PICHILEMU: LA SITUACIÓN HOSPITALARIA, EL BICENTENARIO Y LA POLÍTICA

PICHILEMU: LA SITUACIÓN HOSPITALARIA, EL BICENTENARIO Y LA POLÍTICA

Después de varios meses, logré oír vía on line la Radio “Entre Olas” FM el sábado 21 pudiendo sintonizar la emisión extra del Informativo de la emisora y, posteriormente, el programa “Enlace Comunal” que conducen habitualmente Hugo Toro y Miguel González.

No obstante, en esta ocasión estaba solo este último porque –según explicó- Hugo Toro en su calidad de dirigente político de las UDI estaba en Santiago participando del proceso eleccionario de su partido y también porque está terminando sus estudios.Sin embargo, Miguel González no estaba solo. Lo acompañó el vecino Eduardo López y más tarde se incorporó el profesor y ex concejal Carlos Leyton Labarca.

Pese a que tras comentar el acontecer comunal, inquietudes de la comunidad –como es el caso de la atención hospitalaria, como también expresar la opinión a cómo se llevan algunas cosas en Pichilemu- estuvieron llanos a recibir llamados telefónicos.Y de hecho, recibieron al menos tres llamados, lo que es una demostración de que al menos son tolerantes, que escuchan y aceptaron estoicos incluso una llamada en donde se les criticó.

Si es o no es un aporte, ese solo hecho que posibilita la libertad de expresión, es un signo positivo.

Me recordé perfectamente de que la realidad pichilemina en los últimos años, en donde algunos programas aceptaban llamadas telefónicas “concertadas” previamente, en que la consigna es o era avivar la cueca, de tirar flores. Todo absolutamente controlado. Y no estamos hablando de políticos en tiempos de dictadura, sino en políticos que se llenan la boca con la democracia; pero la democracia que es funcional para ellos …

HOSPITAL

Pero hay temas que desconocen muchas personas, no solo esta autoridad comunal. Un hecho concreto, cierto, es que la situación hospitalaria en Pichilemu –como en todo el país- funciona como las “reverendas”. Y que quede claro, no por responsabilidad de los funcionarios del sistema, sino por las políticas de salud pública que han implementado los gobiernos de los últimos veinte años.

Estos gobiernos dirán que ellos heredaron ese sistema. Si así se defienden, peor aún, porque en estas dos décadas fueron incapaces de cambiar el estado de cosas para mejor. Al contrario, fue para PEOR. Y la prueba más palpable es la que tenemos en Pichilemu.

Veamos –rápidamente la historia- en las primeras décadas del siglo pasado Pichilemu se estaba armando como comuna y disponía de un modesto Dispensario que era premunido de medicamentos por la generosidad del Doctor Eugenio Díaz Lira –primero- quien incluso en sus vacaciones en Pichilemu atendía gratuitamente a la comunidad.

Posteriormente se crea la Casa de Socorros y en una de las primeras administraciones del alcalde Felipe Iturriaga Esquivel, éste contrata al Dr. Basilio Sánchez Berguiristain.Más adelante, en la década del ’60 es elevado de categoría y queda como Hospital de Pichilemu –categoría IV- funcionando en el mismo viejo recinto hasta el año 1986.

En esas fechas, ya funcionando la provincia Cardenal Caro, el gobierno militar construye el recinto del Hospital de Pichilemu en la Población “Ross” en un terreno que –según el Loteo- estaba destinado a área verde.

Lo inaugura en pleno verano el Presidente Augusto Pinochet Ugarte junto a su esposa y el Ministro de Salud, el Dr. Chinchón. Modernas instalaciones, incluido Pabellón para Operaciones.

Llega la tan esperada democracia –la que también añorábamos- y tal como lo señaló el auditor Carlos Von Unger, el sistema de salud fue decayendo; derivándose a los pacientes a otros hospitales de la región. En lugar de potenciar el Hospital, lo debilitaban. Por cierto no solo Pichilemu, pues la situación es sintomática en todo el país.

En definitiva: más retroceso, en lugar de progresos, que hubo pero que en el suma y resta, quedan al debe.

¿El tratar estos temas en un programa radial no ayuda en nada?

Por cierto que sí, aunque a algunos o algunas no les parezca.

Permite a algunos y a algunas a darse cuenta cómo la política llevada al extremo de gobernar por gobernar y mantener el poder por el poder, es una mierda que tarde o temprano hay que desecharla. Lo que no quiere decir que no estemos libres de caer en lo mismo, cuando seguimos gobernados por políticos al fin y al cabo.

BICENTENARIO

Otro de los temas que me gustó oír, fue la inquietud expresada en relación a la celebración del Bicentenario. Y, lamentablemente, como me pareció luego de escuchar a los panelistas en Pichilemu –que se sepa- el municipio pichilemino no tiene nada organizado a menos de un mes en que se cumpla aquella celebración: el “18 de Septiembre”.

Ello me hizo recordar nuestra pasada por el Concejo Municipal donde reiteradamente puse ese tema –oralmente, como por escrito- dando algunas ideas a considerar para que Pichilemu se adhiriera en forma concreta, efectiva a esta magna conmemoración que se acercaba raudamente. Varias presentaciones por escrito avalan mis recuerdos; pero aparte de que algunas preocupaciones que si se hicieron realidad –con recursos sectoriales, regionales- nada de lo expuesto concretamente para el centenario, a nivel comunal, fue acogido.

