instrucciones.

– Pichilemu, 12 de Junio de 1963. En este acto, con la presencia de las siguientes personas, nos hemos reunido para fundar el Club Deportivo “Independiente” …..

De ves en cuando, Manolo volvía a preguntar los nombres que le dictaba el Cura Párroco quien los iba nombrando según estaban ubicados a su izquierda y después por su derecha.

Éramos más de una treintena de jóvenes liceanos, aparte de los dos grupos parroquiales ya indicados, y algunos adultos presentes; pero éstos tras declarar que estaban en pleno acuerdo con la fundación de la nueva institución deportiva, se disculparon por ser miembros del “Arturo Prat”. Tal fue el caso de Manuel Pacheco Arzola, jugador junto a sus hermanos de ese club; pero que en ese acto permitió que su hijo mayor –Manuel Reinaldo- fuera parte de los miembros fundadores. Hubo dos o tres casos más, pero los nombres de aquellos ya no los retiene el disco duro.

Tras quedar más de una veintena de nombres anotados como socios fundadores, el Cura Párroco pidió que se eligiera el directorio, al tanto que se nombraron diversos candidatos. Primero para presidente y así sucesivamente hasta llenar cinco cargos. El electo para presidente fue Hernán Muñoz Jorquera, miembro de la Guardia de Honor, como secretario fue electo Manuel Mella Farías; pro secretario, el autor de esta nota. Los demás cargos también están fuera de nuestros recuerdos. Hicimos un intento hace unas semanas y pedimos ayuda a otros socios fundadores, pero no tuvimos la respuesta esperada para este punto. Sí para recordar a sus primeros jugadores.

Jaime Cabrera Lizana, otro liceano que participó como socio fundador, en su respuesta nos señaló: “Antes que nada quiero agradecerte por considerarme en el artículo que estás preparando. Pero vamos a lo que me pediste. Nuestro fundador patrocinante fue don Orozimbo Fuenzalida, quien más tarde buscó a José Muñoz Gaete para que nos guiara en la cancha como Entrenador. De los jugadores de ese entonces, puedo mencionar en este instante a los hermanos Gustavo y Eduardo (Mandinga) Vidal González, a los hermanos Alberto (Beto) Roberto y Vitalio Carreño (Chichita Vinagre), al Jorge González Jorquera (Montón de Humo), a los hermanos Francisco (Pancho Hueso) y Humberto González Aliaga, Julio Gómez y su hijo Germán Gómez Pérez, Armando Cabrera Lizana (arquero), Alfonso (Merry) González Urzúa, Nelson (Chuchunco) Cáceres Donoso, Ramón (Moncho) Valenzuela Cabrera, Oscar y Carlos Álvarez Pino. También, están Gabriel Pavez, Guillermo Hernández Espinoza, Camilo Lizana Galarce, Juan Gálvez, los hermanos Ramón y Jorge Reyes Olivares, el Manuel Muñoz Jonquera, Juan Pérez Arias, socio fundador que –creo- también fue parte del primer directorio. Es más, me atrevo a decir que fue el tesorero. También están los hermanos Gaete Jorquera: el Eugenio (Pechuga) y Rubén.

“Siento no poder aportarte más nombres, pero te reitero mis agradecimientos, pues ello me ha permitido recordar lindas jornadas deportivas, de convivencia, camaradería, artísticas, bailables. Paseos a la playa, con pichangas incluida cuando estaba en receso el campeonato, que terminaban con una exquisita “piurada” (piures sacados por nosotros mismos, con cebollita fina, picada, harto limón, sal y aceite. Hasta con cilantro y un vinito de vez en cuando). O cuando era más organizado el paseo, un gran tapado a la orilla del mar. O paseos al bosque Municipal. ¡Que lindos recuerdos!, ¿verdad, amigo? Retroceder en el tiempo y volver –al menos en la mente- esos lindos días de juventud que eran un verdadero regalo junto a tantos amigos, compañeros de curso, muchos de los cuales ahora están jugándose una pichanguita allá en el cielo.

Y donde solo permanecen en nuestro recuerdo. Tú lo sabes, gente buena, limpia de corazón y alma, sana de cuerpo y espíritu, nadie con odios ni envidias. Gracias amigo Washington por hacerme recordar esos tiempos y a esos viejos amigos que ayudaron a cimentar nuestro querido Independiente”.

OTROS DEL HISTORIAL

Las impresiones de otros –como ya lo dijimos- las quedamos esperando. No tuvieron tiempo, otras preocupaciones y otros intereses en estos tiempos, quizás. No vamos a tratar de averiguar qué pasó exactamente, sino intentaremos sacar de nuestra mente otros nombres.

Socios antiguos, nuevos y unos pocos que ya no están, muestran algunos de sus trofeos. La foto corresponde al año 1988 aproximadamente.

Los que podamos.

