TECNOLOGÍA DEL PRESENTE Y UN TESTIMONIO DEL PASADO

Para evitar accidentes en intersección urbana de miedo

TECNOLOGÍA DEL PRESENTE Y UN TESTIMONIO DEL PASADO

A Dios gracias nunca hubo que lamentar una desgracia de proporciones en el pasado –con muertos, heridos graves o menos graves- en la intersección de las calles Federico Errázuriz, José Joaquín Prieto y la diagonal Avenida Agustín Ross.

Pues ello, a no mediar los nervios de acero del Tito Orellana o de don Agustín Ramírez en su micro Ovalle Negrete y su Taxi Ford A, respectivamente, podrían haber arrollado a “cabritas” con sus caballares y obviamente a sus pasajeros, provocando un dantesco accidente de imprevisibles consecuencias.

Felizmente ello nunca ocurrió, pero estuvo en más de alguna ocasión a punto de pasar, y hoy esa probabilidad se desvanece con el moderno equipo de semáforo en esas esquinas problemáticas por décadas. Sobretodo en fines de semana largos y por supuesto, con mayor razón en pleno verano. Todo ello agudizado por el creciente comercio e instalación de servicios públicos –que generan mayor movimiento- como lo son el Servicio de Impuestos Internos y un Banco.

Ese sistema recién puesto en actividad el recién fin de semana pasado genera orden y seguridad tanto para conductores de vehículos como de los peatones, amén de un claro y evidente signo de modernidad, de progreso.

Así y todo, algunos no han dejado de quejarse de que el sistema genera hasta ahora sus contratiempos: en otras palabras, “tacos”; pero como es fácil concluir éstos debieran ser de menos segundos de espera, a medida que los trabajos en la calle Evaristo Merino se resuelvan.

A propósito de ello, no se sabe cuántas semanas demorarán, puesto que la rotura de la tubería de alcantarillado existente se ha ido profundizando y anoche, por ejemplo, vimos cómo las excavaciones en el tramó al costado del edificio del ex Casino tiene varios metros de profundidad y una gran máquina excavadora está trabajando. Al tiempo que vimos cómo se producen regularmente pequeños derrumbes de material al estar escurriendo aguas servidas y reblandeciendo el terreno.

RESULTADOS

Pero, volviendo al tema del semáforo en la intersección señalada, como peatón atravesamos con más seguridad al tiempo que observamos cómo los transeúntes pasan más fluidamente, mientras los vehículos esperan su turno.

Y mientras algunos le encuentran las incomodidades y la “quinta pata al gato”, nosotros tomamos resueltamente partido de esa medida de progreso que hace ya varios años fue propuesta en el Concejo Municipal y que esperaba su turno. La decisión tarde o temprano había que priorizarla, tal cual ocurrió con el otro sistema instalado en las esquinas de Comercio y Los Aromos, en el sector de Infiernillo, a una cuadra del Aeródromo.

Dentro de nuestros archivos fotográficos, buscamos el testimonio gráfico que nos sirve para dar sustento a nuestro artículo y que conseguimos hace algún tiempo con una de las hijas del empresario del transporte de pasajeros, Tito Orellana, casado con una pichilemina, y que cada verano en la década del ’50 aparecía desde Santiago con su moderna micro –del recorrido Ovalle Negrete- a prestar sus servicios desde la Estación de Ferrocarriles a otros sectores con un recorrido hacia La Terraza e Infiernillo y viceversa.

La foto corresponde al año 1958 según aparecía anotado con lápiz, no así el nombre del autor, es decir el fotógrafo que capturó “con ojo periodístico” ese inminente accidente, donde aparecen las típicas “cabritas” atravesándose delante de los vehículos.


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