MINISTRO CRUZ-COKE ANUNCIA CAMBIOS EN LOS PREMIOS NACIONALES Y MÚSICA CHILENA EN VIVO

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Ministro Cruz-Coke anuncia cambios en los PREMIOS NACIONALES y música chilena en vivo

 

Fuente: La Segunda online

 

La arremetida del ministro incluye, además, el nuevo plan de reconstrucción, Ley de Televisión Digital y la más grande modificación a la Ley de Donaciones Culturales. Todo dentro de la Cuenta Pública Anual que entregó en Arica.  

El ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, entregó su Cuenta Pública Anual durante la inauguración de la Octava Convención de Cultura, que este año se realiza por primera vez en Arica.

Un punto destacado son los cambios en los Premios Nacionales. “Quiero anunciar que el Presidente de la República enviará la próxima semana al Congreso Nacional el proyecto que modifica la Ley de Premios Nacionales integrando en el jurado al Consejo Nacional de la Cultura, como corresponde que esto sea”, señaló.

Con ello, el ministro de Cultura al jurado de los Premios Nacionales de Arte, donde actualmente no participaba. En casos como los de Artes, reemplazaría al ministro de Educación, mientras que en el de Literatura se suma a él. Esto significa, además un cambio presupuestario, porque el monto del premio pasaría del Mineduc al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

Música en vivo en cafés o restaurantes

Otro punto destacado es el proyecto -ya ingresado- que crea la patente de “Salones de música en vivo”, que permitirá a los restoranes, bares, salones de té y cafeterías obtener permiso para recitales. Esta legislación ya ha sido aprobada en la Cámara de Diputados y pasó a segundo trámite en el Senado.

También se recordó el envío de un proyecto que establece por ley una línea de financiamiento para fomentar la programación de la música chilena en radios y otros medios de comunicación. La idea, se precisó, es “generar un sistema de estímulos y financiamiento para que las radios incluyan en su programación al menos un 20% de música nacional entre las 8 y las 22 horas”.

Ley de Televisión Digital

Cruz-Coke también señalo que, dentro de las indicaciones que el Gobierno ha enviado al Congreso para el proyecto de Ley de Televisión Digital Terrestre, se incluye que se establezca en esta ley la participación del Consejo Nacional de la Cultura, “tanto en la determinación del carácter cultural de los programas que sean financiados o subsidiados por el CNTV, así como en los Comités asesores que hasta hoy sólo contemplaban a otros organismos del Estado como los Ministerios de Educación y Transportes”.

Con esto, “se repara así una carencia inexcusable respecto de la institución encargada de definir las políticas culturales en el país”.

Además aprovechó de esbozar las políticas culturales 2011-2016 que serán dadas a conocer este domingo, al cierre de la Convención de Cultura.

“El resultado de un amplio y serio proceso de consulta ciudadana, convocado precisamente para recoger diagnósticos y propuestas e instalar temas en la agenda cultural del país, permitiendo la expresión de diversas visiones y perspectivas”.

Una nueva etapa para la reconstrucción cultural

Luciano Cruz-Coke sonríe cuando le preguntan qué piensa al ser uno de los ministros mejor evaluados del actual gobierno. De hecho, corrige que “el primero es Laurence Golborne”.

Anuncia, por ejemplo, la segunda edición del programa de Reconstrucción Patrimonial. Segundo, la propuesta de reforma a la ley de donaciones culturales. Todo en un marco que -reconoce- busca acercar a la comunidad y acelerar los procesos heredados de gestiones anteriores.

“Cuando nosotros asumimos no había fondos para el patrimonio en Chile. No había manera de financiarse. No los tiene el Consejo de Monumentos, la Dibam ni nosotros”, explica. Así que solicitaron al Ministerio de Hacienda reasignar $2.500 millones en recursos para ir en ayuda de inmuebles entre Valparaíso y Biobío. El sistema era: el Estado ponía hasta cien millones y las empresas o fundaciones ponían la otra parte. O la misma comunidad.

Son 34 proyectos que incluyeron varios templos como la reparación de la Catedral de Concepción o la recuperación del Santuario de Santa Rosa de Pelequén. “Acá hay un factor intangible importante. Uno va a las inauguraciones y comprueba cómo la comunidad forma parte de estos lugares, más allá de lo meramente arquitectónico”.

También se repusieron los tritones de la Plaza de Armas, la rehabilitación de la biblioteca Severín de Valparaíso o el frontis del MAC.

Actualmente, explica el ministro, quedarían sólo dos obras que deberían partir en las próximas semanas: La Matriz de Valparaíso y la Casa de la Cultura de Rancagua.

