Contra el olvido. Memoria de la Música Chilena de Nano Acevedo
FIESTA MUSICAL EN PRESENTACIÓN DE OBRA LITERARIA
– Aparecen Ponciano Meléndez (Cahuil, Pichilemu), Hugo Lagos (Población, Peralillo), el Negro Medel (Larmahue, Cachapoal), Raúl de Ramón (santiaguino identificado con Santa Cruz y Colchagua), Pirincho Vergara (identificado con San Fernando y Curicó), entre otros cientos de artistas y folcoristas.
Con un paseo musical por todo el país a través del canto nortino, centro, sur, chilote e incluso, de Rapa Nui- fue acompañada la presentación del libro Contra el olvido. Memoria de la Música Chilena religiosamente a la hora señalada en la acogedora Sala de SCD.
El actor y locutor al único que no presentaron- fue el encargado de ir anunciando la participación de los numerosos artistas que han trabajado con el autor de la obra literaria. Es así como, con uno, dos o tres temas fueron pasando el cantautor Eduardo Peralta, el Grupo de Música y Baile Antillanca, el Grupo Arrebol con Pablo Parra, Eduardo Yañez, Lilia Santos, Norma Medina, Pancho Villa, La Estudiantina de la Chimba y el Payador Pedro Yañez; quienes recordaron parte de sus respectivos repertorios y que el público integrado en su mayoría por gente ligada a la música y el espectáculo- aplaudía generosamente.
Y no solo eso, sino las introducciones, recuerdos y anécdotas ligadas a las trayectoria de muchos de los creadores y artistas que en el libro de Nano Acevedo- salen del anonimato como un intento de perpetuarlos en la galería y el corazón, como un homenaje a su incansable trabajo por mantener la música viva y presente en cada rincón del país.
Muchos -como lo recordó Nano Acevedo en sus palabras- en giras por todo el territorio nacional no solo a principios de los años 70 sino luego en el gobierno militar con todo el riesgo que implicaba.
Todos los gobiernos de allá y acá- se han desentendido de miles de creadores que hay en cada lugar y que no obstante siguen trabajando calladamente, incansablemente por mantener la música nacional vigente. Y acto seguido, disparó. Ahí tienen, por dar solo un ejemplo, al maestro Vicente Bianchi quien hace tiempo debiera haber recibido el Premio Nacional de Música.
OBRA
pichilemunews que estuvo presente y adquirió la obra- en una rápida hojeada nos ha dejado más que satisfecho al ver en parte de las 185 páginas, no solo a destacadísimos artistas que conocimos en vivo en los Shows de las diferentes radioemisoras durante el año 1964 cuando nuestro padre decidió retirarnos del Liceo José Miguel Camilo de Pichilemu, a raíz de la álgida campaña presidencial de ese año, donde la política y campaña del terror fue evidente a través de la propia directora del establecimiento católico de la época.
Retirados a mitad de año, nuestro padre nos envió a Santiago, a la casa de nuestros abuelos paternos. Y como no logramos inmediatamente la matrícula para seguir estudiando, una manera de distraernos sin pagar entrada era gratis, pero había que conseguirlas muy temprano en la mañana- conocimos prácticamente todos los auditórium de las emisoras que por esos años tenían shows en vivo y compañías humorísticas.
Fue así como aparte de la residencial La Pichanga en radio Corporación, el Show de Yasta en la Minería, Hogar Dulce Hogar y Firulete en la Portales, el Show de la radio Cooperativa Vitalicia, por nombrar las principales, pudimos conocer a: Los Perlas, Ester Soré, El Show de La Desideria (Anita González), y a la mayoría de los conjuntos musicales y cantantes de la Nueva Ola.
La obra de Nano Acevedo recoge en sus páginas a cientos de creadores y artistas que contribuyeron a mantener vivo el folclore y que nos permite reconocer en cada texto la obra y trayectoria de cada uno.
Por cierto muchos desconocidos, pero no por ello menos importantes. Y claro, los grandes que a través de las diferentes épocas nos deleitaron no solo con folclore, sino con boleros, humor musical, voces melódicas, entre otras.
No podemos dejar de expresar la grata sorpresa de encontrar aparte del texto dedicado al payador pichilemino Ponciano Meléndez (Pág. 123), cuyo verdadero nombre era Juan Becerra Vargas- sino a que otros grandes del folclore como a Hugo Lagos, quien era un eximio del Arpa (Pág. 121) que era de Población (comuna de Peralillo), al Negro Medel (Pág. 78) que era de Larmahue, Pirincho Vergara de Ortiga y Uraco que era de la zona.
También al folclorista Raúl de Ramón que aunque nacido en Santiago se le identifica por el folclore y vestimenta de la huasa provincia de Colchagua.
Una obra que sin duda será importante a la hora de hablar o escribir sobre nuestros creadores en el campo de la música y que tiene un trabajo de investigación, de urgar, de entrevistas y conversaciones con familiares, amigos y artistas que son ex o aún protagonistas en el campo musical y artístico de nuestro país.
Lo que merece sin duda- el reconocimiento para quien tuvo la misión de llevar al papel esta obra.
