SANEAMIENTO DE AGUAS SERVIDAS Y LAS ELECCIONES MUNICIPALES EN PICHILEMU

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SANEAMIENTO DE AGUAS SERVIDAS Y LAS ELECCIONES MUNICIPALES EN PICHILEMU

 

– Conozca quiénes son realmente “los miserables” en este tema sanitario medio ambiental de Pichilemu.

– Cuando la comunidad se une y lucha ante los otros miserables puede hacer grandes cambios, como los que se están viendo y los que se verán.

 

A meses de su inicio, el avance en las obras de construcción en la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas alcanza a un 22% -de acuerdo a los plazos programados- y se espera que ésta esté en operaciones en el mes de marzo de 2009.

Ello permitirá no solo el saneamiento de las aguas servidas del radio urbano, mejorando notablemente las condiciones del medio ambiente pichilemino, especialmente en playas y laguna Petrel. Esta última, otrora un hermoso paseo público que a partir del año 1969 las autoridades de Salud (¿?) en las postrimerías del gobierno de Eduardo Frei Montalva decidieran volcar los colectores de aguas servidas a ese paseo, hasta que –por la contaminación de ese cuerpo de agua- hiciera que pocos años más tarde otras autoridades de Salud prohibieran todo tipo de actividades en el lugar.

En tanto las promesas del ministro de Obras Públicas Sergio Ossa Pretot -de considerar los recursos en el Presupuesto del próximo año (1970) para dar solución a las aguas servidas- quedaron sumidas en el estiércol de la politiquería y promesas fatuas. Dicha promesa fue en respuesta a un oficio que enviaran las autoridades pichileminas de la época en procura de que el gobierno DC diera una “mejor solución” a las aguas servidas.

Muchos años y aguas pasaron para que –finalmente- se retomara el tema. No fue fácil, pues durante años el municipio fue impulsando ante ESSEL, luego ESSBíO, para que la pusiera en sus planes de inversión. Y en reiteradas ocasiones, tras considerarla, fueron “chuteando la pelota”.

Llegó un momento que en el Concejo Municipal, del que formábamos parte, se consideró –imitando a un par de comunas donde el servicio de agua potable y alcantarillado es municipal, Maipú, por ejemplo- pedir a la Superintendencia de Servicios Sanitarios traspasara al municipio pichilemino tal responsabilidad. Y, de esa manera, recurrir a colaboración externa para solucionar problemas de esa envergadura.

Prácticamente el Concejo Municipal viajó en pleno a las oficinas de ese organismo en Santiago. Aparte de ellos, el Jefe de la Unidad de Control y, si mal no recuerdo, también el Asesor Jurídico y un par de funcionarios más. Nos recibió Juan Eduardo Valdivia y ante la solicitud dijo: “En este caso no se podría porque por ley le corresponde a la empresa sanitaria hacerse cargo del Tratamiento de Aguas Servidas y su disposición final. Y ésta ya está otorgada según la nueva ley al respecto”. Algo así nos señaló.

Pero cuando le solicitamos copia del documento que probaba la veracidad de sus dichos, éste indicó: “Esperen un momento, pediré que lo busquen y se llevan una fotocopia del documento”.

Pasaron los minutos y cuando “no lo encontraban por ninguna parte”, el Superintendente se sacó el pillo diciendo que lo buscarían con calma y lo enviarían a la Municipalidad.

Esos antecedentes llegaron meses después, pero –oh, sorpresa- venía otorgada la concesión a la empresa sanitaria pero con fecha muy reciente. ¿Qué indicó aquello? La respuesta es fácil de concluir.

Posteriormente este mismo Superintendente junto al alcalde Vargas anunciaban por la prensa que las obras se iniciarían, cuando a esas alturas la empresa sanitaria no tenía ningún proyecto presentado a la COREMA, quien primero tenía que evaluar el proyecto y tras ello, pronunciarse.

Y cuando dirigentes de instituciones empezaron a manifestar su opinión y cuestionar “el proyecto” anunciado por la prensa, que quería imponer el propio Superintendente –cosa que no le corresponde- con el apoyo del alcalde de ese entonces –a espaldas del Concejo Municipal- llamó a éstos de “ser miserables” por no aceptar esa tremenda obra de progreso; la misma que hubiera CONTAMINADO aún más nuestras playas, flora y fauna marina, contribuyendo a hundir nuestra principal actividad económica como lo es el turismo.

 

NO HAY MAL QUE DURE 100 AÑOS NI DEUDA QUE NO SE PAGUE

Cuarenta años después, se dejará de contaminar y verter las aguas servidas a la laguna Petrel, mediante las obras que está realizando la empresa sanitaria ESSBÍO. Pero no por propia iniciativa de la empresa sanitaria –pese a su obligación de hacerla como empresa concesionaria- sino por la lucha que dio la comunidad organizada, donde la Agrupación Ciudadana por un Pichilemu Limpio, ACPL, lideró y concitó el apoyo de organizaciones gremiales, sindicales, deportivas, comunitarias, vecinales, entre otras, todas las cuales estaban representadas y con amplio respaldo para oponerse al proyecto que –en un principio- querían imponer autoridades gubernamentales de diferentes niveles. Como por ejemplo, el Superintendente de Obras Sanitarias, Juan Eduardo Saldivia (hoy subsecretario del MOP), quien trató de “miserables” a aquellos que nos oponíamos al proyecto oficial, que no era otra cosa que el Emisario Submarino que iba a CONTAMINAR uno de las principales fortalezas de Pichilemu: sus playas, conocidas mundialmente por la calidad de sus olas –por una parte- y los recursos del mar –por otro- que en zonas de manejo aledañas tienen varios sindicatos de pescadores, algueras, entre otros rubros.

