LOS MINEROS, LOS BURROS Y LAS LECCIONES QUE NOS DEJAN LOS 33
El rescate de cada minero en forma exitosa sigue siendo causa de admiración de mandatarios y personalidades de todo el mundo y de los más variados ámbitos: Presidentes, primeros ministros, monarcas, representantes de organizaciones mundiales, políticos, cineastas, artistas (actores, actrices, cantantes), y periodistas que fueron testigos de la epopeya y proeza sin símil hasta ahora- como la ocurrida en las últimas horas en la Mina San José, en la región de Atacama.
Seguirá siendo noticia por mucho tiempo, pero paralelamente tal como lo han expresado algunos de los mineros rescatados y rescatistas- este accidente que podría haber terminado en una mayúscula tragedia, debe servir para que nunca más ocurra un accidente como el que les tocó ser parte de esta verdadera epopeya, como ya lo dijimos. No, al menos, por causas de irresponsabilidades que lindan en el delito y que -sin duda- tiene nombre y apellidos: los dueños de la Minera San Esteban, dueña de la Mina San José en donde se produjo el accidente y donde quedo claramente al descubierto la falta de medidas de seguridad.
¡Pero que quede claro!. No sólo ellos, sino los funcionarios de organismos estatales que también deberán ser investigados, como por ejemplo: el SERNAGEOMIN (donde ya se han tomado algunas medidas) y en la Dirección del Trabajo (Seremi del Trabajo de la Región de Atacama), por nombrar solo a dos.
La carne es débil y las dádivas son muchas veces no despreciables y compra voluntades. Eso pasa en todas las actividades de la vida humana. Así las cosas, a no extrañarnos. Y las investigaciones si se realizan rigurosamente, no por sus pares- sin duda que pueden deparar sorpresas.
La imagen del minero que desde siempre nos ha mostrado el cine, ha sido el de una persona ya anciana, o al menos barbón, acompañado de sus herramientas y de un burro, caminando por agrestes lugares.
Es posible que en algún lugar remoto aún pueda verse este personaje que busca afanosamente y añora con descubrir el filón del metal preciado que cumpla sus sueños.
Pero hoy, los mineros son hombres que no andan acompañados de un burro. En el caso concreto de la Mina San José, los burros son los dueños del yacimiento, cuyo único interés es explotar su propiedad minera al mínimo costo sin las mínimas medidas de seguridad- y estrujar, esquilmar, las extrañas de la tierra, sin mirar ni menos pensar- en los riesgos que someten a su capital humano. Capital humano que desprecian, pues con accidentes anteriores relativamente recientes, no aprendieron la lección. Y lejos de proporcionar las seguridades, buscan los vericuetos posibles para soslayar sus obligaciones con no poca complicidad de funcionarios que caen rendidos ante caramelos.
El Presidente Piñera que junto a su equipo de ministros y funcionarios gubernamentales, aparte de todas las entidades oficiales y privadas jugaron un papel crucial en el rescate exitoso- no puede desentenderse del trasfondo y de las lecciones que deja la tragedia que significó al principio y la proeza épica que se realizó para el rescate de los mineros, tras descubrirse que estaban con vida.
Por lo demostrado y conocido, la opinión pública debiera estar tranquila ante los anuncios realizados por el propio mandatario al señalar que esa mina no volverá a funcionar. No, al menos que en el futuro se cumplan todos los estándares de seguridad.
Más aún, ha dicho que no solo ésta, sino todas las minas y/o yacimientos que se están explotando, todos los cuales están siendo inspeccionados y evaluados.
Y ha ido más allá, al manifestar que no solo se revisarán las medidas de seguridad en las faenas mineras, sino en las áreas de la industria, en la pesca, en la agricultura, por nombrar algunas. Para abreviar, en todas y cada una de las actividades productivas para asegurar la seguridad y dignidad de los trabajadores; indicando que el tema será de interés central del gobierno.
Por ahora, como la gran mayoría, creeremos que no solo son frases mediáticas, sino sinceras y que se llevará a la práctica una fiscalización exhaustiva que permita evitar accidentes similares y que pongan en riesgo la vida de los trabajadores, de vidas humanas.
Estaremos expectantes ante los resultados del trabajo de quienes ya están trabajando en estos temas por encargo del gobernante.
Por otra parte, quiero creer que el tema mapuche se ha visto minimizado por estos días- por la atención no solo de los chilenos en el inminente rescate de los 33 mineros, sino por los ojos puesto en este rescate sin parangón y que ha sido visto con interés desde cada rincón del planeta. Y que el trabajo que paralelamente lleva adelante el Ministerio del Interior, como el Ministerio de Planificación, entre otros organismos, sigue avanzando y los acuerdos logrados siguen cumpliéndose a fin de que los conflictos más inmediatos se vayan solucionando; al tiempo que los casos que provocaron la huelga de hambre masiva de comuneros mapuches- sigan en la justicia ordinaria, hasta que oídas las partes se dicte sentencia.
Solo lográndose justicia social, equidades, oportunidades y avances en la solución en los más variados aspectos de la vida nacional, nuestros compatriotas, nuestro país será cada vez mejor. Y más admirado aún por la comunidad internacional.
Si hoy somos más valorados y respetados por la fuerza, empuje, tesón y sacrificio de 33 mineros y de la fortaleza de cada uno de ellos, y de todo el despliegue exitoso en torno a su rescate, nuestras autoridades deben redoblar sus propósitos de lograr que definitivamente- se avance y progrese con igualdad, mejorándose a la par con la educación y la salud principalmente, hasta ahora deficitaria y que es crucial para que un país se desarrolle en armonía y con mejor calidad de vida de cada uno de los habitantes.
Todo lo anterior, por los avatares y encrucijada que nos puso la naturaleza, a la par de los esfuerzos que paralelamente se realizan en la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto y maremoto del 27 de febrero pasado.