Aparte de los ya nombrados, Mario Rojas Avilés, Ramón Cornejo Aliaga, Ángel Vargas Vargas, David Gómez Pérez, Ariel Araos, Antonio Saldías González, Alberto González Álvarez, Hugo González Urzúa, los hermanos Aldo y Hugo Polanco Contreras, los hermanos Gajardo de Cáhuil: Jorge (El Rucio) y su hermano menor; Juan Paillán (El Indio), Roberto Torrealba, Jorge Peña González, los hermanos Iriarte: Juan “Caco” y el Héctor; los hermanos Leopoldo (Polo) y Roberto Martínez Reyes; Luis Pérez Ahumada, los hermanos Luis (Lucho), Clara y Fernando Urzúa Púa; Ramón Becerra Vargas, los hermanos Becerra Cornejo (Manuel y el “Contrepollo”); los hermanos Bozo Becerra: Eugenia, Marta y Andrés); los hermanos Ortiz Carreño: Mario y Héctor; los hermanos Celis González: Manuel y Miguel; los hermanos Mario y Manuel Jorquera Vargas; Guillermo Pérez, Mario Galarce Polanco, Mario Valenzuela Cabrera; los hermanos Miguel y Ramón Lizana Galarce; Francisco Menares, los hermanos Jorge y Luis Leiva Polanco; los hermanos Carlos y Hugo Herrera Ríos; Carlos Lizana Galarce, Sergio Pacheco Vargas, Bruno Pacheco Urzúa, Orlando Cornejo Bustamante; los hermanos Sergio y Miguel Cornejo Salazar, los hermanos Iván y Jaime Fuentes Cáceres; los hermanos Hernán y Mauricio Muñoz Carreño; Enrique Becerra Jorquera, los profesores Alfonso Apablaza Letelier, Jaime García Widmer, Luis Villanueva Villalobos, Luis González Valenzuela, Juan Riveros. También, Mercedes Vargas, Llanca, Leyla Nasser Guerra, las hermanas Cornejo Salazar: Regina, Enriqueta, Rosa, Mónica, Inés y Roxana. Asimismo, Juan López López, Carlos Lorenzo, Miguel Serrano Zavala, Daniel Barrera Ávila, los hermanos Jorge y Miguel Martínez; Jorge Contreras, Roberto Saldías González, Patricio Herrera Silva, Richard Vargas Llanca, Iván Contreras Pino (padre e hijo) y muchos más de generaciones recientes.

TRAYECTORIA

En el campo deportivo, el “Independiente” ha tenido momentos de extraordinario auge, con varios campeonatos oficiales, de apertura a su haber –algunos en calidad de invictos- pero también ha pasado por momentos críticos como casi la mayoría de las instituciones.

Quizás una de las mejores épocas, en lo deportivo, sea aquella en que fue capaz de parar un equipo y traer al Club Deportes “O’Higgins” de Rancagua, dándole batalla de igual a igual, allá por el año 1972.

Cornejo, Polanco, Pacheco, Muñoz, García, Gálvez, Lizana, Jorquera, Iriarte y Celis, son parte de esa formación histórica que dio campeonatos y glorias al “Independiente” y al fútbol pichilemino.

En otro aspecto, durante los primeros años y hasta mitad de la década del ’70 también cultivó una sana tradición de los clubes deportivos: celebrar cada aniversario con una Velada Artística con artistas locales y amateur (una serie de rutinas y gags humorísticos muchas veces creados por los mismos elencos, donde a veces se retrataban situaciones de la vida pueblerina o algún hecho fuera de lo común) y después bailables –primero con discos- con el tiempo con algún grupo musical. Sin embargo, al final de la década del ’70 vino una escalada y competencia (¿?) de traer shows artísticos o los artistas más top nacionales, terminando con bailables con orquesta o grupos tropicales.

Artistas locales: Rubén Gaete y Clara Urzúa Púa en una Velada de antaño. Al lado, un grupo tropical anima los bailables. Luis Dimas, Buddy Richard, Alberto Plaza, Francisco Puelma, Platón Humor, Los Indolatinos, entre muchos otros artistas estuvieron en aniversarios del “Independiente”.

Hasta –lamentablemente- llegar ni siquiera hacer ninguna actividad; dependiendo de los directorios de turno, del auge o crisis en que estuviera la institución en momentos determinados.

Quizás una de las mayores frustraciones del club es no lograr contar –aún- con una sede social propia. Se han hecho intentos, pero finalmente los esfuerzos han terminado en la nada, diluyéndose sin que hasta hoy no tenga ni siquiera un terreno para ello.

Es quizás el pecadillo de quienes se preocuparon más por brillar con el fulgor de una noche aniversaria, más que de proyectarse y lograr –con la ayuda de prominentes contactos- el apoyo que permitiera finalmente contar con un lugar definitivo para seguir creciendo.

Varios años iniciales fue al alero parroquial quien facilitó viejas dependencias para cobijar a los entusiastas niños y jóvenes que querían ser parte del “Independiente”.

Innumerables jornadas oyendo radio, ya escuchando música y a las 20 horas, religiosamente, los comentarios del inolvidable Jota Eme en la radio “Agricultura”; mientras se jugaba al Ludo, al Dominó, a la Brisca, otros al ping-pong.

Después, con los cambios de curas párrocos, hubo un momento en que se debió emigrar a propiedades privadas; pero –como no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague- también hubo que salir a otro lado. Y así, hasta ahora, se ha seguido abusándose de la generosidad de socios que facilitan sus instalaciones para seguir funcionando.

¿No es acaso tiempo para ponerse un objetivo a cinco años y dar un salto cuando se cumplan los 50 años?

Dejamos lanzada la idea para que –ojala- quienes tienen la responsabilidad de dirigir la institución, ideen un programa que permita caminar seriamente y lo planteen, para que de alguna forma, logremos sino para disfrutar nosotros ni nuestros hijos, sean nuestros nietos y futuras generaciones.


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