Criminóloga chilena analiza el perfil del terrorista noruego
Fuente: La Segunda online
Doris Cooper piensa que Anders Behring es un sicópata social con una base esquizofrénica.
Esta mañana, el noruego Anders Behring Breivik dijo que su objetivo al matar 93 personas era “castigar a la socialdemocracia”, por traicionar al pueblo fomentando la “importación masiva de musulmanes”.
Pero hizo algo más. Pidió un juicio público. Quería que todo el mundo se enterara de lo que hizo.
La criminóloga Doris Cooper parece tener claro el perfil de este terrorista:
– El es un sicópata social, pero se ancló en esta ultraderecha. Probablemente ha pertenecido a uno o varios grupos ultraderechistas nacionalistas y desarrolló un gran rechazo a los inmigrantes. De todos modos tiene una base esquizofrénica, que se le declara al punto de planear esta masacre.
Apunta Cooper a que el noruego finalmente no apunta a matar a los inmigrantes, sino que se centra en hacer un llamado de atención al mundo, con víctimas que no tienen conexión directa con esta ideología extrema.
– Su cerebro intenta hacer un llamado de atención a Noruega y al mundo entero con esta masacre de primera plana.
Y llama la atención sobre otro hecho:
– A pesar de que se define como ultraderechista, en sus memorias rotula a una de sus parejas como marxista. Y plantea que tiene al menos a cuatro chilenos conocidos que son socialistas marxistas. Eso llama mucho la atención, porque en su cerebro circula el rechazo a las religiones musulmanas junto al marxismo.
Explica que los perfiles de personalidad psicópata no se pueden controlar con medicamentos, como sí ocurre con patologías como la esquizofrenia. Y, sin embargo, “lo increíble es que ambos, tanto el carácter psicópata como el perfil esquizofrénico, son de carácter genético. Nosotros venimos programados con esas enfermedades. La diferencia es que hay genes tan potentes que se van a expresar igual, en tanto otros sólo se manifiestan producto de hechos extraordinarios. En el caso del terrorista noruego, este individuo hace bastante tiempo que venía preparando esta matanza”.
El gran drama, señala la criminóloga, es que el megaterrorismo viene de todas maneras en la época actual, producto de la alta tecnología, y obviamente viene asociado a temas polémicos del momento.
– Hoy estamos muy expuestos a que de pronto un pequeño grupo o una sola persona enferma mental grave pueda cobrar muchas vidas e incluso hacer desaparecer una ciudad completa.
– Aquí estamos hablando de un fanático antiinmigrantes…
– Lo que sucede es que todo sujeto esquizofrénico utiliza ciertas simbologías. El emplea cierto tipo de ropas, armamentos y fotografías imitando las grandes batallas que se dieron en la Edad Media. La simbología histórica de alguna manera puede, de repente, convertirse en un símbolo de identidad y desencadenar una escalada de masacres similares.
– ¿Cómo impedirlo?
– Es habitual que este tipo de personas dé señales previas, salvo que, como el caso del hombre en el Transantiago, algo le gatille una acción inmediata. Los enfermos mentales deben estar controlados con medicamentos. En los perfiles sicópatas no hay caso. Entonces, las labores de inteligencia van a tener que ser mucho más finas y utilizar otros medios para ir pesquisándolos. No es una cuestión de paranoia, sino de prevención. Estos sujetos suelen presentarse con bastante antelación en la web. Hay que estar atentos.
