PISTA DEL AERÓDROMO DE PICHILEMU “PAREJITA COMO MESA DE BILLAR”

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PISTA DEL AERÓDROMO
DE PICHILEMU “PAREJITA COMO MESA DE BILLAR”


Como en sus
mejores tiempos quedó la pista de aterrizaje del aeródromo de Pichilemu, tras
los trabajos realizados por maquinaria conseguida por el Jefe de Plaza, el
coronel Melo –de la Brigada Aérea
Ejercito, del Comando de Aviación de Rancagua- luego que el presidente del Club
Aéreo local piloto Renato Jaramillo solicitara el apoyo para dejar ciento por
ciento operativo la importante alternativa existente en el borde costero de la Región de O’Higgins.


En efecto,
así nos lo informó el propio dirigente del club aéreo local, quien desde hace
años está gestionando la renovación del Comodato de Administración del
Aeródromo Municipal que le permita al Club Aéreo de Pichilemu, CAP, realizar un
mejoramiento integral para operar en condiciones de seguridad tanto para los
propios habitantes del sector como para las aeronaves y pilotos que aterrizan y
despegan desde el lugar.


Esta
actividad en el pasado se ha realizado sin mayores problemas, pero siempre en
condiciones de riesgo por la poca o nula conciencia de personas que ingresan
–sin permiso- a través de los cierros, en muchos casos y en forma permanente
“cortando los alambres de púas”, para transitar por la pista y/o atravesar de
un lado a otro.


Si bien es
cierto, unos pocos lo hacen por los costados del cierre perimetral, unos
cuantos intrépidos e inconcientes lo hacen paralelo a la pista. E incluso, unos
pocos, por el interior haciendo caso omiso de retirarse y/o alejarse del lugar
cuando vienen aterrizando aeronaves o despegando, lo que ciertamente constituye
un riesgo tanto para quienes caminan junto a la pista como para los ocupantes
de los aviones.


Esta razón es
la que principalmente atenta al normal desarrollo de las actividades aéreas en
el aeródromo pichilemino y que ha sido una de las causales más recurrentes por
la cual la Dirección General
de Aviación Civil, D.G.A.C. -que es el organismo que vela por las operaciones
aéreas se realicen dentro de la normativa del Código Aeronáutico- exija al CAP
la corrección de las distintas observaciones que –en visitas de inspección-
realizan a los distintos clubes aéreos del país. 


 


CÍRCULO VICIOSO


Cabe señalar
que esas exigencias se las realizan al Club Aéreo de Pichilemu, CAP, y no a la Municipalidad de Pichilemu
que es la propietaria del Aeródromo.


Así y todo el
CAP, desde que fuera fundado el 2 de Noviembre de 1964, ha asumido siempre
estas observaciones en el tiempo, logrando de la D.G.A.C. las autorizaciones para operar tanto con
el aeródromo como con sus aeronaves, pero ello siempre ha estado respaldado por
la vigencia de un Comodato de Administración entre el municipio y el CAP;
firmándose a través del tiempo por cinco años, e incluso por diez años, hasta
que el hoy ex alcalde Jorge Vargas –condenado por la justicia- se negó a firmar
Comodatos de más de un año de duración, motivado por su creciente interés de
enajenar los terrenos del Aeródromo Municipal, influido por un personaje que durante ya
varias décadas viene inscribiendo para su beneficio terrenos fiscales (con el
alto auspicio de Bienes Nacionales y ayuda de otras autoridades).


Llegó un
momento que –pese a la solicitud del CAP- de seguir renovando el comodato
anual, no hubo respuesta alguna; dejando en el limbo la administración del
Aeródromo y, por tanto el CAP, impedido de realizar los trabajos de
mejoramiento que exige la D.G.A.C.
para “salvar las observaciones” y lograr poner en funcionamiento el Aeródromo.


Pese a esa
evidente mala disposición del ex alcalde Vargas hacia el CAP, tras su
destitución por acción de la
Justicia, se producen los ya conocidos cambios de alcaldes: titular
primero y muy luego, subrogantes y suplentes.


Por desgracia
ninguno de ellos, “se puso los pantalones en el tema” (algo imposible en
algunos de ellos), hasta que –finalmente- tras el fallo definitivo de la Justicia en el caso
Boletas Adulteradas; accede como alcalde titular Roberto Córdova Carreño.


