CONCERTACIÓN: "AQUÍ, UNA VEZ MÁS, PERDIMOS TODOS"

Concertación: «Aquí, una vez más, perdimos todos»

Fuente: La Segunda – Por: Claudia Valle

Con una mirada crítica, el abogado DC compara a la oposición con el futbolista que «una y otra vez intenta postergar el retiro, transformándose en un pálido reflejo de lo que fue». «Si respetamos nuestra historia, dejémoslo tranquilo, no lo sigamos manoseando».

Sin contemplaciones, el abogado y columnista DC Jorge Navarrete evalúa el debate en el que se enfrascó la Concertación desde los primeros días de septiembre. A su juicio, los problemas de su coalición «son tan psicológicos como políticos, porque se reacciona en forma histérica frente a dificultades propias de cualquier coalición , haciendo grandes aspavientos y alardes verbales, para después concluir en soluciones y ritos que no guardan relación con la envergadura que le asignábamos al problema». En ese sentido, señala, «hay algo que Gobierno y Concertación hacen igualmente bien: defraudar las expectativas».

-El panorama que se ve hoy en el bloque opositor es muy similar al de hace un mes. No se reformuló la coalición ni se resolvió su ampliación. ¿En qué se avanzó luego de un mes de debate?

-Continuando en la deriva psicológica, la Concertación tiene un serio problema de identidad. Por una parte, algunos parecieran creer que la única manera de construir un proyecto político de futuro es renegando del pasado y desconociendo así la paternidad de lo que se construyó durante dos décadas en el poder. Por la otra, hay varios que se han aferrado al pasado, intentando una y otra vez revivir la épica y un discurso de otro tiempo. Ambos planteamientos son absurdos. Se requiere cerrar una etapa, lo cual no es sinónimo de menospreciarla. Lo importante ahora es responder a la pregunta de qué queremos hacer, para después avanzar en el cómo y con quiénes.

-La coalición no despejó tampoco la forma en que se relacionará con las organizaciones sociales…

-¡Qué paradoja! Toda esta trifulca se inició con motivo de la discusión de cuán amplia debía ser la Concertación y cómo ésta debía vincularse con los movimientos sociales, para terminar un mes después con un documento elaborado entre cuatro paredes, sin ninguna participación de los grupos que tanto se quiere incorporar, y en una ceremonia cuya estética se asemejaba más a un club de generales en retiro.

-¿A qué atribuye que el documento no haga referencia a la necesidad de contar con un candidato único elegido en primarias?

-En efecto, a falta de propuestas de fondo, hubiera sido recomendable escuchar algunas de forma. Creo que no hay un real consenso interno en torno a la necesidad de contar con un candidato único, salvo quizás en el caso de Michelle Bachelet. Mientras ella no tome una decisión, seguirán pendientes muchas definiciones tácticas. Dicho de otra manera, las reglas del juego se acomodarán según quiénes sean los participantes.

-¿Es un buen camino haber optado por contener las diferencias y no tomar decisiones sobre temas fundamentales?

-Ahí está lo central del problema. No tenemos un diagnóstico común y tampoco queremos confrontar nuestras diferencias. Y no me refiero sólo a las causas de la derrota electoral, sino, ciertamente más importante, a lo que debemos proponerle al país para los próximos años. Súmale a eso un serio deterioro de las confianzas internas y, hoy por hoy, lo único que mantiene unida a esta coalición es una mezcla de inercia política con la expectativa de recuperar el poder.

«Quizás Girardi termine siendo parte de las nostalgias»

-¿No sería más sano que algunos tomaran la decisión de romper definitivamente con la coalición? Hace tiempo que varios no se sienten cómodos. Girardi planteó ayer que «la Concertación va a ser parte de nuestras nostalgias».

-Para terminar una etapa hay que iniciar la siguiente. Eso significa, ahora y no después, construir un detallado programa de gobierno, donde en todos los ámbitos y con propuestas muy concretas se explique cuál es la real oferta que queremos hacerle al país. Eso develaría nuestras diferencias y esclarecería cuán insalvables son. Y sólo ahí Girardi podría tener razón. Más todavía, quizás él termine siendo parte de las nostalgias.

-Pero si ya hay algunos que no creen en la Concertación, ¿por qué no renuncian de una vez por todas?

-Ufff….. Por varias razones: el peso de la tradición, la nostalgia, el cariño, la falta de coraje, el miedo a perder los privilegios, por la perplejidad que paraliza, porque no se conoce otra cosa, la lealtad o quizás la esperanza de que las cosas mejorarán. Yo también me he hecho varias veces esa pregunta.

-A tu juicio, ¿quién ganó en este proceso? Andrade, por ejemplo, dijo que el PS cumplió todos los objetivos que se fijó en esta etapa.

-¿Qué objetivos? ¿Cuál etapa? Aquí, una vez más, perdimos todos. Nada más patético que ese otrora gran jugador de fútbol que una y otra vez intenta postergar el retiro, transformándose en un pálido reflejo de lo que fue. Si respetamos nuestra historia , dejémoslo tranquilo y no lo sigamos manoseando. A otra cosa, mariposa.

-En la mitad del conflicto estudiantil, ¿era un buen momento para tener esta discusión?

-Primero, no creo que haya habido una discusión. Segundo, en este país nunca parece ser un buen momento para debatir estas materias y adoptar definiciones. Incluso más, en un período de ebullición social, de desconexión y descrédito de la clase política, es cuando más urge el liderazgo y la conducción. Si no es ahora, ¿cuándo?


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