¿Panel de expertos o panel doctrinario?
Por Marcelo Mella Polanco
La realidad de la mayor parte de las comunas del país es distinta de la imagen ideológica de los expertos. En la mayor parte de las comunas, los municipios arrastran, por décadas, grandes dificultades de financiamiento, no logran generar nuevos ingresos vía innovación y no han desarrollado un concepto denso respecto de qué educación requiere su comuna y el país.
El Panel de expertos ha entregado su primer informe para el mejoramiento de la calidad de la educación en nuestro país. Junto con compartir algunos propósitos, como el aseguramiento de la calidad, la profesionalización de la función directiva y el mejoramiento de las condiciones de trabajo de los profesores, las propuestas contenidas en el citado informe también generan una zona gris con múltiples interrogantes.
Un aspecto cardinal, en lo político, consiste en la composición del panel encargado por el Presidente de la República de elaborar las propuestas. Claramente este equipo, siendo muy respetable en lo profesional, no constituye una expresión de pluralismo, omitiendo por ejemplo a actores clave como el Colegio de Profesores, los rectores de las universidades y especialistas que no pertenecen a la ortodoxia. Si bien es cierto participan de esta comisión cuatro ex ministros y una ex subsecretaria de la Concertación, lo que podría interpretarse como una expresión de pluralismo, sus integrantes representan, en forma predominante, un discurso descentralizador, receloso de la capacidad del Estado y simpatizante de la lógica del mercado. Estos expertos comparten, en general, una gramática sobre-adaptada, que agota su imaginación ante el diseño de políticas públicas en los fetiches de la competitividad y los incentivos.
Respecto de los contenidos, este primer informe ha organizado sus propuestas en tres ejes: formación inicial docente, carrera docente y rol de directivos.
En materia de formación inicial docente existen, a mi juicio, incentivos claramente mal diseñados. Por ejemplo, el informe propone otorgar becas que cubran la totalidad del arancel de referencia de las carreras de Pedagogía a los estudiantes que obtengan más de 600 puntos en la PSU y que se matriculen en programas que exijan un puntaje mínimo de 500 puntos. Sin embargo, se agrega que este beneficio deberá reintegrarse al Estado en los casos que los estudiantes no terminen su carrera. Lejos de constituir un incentivo, este mecanismo es un factor que contribuirá a elevar el riesgo de estudiar Pedagogía ante otras opciones que no contemplan la posibilidad de devolución del beneficio.
Respecto de la carrera docente, el informe propone que, siguiendo la experiencia de profesiones como Medicina y Derecho, se deberá exigir un “examen final habilitante” para autorizar el ejercicio profesional de los futuros docentes.La argumentación del panel resulta inexacta porque si bien Medicina y Derecho poseen “exámenes habilitantes”, resulta impensable proponer en estos ámbitos convertir este examen en una barrera de entrada a la profesión para egresados de otras disciplinas. ¿Es posible pensar medidas semejantes frente a profesiones con mayor prestigio y poder gremial?
En relación con el rol de los directivos, se advierte el propósito de profesionalizar esta función, convirtiendo al director en el principal actor del proceso educativo. Sin embargo, valdría la pena que los expertos respondieran mediante qué procesos de aprendizaje se construirá el concepto de sociedad. ¿O estamos condenados a vivir en una ciudadanía de particularismos insuperables? Sabemos que si los directores son los pivotes de las reformas, nuestro sistema escolar podría llegar a ser equivalente a 345 proyectos distintos (uno por cada comuna).
La realidad de la mayor parte de las comunas del país es distinta de la imagen ideológica de los expertos. En la mayor parte de las comunas, los municipios arrastran, por décadas, grandes dificultades de financiamiento, no logran generar nuevos ingresos vía innovación y no han desarrollado un concepto denso respecto de qué educación requiere su comuna y el país. Este panel no se pronuncia respecto de cómo generar esas capacidades. Tampoco señala cómo se erradica el clientelismo de las prácticas de los sostenedores, situación que exacerba el inmovilismo de los profesores ante la autoridad comunal.
En suma, elinforme del panel de expertos contiene un conjunto de incentivos de discutiblecoherencia y eficiencia, pero muy poco de contenidos para una política demejoramiento del sistema escolar. No existen estrategias para alcanzarsoluciones cooperativas y de compromiso. Nuestro país requiere ante éste yotros temas públicos menos fetichismo conceptual y mayor imaginación y audacia.
*Cientista político y académico Universidad de Santiago de Chile