Conversada la
situación, a través de dirigentes del CAP, esta nueva autoridad comunal se
allana a buscar una solución, mostrando su disposición para que el CAP pueda
administrar y operar el Aeródromo, en base a la firma de un Comodato de
Administración del Aeródromo, de largo plazo, accediendo a la solicitud de la
institución aérea pichilemina.


Pero no
obstante, encarga la redacción del documento al nuevo abogado asesor municipal,
quien después de un tiempo presentó un extenso borrador con una serie de puntos
que hacen impracticable la firma del documento.


Ello por
cuanto hay una serie de cláusulas que ponen al CAP bajo la espada de Damocles,
constituyéndose en un documento “leonino” mediante el cual el CAP queda
supeditado a que unilateralmente la Municipalidad –no un Tribunal- puede argumentar
causales para ponerle término al Comodato sin que hayan indemnizaciones por la
serie de mejoramientos –que se autorizan- y que eventualmente se hayan hecho a
la fecha.


El CAP le ha
hecho las observaciones al “borrador” pero el abogado ha recomendado dejarlo
tal cual y hasta la fecha no se ha firmado.


Desde el año
1964 en adelante se fueron firmando Comodatos de Administración, todos los
cuales, cautelaban como corresponde el interés municipal. Y nunca hubo una
causal que impidiera al CAP siguiera administrando el Aeródromo.


Hoy sin
embargo, en una actitud contradictoria, el alcalde Córdova aparece públicamente
apoyando la firma del Comodato con el Club Aéreo, pero en los términos
redactados eso se hace imposible.


Renato
Jaramillo –el presidente del CAP- nos ha informado que nuevamente se le hizo
llegar al alcalde Córdova una serie de observaciones al borrador de Comodato
con la esperanza de modificarlo y llegar a firmarlo a la brevedad. Lo que
esperamos así sea.


Este borrador
“leonino” ¿significa que los anteriores comodatos no cautelaban los intereses
municipales? ¿Acaso notó algún riesgo el alcalde Córdova que el CAP quiera
quedarse “para sí” con el Aeródromo Municipal o que esta institución quiera
enajenarlo en el futuro?


¿Acaso no se
ha dado cuenta quiénes son los que le tienen ganas a esos terrenos …?


Hoy por
razones fortuitas y por la tragedia que sufrió buena parte del país,
muchos se han dado cuenta de la necesidad imperiosa de que nuestro país tenga
operativos una red de Aeródromos a lo largo y ancho de nuestro suelo. Los que
de hecho han servido para que –tal como en catástrofes similares en otros años-
se realicen “puentes aéreos” que han permitido llegar más rápidamente con
ayudas a las zonas más dañadas del país. Y ahí, como siempre los distintos
clubes aéreos han estado al pie del avión, colaborando y ayudando a hacer más
expeditas los auxilios, socorros y ayudas a la comunidad.


Es por ello y
ante la inercia municipal es que el CAP en días pasados -ante la emergencia- reabrió
el Aeródromo aunque con ciertas restricciones en la Pista de Aterrizaje.


Felizmente y
providencialmente el Jefe de Plaza, coronel Melo a cargo de la provincia
Cardenal Caro es un hombre que sabe sobre la importancia de los aeródromos y
ante la solicitud del CAP se sumó con sus buenos oficios y gestiones;
lográndose que en días recientes el Aeródromo haya quedado “parejito como mesa
de billar” y en condiciones de que las aeronaves puedan operar sin problemas.


Ahora falta
–por una parte- que el alcalde Córdova se allane a firmar un Comodato sin
tantas restricciones, limitaciones y con cláusulas que lisa y llanamente están
demás, pues llegado a una situación especial que pueda ser motivo de
controversias, éstas se pueden llevar a la Justicia y sea ésta quien determine las
responsabilidades de uno y otro ente.
Y una vez firmado el Comodato de Administración, seguir con la serie de trabajos y trámites ante la D.G.A.C. para que este organismo levante las restricciones, autorice formalmente que el Aeródromo está operativo y lo comunique a través de un NOTAM sobre las nuevas condiciones de operatividad del aeródromo pichilemino. 


Todo lo demás es
ponerle “pelos a la leche” y justificar –por parte del abogado- sus honorarios.


Esos
esfuerzos y conocimientos del destacado profesional podrían ser ocupados más
brillantemente en cautelar la serie de terrenos: Bienes Nacionales de Uso
Público principalmente, que audaces han ido tomando para sí, dejando a la
comunidad sin varios de estos.     
  


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