El veredicto condenatorio fue por unanimidad. «El Ministerio Público y los abogados querellantes acreditaron fehacientemente los hechos de la acusación como la participación del condenado en ellos, por lo que se le condenó a presidio perpetuo calificado, la sanción más alta establecida por la ley chilena y que implica que el condenado estará privado de libertad de por vida», señaló la jueza vocera del Tribunal Oral en lo Penal de Santa Cruz, Paulina Delgado.
El juicio oral se llevó a cabo íntegramente de forma presencial.