Queridas compañeras, queridos compañeros:
El diÌa de ayer hice puÌblico el resultado del proceso de reflexioÌn que, tal como invitamos a hacer en la declaracioÌn del Frente Amplio, viviÌ personalmente para definir mi voto de segunda vuelta. Sé que después de ser candidata presidencial durante 8 meses, se asume que tengo un rol particular. A mí, sinceramente, me gustaría volver a sentirme como una ciudadana frenteamplista más.
Para miÌ no es nuevo esto de decir puÌblicamente como voto. Lo hice como periodista, y lo hago ahora como ciudadana, destacando que no se trata de un llamado, porque el llamado ya lo hicimos colectivamente invitando a toda persona que se sienta frenteamplista a expresarse en las urnas de acuerdo a sus propios anaÌlisis y convicciones. Y es precisamente lo que hice. Reflexionar sobre cuál sería mi posición.
Entiendo también que son las personas las que deciden su voto. Más allá de mi decisión particular, como lo he sostenido siempre.
¿Cómo llegueÌ a esta decisioÌn personal? Bueno, más rápido de lo que pensé. Las declaraciones de SebastiaÌn Piñera acusando un fraude con votos premarcados en favor de dos candidaturas, entre ellas la nuestra, me indignoÌ. Me indignoÌ porque nadie mejor que el Frente Amplio sabe que jugamos limpio, que recorrimos con conviccioÌn y con mucho esfuerzo de Arica a Punta Arenas para hacer crecer nuestro proyecto y transformar Chile. Lo que deja en claro Sebastian Piñera, una vez más, es que para él todo vale. Pasa por encima de los votantes, los vocales, los apoderados y toda la gente que trabaja para que podamos tener elecciones confiables en Chile, e instalando un escenario que podriÌa permitirle desconocer los resultados en caso de una derrota. Eso me resulta simplemente intolerable. Una persona así no puede gobernar.
Por eso dije que ademaÌs de ser un retroceso, como explicamos y argumentamos en la declaracioÌn del Frente Amplio, su denuncia irresponsable de ayer lo transforma tambieÌn en un riesgo que afecta precisamente uno de los componentes de la democracia chilena del que siÌ podemos estar orgullosos, como es todo lo que ocurre los diÌas de elecciones, desde la instalacioÌn de las mesas al conteo de los votos. Además, y esto tenemos que tenerlo muy presente, poner un manto de dudas sobre los procesos electorales en nuestro país implica preparar desde ya el escenario adverso para cuando proyectos transformadores como el nuestro alcancen el respaldo de la mayoría de las chilenas y chilenos.
TambieÌn dije ayer algo muy claro, insistiendo en las liÌneas de nuestra declaracioÌn: Guillier debe hacer más para acercarse a quienes creen en nuestro programa como esperanza de un Chile distinto. Pero esa es su responsabilidad.
Después de tomar la decisioÌn de hacer puÌblica mi decisioÌn de voto personal, lo comuniqueÌ a la Mesa del Frente Amplio y al Equipo PoliÌtico que encabezoÌ la candidatura, quienes expresaron en algunos casos diferencias, pero entendieron mis argumentos y compartieron que esta definición personal se hace precisamente en el marco de los acuerdos que como Frente Amplio tenemos y presentamos la semana pasada.
Para terminar, reitero lo que planteamos en la declaracioÌn colectiva: esto no significa ni una negociación, ni cargos, ni modificar nuestro rol como opositores al gobierno de la Nueva Mayoría.
Por último, mis infinitas y rotundas gracias a todas y todos con quienes hemos ido recorriendo este camino de construccioÌn del Frente Amplio y especialmente a los que como voluntarios apoyaron permanentemente la candidatura.
Y la invitacioÌn a que cada frenteamplista siga desarrollando sus reflexiones en libertad para resolver su voto de segunda vuelta, sigue abierta y extendida. Sin embargo, creo que maÌs importante que el 17 de diciembre, es lo que empieza el diÌa siguiente: seremos la principal fuerza de oposicioÌn, organizada, independiente y popular que seguiraÌ creciendo y avanzando en todo Chile.
Nuestro objetivo estos cuatro años es respaldar a nuestros parlamentarios y parlamentarias electos y prepararnos para darle un gobierno transformador a Chile.
Un gran abrazo,
Beatriz Sánchez