MATRIMONIO DE ARTESANOS PICHILEMINOS CELEBRARON 50 AÑOS CASADOS

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LUIS GONZÁLEZ GONZÁLEZ Y MARGARITA SOTO RETAMALES

MATRIMONIO DE ARTESANOS PICHILEMINOS CELEBRARON 50 AÑOS CASADOS

– La greda y el mimbre -la materia prima de sus oficios artesanales- ayudó a crear y cimentar el amor que todavía les une, junto a sus hijos, nietos y biznietos. 

En estos tiempos en que los matrimonios duran poco y por otra parte no pocos prefieren el “matrimonio sin libreta”, en donde prevalecen intereses ajenos que superan el amor conyugal, celebrar cincuenta años es toda una proeza. ¡Casi una verdadera epopeya!

Así y todo, eso es lo que celebraron el matrimonio que un día 16 de Septiembre del año 1961 se juraron ante el altar y ante Dios, amor eterno hasta que la muerte los separe. Ellos son Luis Armando González González y Margarita Soto Retamales, de los poblados rurales de El Copao y Barrancas, respectivamente, en la comuna de Pichilemu.

No sería raro que –considerando que ambos poblados están separados por unos cuantos kilómetros- que el Apóstol San Andrés haya sido, indirectamente, el Cúpido que permitió en la festividad que se conmemora cada 30 de noviembre en Ciruelos, el que influyó para que en ambos naciera el amor que posteriormente los llevó al altar.

Hoy, un poco más de 50 años después, sus nueve hijos le organizaron una celebración para que a través de una liturgia renovaran sus votos y el sábado recién pasado, el Cura Párroco de Pichilemu, sacerdote Pablo Donoso fue quien realizó el ritual católico, donde don Luis y doña Margarita muy solemnemente, en su casa habitación, en El Copao, y ante casi un centenar de testigos –entre hijos, nietos y biznietos, nueras y yernos- y amistades, el matrimonio renovó sus votos y vivió momentos tan emocionantes como hace medio siglo.

Varios invitados especiales –entre los cuales estaba una colaboradora de “pichilemunews”- tuvieron también, el privilegio de presenciar la ceremonia, como también, más tarde, ser partícipes de todo aquello que estaba preparado.

Sus hijos mayores: Luis y Ana fueron sus padrinos, en tanto los demás los secundaban, Jorge, Eufemia, Carmen, Juan, Rosa, José y Mario. Sus veinte (20) nietos y tres biznietos también fueron testigos del momento.

Tras la ceremonia, vinieron los brindis en honor a los “cinquenteañeros”, el baile de los novios –un vals- y enseguida -¡cómo no!- tres pies de cueca bien zapateados y celebrados.

Las mistelas, ponche, tinto y blanco –aparte de otros bebestibles- fueron parte de la fiesta. Al igual que un “cotelé” bien abundante como se usa en el campo donde no faltó el bizcochuelo y otras delicadeces y manjares.

Pero eso no fue todo –nos cuenta la maravillada invitada- sino que después vino una cena en donde no faltaron las aves de corral –como gallinas, pollos y pavos- y carnes por doquier;  ricas ensaladas con “pencas y chaguales” –como dice la popular canción pichilemina de Hugo Díaz Jirón- y varios otros aderezos, para culminar con postre y torta. Todo un festín como se estila celebrar en el campo, donde a las visitas no hay que demostrar “pobrezas”, sino todo lo contrario. Es decir, la mejor riqueza que tienen las familias del campo: la hospitalidad.

Y como si todo fuera poco, a cada uno de los familiares e invitados se les entregó como recuerdo, un cántaro de greda en miniatura con dos argollas y la lectura alusiva a las Bodas de Oro y las fechas de ambas celebraciones. Asimismo, un canastito de mimbre, también en miniatura relleno con semillas, regalos que lucían orgullosos.

Obvio, la fiesta siguió con bailoteo hasta altas horas de la madrugada. Con decir, que nuestra colaboradora pudo recién escaparse a las 4.30 AM y la fiesta estaba en todo su apogeo, lo que fácilmente hace presumir que duró hasta que las velas no tenían mecha y los zapatos pedían respiro.

“pichilemunews” que conoce al matrimonio de artesanos y es amigo de Luis y Jorge, les felicita muy sinceramente por esa “caterva de años” en matrimonio. Y los insta a hacer los trámites ligerito para recibir el Bono instituido para aquellos matrimonios que alcanzan los 50 años unidos en el sagrado vínculo matrimonial.

  

 


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