EL MES DE SEPTIEMBRE Y EL BICENTENARIO

EL MES DE SEPTIEMBRE Y EL
BICENTENARIO

– En breve «pichilemunews» mostrará una serie de novedades en el marco del Bicentenario y que se unen a otras iniciativas realizadas -como los proyectos audiovisuales «Protagonistas pichileminos cuentan su historia» y «Pichilemu: Así éramos antes, así somos hoy» en fase de terminación- hasta ahora.

Desde hoy a través de toda
nuestra Patria –e incluso en cada lugar en donde está algún compatriota, unos
más, unos menos- éstos deben estar experimentando una sensación distinta con los aires
dieciocheros, que en este año tienen una connotación especial: Estamos
cumpliendo 200 años de vida independiente, aunque entre comillas si es que
analizamos esta situación en el campo económico.

No por ello, es menos
significativo. Y no solo para nuestro país, Chile, sino para muchos países
hermanos que coincidentemente se independizaron en el mismo año, tras no pocas
batallas emancipadoras y que cobraron la vida de miles de patriotas y no pocas
vidas de quienes lideraron esas luchas independistas.

Este Septiembre de 2010 es
muy distinto al de muchos otros septiembres. Y lo será, también, de los que
sigan, pues nuestra patria ha sido golpeada –en un gran porcentaje del
territorio nacional- por la naturaleza, dejando una secuela de destrucción y
muchas vidas de niños y adultos tronchadas, aumentando más aún el dolor de
aquellas familias afectadas.

Afortunadamente, en cada
rincón, el sufrido pueblo chileno ha ido sorteando con entereza, levantándose
poco a poco, aunque en algunos lugares no con toda la celeridad requerida y/o
deseada.

Aún así, se hacen los
esfuerzos para responder a los requerimientos y en varios aspectos se ven
muestras patentes de que la reconstrucción se ha iniciado.

Hay zonas, comunas, en donde
sobretodo el aspecto viviendas definitivas va lento. Sin embargo, para que éstas
sean definitivas y no soluciones de parche, los tiempos no pueden ir de la mano
al deseo inmediato de algunas familias. Y, claro, los más impacientes –en
algunas ocasiones alentados por aquellos mismos que han sido incapaces para
responder oportunamente, como es el caso de otros siniestros causados por la
naturaleza, como en Tocopilla por dar solo un ejemplo- se desesperan, protestan
y expresan su malestar. Por suerte, la mayoría entiende exactamente la
dimensión de la catástrofe y espera con más paciencia.

Pero así como el terremoto y
maremoto del 27 de Febrero pasado nos sumió en la desesperanza, con réplicas
que de vez en cuando hacen renacer el temor, la naturaleza pese a seguir
demostrando su poder, hechos como los sucedidos en la Región de Atacama, junto
con hacernos emocionar de Arica a Punta Arenas –e incluso conmoviendo a la
comunidad internacional- nos ha permitido darle un vuelco especial al conocer
de la fuerza y lecciones que nos han dado los 33 hombres que siguen atrapados
en la inmensidad de la montaña. Y que siguen estoicos, enteros pese a las
dificultades –hoy atenuadas someramente- y a la espera de su rescate
definitivo. Y que esperamos no solo los chilenos, sino también en todo el
mundo.

Los testimonios de fortaleza
nos han permitido ver la dimensión y calidad humana de un grupo de chilenos y
un ciudadano boliviano que no obstante a las adversidades, tienen la suficiente
fuerza para seguir luchando y salir con vida del trance en que quedaron sumidos
tras el derrumbe en la Mina “San José”.

Ello, también, ha servido
para que –ojalá de una vez por todas- los funcionarios de absolutamente todos
los servicios del Estado, cumplan con su deber, como también hagan cumplir la
ley y legislación pertinente en todo lo que involucra el desarrollo de las
actividades económicas: siempre teniendo como imperativo el cautelar la
seguridad de quienes trabajan en donde sea esté su lugar de trabajo.

Al tiempo que,
efectivamente, quienes incumplen con la ley y legislación laboral –como en este
caso- paguen pecuniariamente absolutamente todos los daños causados y,
penalmente, si al tenor de la gravedad de su actuar (o no actuar) con todo el
peso de la ley.

Aunque los hechos que a
cientos de kilómetros de distancia pareciera no tienen similitud –entre la
Región de Atacama y la Región de la Araucanía- las acciones que tienen a presos
y encausados a integrantes de la etnia mapuche, también se podría esgrimir una
acción de terrorismo al que dueños de ingenios mineros –como es el caso que
está patente- mantengan esos lugares sin las mínimas medidas de seguridad.

En efecto, gran parte de los
presos que están en huelga de hambre están acusados –bien o mal por las leyes
que se invocan- de actos y/o acciones terroristas. Y en el norte lo que ha
ocurrido no solo en la Mina “San José” (después de han sido cerradas varias
Minas que no cumplen con requisitos básicos para su explotación con seguridad)
no podría ser catalogado de otra forma, sobretodo que el lugar –como ha sido
comprobado- no disponía de los trabajos debidamente fortificados por mencionar
solo un aspecto de muchos otros que no se cumplían.

Como aquel dicho que dice
que “no hay mal que por bien no venga”, esperamos fervientemente que todos los
aspectos de injusticia que ha puesto en el ojo de la opinión pública –en el
norte y sur del país- sirva para que nuestros legisladores perfeccionen la ley;
pero sobretodo los encargados de aplicarla, lo hagan y mejoren los aspectos
amagados y solucionen los conflictos con decisión que se mantienen en el
tiempo.

Esperamos, insistimos, que
el espíritu de satisfacción y orgullo que nos embarga por estos doscientos
años, nos hagan reflexionar para acabar y/o mitigar los aspectos que son
necesarios para que todos nuestros compatriotas tengan mejores condiciones de
vida, de igualdad y justicia en lo sucesivo.

Un saludo a todos nuestros
compatriotas donde quieran que se encuentren: un feliz “18” y un lindo
Bicentenario para nuestra querida patria.


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