Luego de rendir la prueba de lenguaje esta mañana, algunos salían con caras de amargura, otros, más alegres. Un alumno lituechino, que no quiso identificarse, señaló a «El Marino» que «casi me muero de lo difícil que estaba»; por otra parte, un marchigüano dijo estar «confiado de mis capacidades, estudié lo suficiente y se que me irá suficientemente bien para estudiar lo que quiero (ingeniería comercial)».
Esta tarde los alumnos rinden la prueba de ciencias, y mañana se toman los exámenes de matemáticas e historia.