-Esta vez hemos aumentado a 120 millones de pesos la parte que pone el Estado. La gracia es que la otra parte se adscribe a la ley de donaciones culturales. Esto se sumaría además la participación de la ciudadanía en la reconstrucción. Y vamos a ampliarlo a todo el país, dando la prioridad a los que fueron afectados por el terremoto y que no alcanzaron a figurar en este programa.

-Evidentemente, comenzar con un terremoto no estaba en los planes…

-Estamos apelando a generar un fondo de carácter permanente que no es éste, de carácter transitorio. La idea es generar conciencia: tenemos fondos para cine, la música, el libro… pero es inconcebible que en un país que tiembla como tiembla acá no exista un fondo para terremotos. Es prioritario. Mira lo que pasó con las iglesias del norte.

Ampliar la Ley de Donaciones Culturales

-¿Cómo funcionaría la modificación a la Ley de Donaciones Culturales?

-El aporte privado que existe en cultura es muy menor. Alcanza, generosamente, a un 9%… Si sumamos los fondos de desarrollo regional, el Consejo de la Cultura, reparticiones públicas, DIBAM y Donaciones Culturales.

-No es una cantidad tan alta…

-En general en países como Brasil, Francia o Estados Unidos, el aporte público es menos y el privado es bastante mayor. Eso tiene que ver con cierta cultura de la donación que no tenemos. Tenemos la ley Valdés, a la que se le han hecho algunos retoques. O las donaciones culturales, algunas en donde a veces ha habido ciertos malos usos. Por eso, en general, la posición de Hacienda respecto de exenciones tributarias suele ser un poco resistente.

-¿Cuál sería la diferencia comparada con el modelo que existe hoy?

-Actualmente sólo pueden donar empresas de primera categoría o personas naturales que contribuyen por el global complementario. Nosotros queremos ampliarlo a quienes contribuyen a través del impuesto adicional: extranjeros con inversiones en Chile. También empresas que registren pérdidas, porque tú puedes tener pérdidas contables un año y al año siguiente no. Ahora se va a calcular sobre el capital propio de la empresa y se va a poder donar. Los trabajadores dependientes también estarán incluidos.

-¿Cuál sería la mecánica?

 Por ejemplo, si tú trabajas en una empresa X y el día de mañana en conjunto quieren hacer una biblioteca ahí, puedes lograr que una parte la ponga el empleado y el empleador. Y también se incluirán personas que contribuyan con el impuesto a la herencia, que no tienen ningún incentivo. Por ejemplo si quieres donar una colección a una biblioteca, de todas formas deberías pagar un impuesto, ¿te fijas?

-¿Y quiénes serían los nuevos beneficiarios?

-Antes podían ser sólo corporaciones y fundaciones. Ahora pueden ser privados dueños de monumento nacionales. También se incluirán pequeñas empresas culturales cuyos proyectos sean aprobados por el comité de donaciones culturales. Por ejemplo, proyectos de una productora de cine de carácter cultural. También instituciones públicas relacionadas con la DIBAM que no están implícitamente señaladas en la ley.

-¿Cambian los plazos también?

-Antes era de dos años incluyendo la aprobación y ejecución. Ahora se te puede aprobar con un plazo de un año para que encuentres al donante. Cuando lo consigues, avisas al comité y recién ahí parten tres años para que se pueda ejecutar el proyecto.

-¿Sientes que con estas medidas se está modernizando un sistema que necesitaba urgente cambios?

-Lo que hemos buscado es atacar los nudos gordianos que había en cultura hace mucho tiempo. Primero, mejorarlo administrativamente, para que sea más ágil. Estamos digitalizando los Fondos de Cultura, para que postular sea algo más ágil y no engorroso.

-En otra entrevista decías que había muchos cargos y funciones “duplicados” en otros ministerios y eso ralentizaba todo.

-Nosotros tenemos un Consejo de la Cultura que es un servicio. La parte patrimonial está a través del Consejo de Monumentos y la Dibam. E incluso en el MOP o Cancillería. Lo que estamos apostando es a tener un proyecto de Ministerio de Cultura, como anunció el Presidente en mayo.

-Aumentar la participación privada es otro tema importante, ¿no?

-Hoy la participación privada es muy baja, creemos que puede subir exponencialmente. Más allá del aporte que tiene que hacer el Estado directamente. Que no se piense, bajo ningún punto de vista, que la participación de privados vaya en detrimento del Estado. Eso no puede ser y quiero aclararlo aquí mismo (sonríe).

-¿Y cómo van las regiones? Durante mucho tiempo hubo un innegable centralismo.

-Tenemos el 57% de la infraestructura en Santiago. Y apuntamos a cambiarla. Vamos a construir tres teatros, Biobío, O’Higgins y La Serena. La idea es que puedan irrigar los 51 centros culturales planificados por la administración anterior. Recibimos tres, este año tenemos diez y esperamos a finales de 2013 terminarlos (toca madera y sonríe).

 


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