¿VOLUNTAD POPULAR, O ESTRATEGIA DE LOS MACUCOS LOCALES Y FORÁNEOS?
Pese a la larga serie de sucesos negativos ocurridos en la “casa del pueblo” –denominada así por el ex alcalde Jorge Vargas- que no es otra cosa que el municipio pichilemino, algunos aún se asombran de lo que ocurre con cierta frecuencia allí.
Y donde la sucesión de alcaldes titulares, subrogantes y suplentes ha sido la tónica en menos de dos años, entre el momento en que fue condenado por la justicia el ex alcalde Jorge Vargas y el hoy –recién elegido por el Concejo Municipal, el miércoles 12- Hernán Garrido Salas, también envuelto en el “juego de los audaces”.
La capacidad de asombro de los pichileminos ya está superada …; no obstante lo ocurrido hasta ahora NO ES TODO EL REPERTORIO.
¡No!, estimados cibernautas. Desde un tiempo a esta parte se está larvando algo mucho más espectacular y escandaloso.
Los delitos de cohecho, asociación ilícita, fraude al Fisco, adulteración de instrumentos mercantiles, documentos privados, entre otros, esgrimidos en su momento por el Fiscal de Pichilmu, abogado Jorge MENA Ocares a la hora de formalizar y de acusar a autoridades comunales pasarán a ser “un mero pelo de la cola”, cuando dentro de poco se descubra que el resultado de la elección municipal del 26 de octubre, en que resultó electo Marcelo Cabrera Martínez con una amplia mayoría, no es producto genuino de la voluntad popular, motivada por lo que pareciera ser una “brillante gestión alcaldicia” en poco menos de un año al frente del municipio. ¡No señoras y señores!!
Esa cantidad de votos no es causa de las cosas que el alcalde suplente Marcelo Cabrera realizó. Tampoco a la existencia de tantos fanáticos de la figura de Pinochet –con la cual se identifica éste- y a que a la luz de los resultados pareciera que resucitaron.
Esa votación se debe en gran parte al producto de un plan, de una estrategia política donde quienes han ideado y la han estado llevando a cabo –UNA VEZ MÁS- están pensando en el beneficio partidario y/o de la coalición que se beneficiará.
De otro modo no se explica la votación de Marcelo Cabrera, quien tras ser electo concejal llegó al cargo de alcalde suplente, luego de que el alcalde titular Víctor Rojas fuera procesado por el delito de Cohecho al igual que su antecesor y camarada Jorge Vargas, a quien reemplazó.
Cabrera a poco de acceder al cargo de alcalde suplente fue cuestionado al denunciarse su presunta participación y responsabilidad en la presentación de Boletas Adulteradas en rendiciones de gastos por asistencia de él y otros concejales a Seminarios realizados en Puyehue y Arica. Caso en el que también están involucrados el concejal Héctor Cornejo y el ex alcalde Víctor Rojas.
A estas alturas, tras las investigaciones del Fiscal MENA, éste acusó formalmente a Cabrera el 14 de octubre pasado y será sometido a Juicio Oral. De hecho el próximo 25 de noviembre es la audiencia de preparación del juicio.
Todo lo anterior significó que, tras las elecciones, Cabrera no pudo retomar el cargo de alcalde suplente el 27 de octubre; cosa que podría haber hecho si la acusación que pesa sobre él no se hubiera realizado.
Y, pese a ser elegido alcalde para la gestión 2008 al 2012, no podrá jurar ni asumir el cargo el próximo 6 de diciembre, cuando –de acuerdo a la ley- deban jurar las nuevas autoridades comunales.
Eventualmente podrá hacerlo si la justicia lo declara –tras la realización del Juicio Oral- inocente de los cargos. Ello es una probabilidad, pero eso no tiene ninguna importancia para quienes están tras la negra estrategia que podría instalar el 6 de diciembre en el cargo a uno de los seis concejales electos. Más aún, a una mujer.
Así las cosas, “los hilos de la intrincada madeja del poder” no resultaría extraño que sea hasta la propia esposa del ex alcalde Jorge Vargas González (DC), Andrea Aranda Escudero quien sea quien se siente en el curul alcaldicio, candidata electa por la Lista PPD/PRSD, como “independiente”.
Este jueguito significaría que el Circo a que nos tienen acostumbrados los políticos y “señores Corales” locales y foráneos entre los cuales hay dirigentes, parlamentarios y ex parlamentarios, seguirá con muchas funciones más –con prometedores numeritos- al tiempo que se sigue pisoteando el nombre de nuestra patria chica.
Una clara muestra de ello es la reciente elección del onceavo alcalde –cuyo mandato expirará el 6 de diciembre- Hernán Garrido Salas, quien será sometido a un juicio abreviado por estar involucrado en el caso “Parquímetros”, el mismo que provocó la salida del alcalde titular Víctor Rojas a escasos dos meses de estar ejerciendo como tal.
TRICEL
Lo lamentable de todo este corolario de escándalos –sin contar otros de por medio- es el triste papel del TRICEL quien tenía la oportunidad histórica de SENTAR UN PRECEDENTE JURÍDICO con respecto a la elección de alcalde en Pichilemu. Pero no lo hizo, prefirió “irse” por un camino totalmente fuera de lugar, al «confundirse».
La cáfila de legisladores no fueron capaces (o lo dejaron a propósito) de prever una situación especial como la que se ha producido –ya en dos ocasiones- en Pichilemu.
¿Acaso no se separaron los candidatos a alcalde y concejal para que –justamente- no se torciera la voluntad de la mayoría?
Pues, al no dejar establecido quién debe reemplazar a un alcalde que queda inhabilitado para poder seguir ejerciendo, o en caso de muerte, el tema se ha “solucionado” eligiendo al nuevo alcalde, en esos casos, de entre los que resultaron elegidos concejales; en circunstancia que DEBIERA SER LO MÁS JUSTO, quien le sigue con la segunda mayoría de votos.
Y en el caso de Pichilemu, el candidato que resultó electo enfrenta un juicio donde SE INSCRIBIÓ sin tener impedimento para ello, pues a la fecha de ello no estaba ACUSADO, sino recién el día 14 de Octubre, a días de concretarse la elección.
No obstante a ello, la Justicia CUMPLIÓ con todos los procedimientos formales en estos casos: NOTIFICANDO a los entes involucrados. Al propio acusado –Marcelo Cabrera Martínez- notificándolo de su nueva situación jurídica y de los impedimentos para ejercer su derecho a sufragio entre otros. Se notificó a las instancias electorales, no obstante esta instancia NO OPERÓ y, al momento de presentarse a votar Cabrera –hechas consultas al Encargado Electoral Comunal- se indicó no tener impedimento. No obstante a ello, los antecedentes de alguna manera hace que ciertas condiciones dadas NO FUERON LAS NORMALES y todo aquello no fue considerado por el TRICEL.
Ya habrá tiempo de preguntarse por qué este organismo desestimó la reclamación realizada por quien obtuvo la segunda mayoría; sobretodo cuando se sepan los entretelones de esta crónica anunciada.