DENUNCIAN ESTAR FRENTE A UNA TALA NO AUTORIZADA Y A UN EVENTUAL LOTEO BRUJO

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RESIDENTES DE LA VILLA ALTO PUCALÁN

DENUNCIAN ESTAR FRENTE A UNA TALA NO AUTORIZADA Y A UN EVENTUAL LOTEO BRUJO

. En la República Independiente de Pichilemu, no obstante a que actualmente hay menos perfume de corrupción municipal -como el que provocaron alcaldes que posteriormente fueron condenados por la Justicia- siguen apareciendo casos similares a los que por décadas se suceden cíclicamente. Y que pese a tener ribetes de ilegalidad y, lisa y llanamente de delitos, en algunos casos, quedan impunes.

A la espera de una respuesta de parte de la Contraloría Regional están los vecinos de la Villa Alto Pucalán, un exclusivo y uno de los más caros conjuntos habitacionales del balneario, quienes denuncian al organismo contralor que no se estaría cumpliendo con el contrato de Áreas Verdes –por parte del Concesionario- y por otra, que el municipio no estaría haciéndolo cumplir, pese a que por ello se está pagando

Pero, paralelamente, en la información que envían a “pichilemunews” denuncian lo que -según ellos- sería una tala ilegal en zonas con restricción (R-1) y que se estaría ante un eventual loteo brujo en las cercanías del lugar en que está emplazada esta Villa, que también está en sectores –si no ahí precisamente- muy próximos a la Zona R-1 y donde necesariamente hubo que hacer accesos interviniendo quebradas con cursos de agua.

Una zona que por cientos de años permaneció incólume, con vegetación autóctona, como maquis, boldos, quilas, nalcas, berros, entre otras especies. Y que –también- con la bendición del “espíritu santo” fue intervenida, lo que se conocía en un tiempo largo como la “Quebrada del León”, y también, durante años, como la “Quebrada del Cocinero”, historia esta última que motivó hace unos pocos años atrás, que la Agrupación de Audiovisualistas llevara a hacer un cortometraje denominado “El Cocinero de Ross”.

TALA de BOSQUE

Las informaciones que nos hacen llegar integrantes de la autodenominada Agrupación de Mejoramiento Vivienda y Entornos  Alto Pucalán, AMVEAP, propietarios de un sector cuya inversión superó –según indican- más de US$6 millones, en un sector que está rodeado de vegetación autóctona y de quebradas con cursos de agua, las que ahora estarían en peligro por la basura vegetal que están botando quienes talaron bosques en una zona protegida y con restricciones para construir.

En su nota, indican y se preguntan:

¿Es que acaso Pichilemu se encuentra al margen de la ley?

¿Dónde están los funcionarios de la Dirección de Obras del municipio?

¿Dónde está la planificación de futuro en la comuna cuando los turistas buscan entornos naturales, aguas limpias y vista libre al océano, hastiados de vivir en ciudades llenas de cemento?  

Y agregan al respecto que se han endeudado hasta en treinta años, para luego ver que el entorno frágil se vulnera y el ecosistema es destruido sin que los organismos respectivos hagan algo efectivo para detener esta destrucción.

Las situaciones indicadas: tala de árboles y eventual loteo, son situaciones que -creemos- debería contar con el control y fiscalización de la CONAF, por una parte, y por la D.O.M., por el tema de hacer cumplir la normativa del Plano Regulador (PR) y la Ley General de Urbanismo y Construcciones, una ley que en Pichilemu, por décadas y permanentemente, es pasada a llevar, vulnerada, “violada” por los Loteadores que un día presentan un Plano de Loteo –para que sea aprobado- y que posteriormente lo cambian por otro, donde sobretodo las Áreas Verdes se las meten “ahí mismo”, con la complicidad de los profesionales (¿?) que firman –sin asco- esos cambios.

En este aspecto, no solamente hacen desaparecer áreas verdes (Villa Lugano 1 y 2), Parques (Parque “San Antonio”) y que pese a ser mantenidos en el Plano Regulador como “área verde” lo lotean e incluso promocionan radialmente la venta de sitios. Eso pasa y sigue pasando en la República Independiente de Pichilemu.

Otro caso es en la Villa “Cuatro Colinas” donde junto con no considerar “área verde”, el loteador de la noche a la mañana “hizo desaparecer” una calle, en la Manzana en donde durante los últimos años arrienda para que se instale un Circo.

Todo ello con la complicidad de directores de obras, arquitectos y de autoridades que no solo “han hecho la vista gorda”, sino que han colaborado con mano de obra municipal (pagada con recursos públicos) para que el Señor Loteador ponga –por ejemplo- “aceras con zarpas”.

Todas estas situaciones y otras similares, han sido denunciadas no solo una y otra vez, en el Concejo Municipal, en la SEREMI de la Vivienda y Urbanismo, a la SEREMI de BB.NN., a la Contraloría, al Concejo de Defensa de Estado; pero lamentablemente “sus esfuerzos” en regularizar estas irregularidades y otras que revisten el carácter de delitos, simplemente los pasan por alto.

Otras situaciones han sido denunciadas a la Fiscalía local, pero tienen tanto trabajo que optan por no involucrarse. ¡Así de simple!

Otro tanto pasa con las inscripciones de propiedades fiscales, bienes nacionales de uso público (plazas, calles), parte de propiedades municipales que, finalmente son inscritas por privados.

¿Y las autoridades comunales?

En la mayoría de las situaciones, con muy raras excepciones, es como si lloviera.

No lo vamos a saber nosotros, si pusimos decenas de denuncias en el Concejo Municipal entre 1996 y el 2004 y en la mayoría de los casos “mutis por el foro”. O, cuando mucho se acordaba realizar una acción reivindicatoria, pero el alcalde Jorge Vargas se encargaba de que esta llegara solo a donde (le) convenía. ¿O no fue así?

(Díganme que no fue así y le expongo algunos casitos).

  


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