Estoy hablando de iniciativas expresadas entre el año 1996 al 2004. De ahí a la fecha han transcurrido otros siete años …¿Qué hay, qué obras se inaugurarán realizadas con recursos municipales?

No obstante a este panorama poco halagüeño, la idea expresada por el profesor Carlos Leyton –que de seguro se hará realidad- aunque no es original, no por ello tiene su mérito. Al menos, quedará en la historia que en la localidad rural de Ciruelos, a alguien le “cruje” y –como siempre- apoyado por su alumnado dejarán un testimonio enterrado para que en CIEN AÑOS MÁS, algún descendiente de este profesor y de estos niños, diez más el profesor, tendrán el privilegio de desenterrar y, con satisfacción y orgullo, entregar estos tesoros al Museo del Niño Rural.

De paso debemos recordar que ese Museo surgió como una modesta idea y casi todo lo que es, se debe al tesón y persistencia del mismo profesor y su alumnado. Pero no solo de eso tocó Carlos Leyton en su participación el sábado en el mencionado programa radial –que dicho sea de paso, irá a partir del próximo domingo entre las 12.30 a 13.30 horas, en la misma emisora- sino de los intentos que hizo cuando por cerca de un año, le correspondió ejercer como Alcalde de la comuna.

Ello fue durante el año 1999 cuando una de las “jugarretas del Sr. Jorge Vargas, quien ejercía el cargo de alcalde titular” fue alejado por la justicia por otorgar Permisos de Conducir Provisorios a un conductor que estaba impedido –por la Justicia- de conducir. Por arte y magia de las influencias de políticos, curas y obispos, salió libre de polvo y paja; pero condenando a la persona que –precisamente- le había advertido de la gravedad de las acciones que estaba cometiendo el Alcalde.

Como su partido lo siguió avalando –pese a que ya había demostrado en el propio partido su leal juego en elecciones internas, el año 1995- prosiguió su carrera política hasta que finalmente la Justicia se encargó de ponerlo en su lugar, destituyéndolo y condenándolo por otros delitos, incluso por otros cometidos en la vorágine y desesperación ante la pérdida del poder.

¿Pero a qué vamos? Bueno, a otro tema, pero que hay que situarlo en el contexto de cómo ocurrieron las cosas …

Fue elegido Carlos Leyton como alcalde suplente y no obstante en que aquella elección también las malas prácticas de la política nos dejó sentido, ello no fue óbice para que apoyara las buenas iniciativas que surgían en esta administración, tal como lo hacía –pese a la oposición a las malas prácticas del anterior- a brindar mi apoyo.

Fue así como un grupo de jóvenes pichileminos planteó la idea de hacer una atractiva entrada de Bienvenida a Pichilemu. Presentaron primero un Croquis, luego planos e, incuso, cálculos estructurales, para dar seguridad de la construcción de un Portalón que simulaba la fachada principal del edificio del ex casino.

Pero estas exigencias de las autoridades de Vialidad no fueron suficientes y se le empezaron a poner trabas. Y, lamentablemente, claramente políticas más que de origen técnico.

De hecho, en mi calidad de concejal acompañé al alcalde Carlos Leyton a una entrevista con el entonces Seremi de Obras Públicas, en ese momento el ingeniero Ricardo Trincado –que más tarde fue nombrado Intendente Regional- donde su argumentación fue que el tipo de estructura debía contar con estándares de seguridad y ciertas distancias que estas estructuras debían tener desde los bordes y/o bermas de un camino público o carretera, por el peligro inminente de constituirse en un obstáculo para cualquier tipo de vehículos.

Ante ello, nuestra respuesta fue que si era por eso no nos explicábamos cómo existían en la carretera Cinco Sur, una serie de letreros y estructuras de Bienvenida claramente peligrosos que si habían sido autorizados. Y –por otra parte- que en los cruces de la Carretera con diversas ciudades habían decenas de Pasarelas que se suponían cumplían con todas las normas de seguridad y no obstante ello, éstas eran colisionadas e, incluso, colapsaban cayendo sobre vehículos.

Finalmente, quedó como autoridad de esa cartera en estudiar más acabadamente el tema para pronunciarse, pero su respuesta nunca llegó.Más tarde, como ya dijimos, fue nombrado Intendente de la Región de O’Higgins y paso por medio –en el caso de los Sobresueldos- se fue “castigado” al Área Metropolitana donde ejerció en diversos cargos del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, entre ellos ser Director del Serviu.

Ejerciendo este cargo, estuvo cuando se “repavimentó” la Alameda Bernardo O’Higgins, trabajos que pese a toda la dedicación que tuvo para que quedaran perfectos, a poco de entregarse presentaron quebraduras en el hormigón …

Tal como lo planteó el ex concejal Carlos Leyton, aquel Portalón u otra estructura que cumpla con el objetivo a la entrada de Pichilemu, éste es una obra que requiere más voluntad que recursos –al margen de los materiales que se decida usar.Y si bien ya no está como para pensarlo para este Centenario, pienso que tarde o temprano debiera considerarse justo en donde se inicia el Radio Urbano, en la actual Carretera I-50 o la llamada –ahora- Ruta del Vino. ¡Salud!


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