Fue una ardua lucha donde la Agrupación Ciudadana por un Pichilemu Limpio –que ahora es reconocida por la propia empresa sanitaria, como un ejemplo- tuvo que enfrentarse a los políticos oficialistas, autoridades regionales y comunales, entre otros, que “cual caballo de cochero” no oían el clamor ciudadano y estaban decididos a todo trance a apoyar a la empresa a IMPONER SU PROYECTO. No obstante, la ACPL no claudicó y con la razón y argumentos técnicos de su lado logró que organismos como la COREMA obligaran a la empresa sanitaria a cumplir con los requerimientos señalados en la Ley 19.300 del Medio Ambiente. Hasta que, finalmente, ante la férrea oposición de la comunidad pichilemina debió capitular y retirar el proyecto de Emisario Submarino. Y, en cambio, presentar un proyecto que asegurara el tratamiento integral de las aguas servidas y no de “pre tratamiento” donde dejaban que las aguas del mar y la “sabia naturaleza” hiciera su trabajo, pero con un costo –a la larga- tremendamente caro para el destino de la actividad turística, una de las principales fuentes de ingreso de los habitantes pichileminos.

 

EL 4X4 y EL CACHARRO

Fue así, como se gestó y se ganó este “cuatro por cuatro” la comunidad pichilemina; dejando en el garaje de los recuerdos “el cacharro” que quería imponer el hoy candidato Héctor Leiva Polanco cuando estuvo como Intendente de la Región del Libertador.

Según esta progresista autoridad, Pichilemu no estaba preparada para aspirar una moderna Planta de Tratamiento de Aguas Servidas y el Alcantarillado Integral de Pichilemu, tal cual el año 2001 la había prometido el Presidente Lagos cuando vino a Pichilemu y a Cáhuil a ver el avance del Puente en la Laguna de Cáhuil.

El candidato Leiva Polanco usando una frase metafórica, respondió a una consulta respecto al tema cuando realizó su primera visita oficial como Intendente el año 2006 a Pichilemu.

Estaban presentes Jorge Nasser de Radio “Entre Olas” FM, Fidel Valenzuela de Radio “Isla” FM, Félix Calderón por el Periódico “El Expreso de la Costa”, Claudio López por Radio “Atardecer” FM, y el suscrito por “pichilemunews”.

Hace poco hemos sabido que –después de casi tres años- Héctor Leiva ha intentado negar lo que dijo respecto a que Pichilemu no estaba en condiciones de contar con una Planta de Tratamiento de Aguas Servidas –por su alto costo, según él- cuando apenas la comunidad podría pagar los servicios que implicaría solo contar con un Emisario Submarino; empleando en esta respuesta el sentido figurativo del 4×4 y un cacharro.

Supuestamente “pichilemunews” habría MENTIDO al atribuirle esas palabras a la primera autoridad regional de entonces.

¡Es así de fácil! A uno se le ocurre inventar “unos dichos” a una autoridad de ese nivel y listo. ¿Y que hace esta autoridad?

Si fuera verdad que se le atribuyó al Intendente Regional, ¿ésta se queda tranquilita y no dice ni pío?. ¿O no habría correspondido una acción, al menos hacer un desmentido al respecto?

Pues bien, no hizo absolutamente ningún desmentido. Y, ahora, casi tres años después dice que la inventamos o que lo malinterpretaron: Que él no quiso decir eso. ¿Qué quiso decir realmente? ¡TODO LO CONTRARIO, ACASO!

Aquí hay otro dato para que la comunidad sepa “cuál es la madera” de este candidato. El mismo que “se quedó callado” el año 1995 cuando su leal camarada y la gente de su partido que le apoyaba concretó el FRAUDE ELECTORAL en las elecciones para elegir Presidente Provincial de su partido.

Si bien hubo una investigación y hubo unos castiguitos de por medio, no fue producto de la acción del pusilánime candidato, sino de otros camaradas; todos los cuales –un año después- olvidaron “el delito” cometido por sus camaradas y, a algunos autores castigados les levantaron el castigo para que postularan en las elecciones municipales del año 1996.

Ello fue el principio del entronizamiento de la corrupción que –después de años de su brillante actuación- ha culminado parcialmente con la acción de la justicia, dejando a estos adalides de la democracia y “conteo” fácil por algunos años fuera del poder. Pero, por desgracia, no están tranquilos y hoy los seguidores de éstos, luchan denodadamente por dejar en el curul alcaldicio –como no- a otro de sus camaradas, aparte de familiares directos que postulan a cargos de concejales. ¿Será necesario que “se sigan sacrificando” por Pichilemu?

Bueno, el domingo la comunidad votará y sabremos qué grado de masoquismo existe en Pichilemu o, en contrario, demuestra lisa y llanamente que aprendió la lección, eligiendo alternativas más alejadas a cualquier atisbo de ese particular estilo de querer servir a la comunidad y que tanto daño ha causado en la fe pública pichilemina.    

 


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