La expectación es enorme. Los rumores se disparan. Las apuestas están sobre la mesa. Y nosotros… nosotros no les diremos nada.
Aquí podríamos contarles quiénes son los artistas que animarán la Semana Pichilemina. Podríamos escribir sobre los shows, las fechas y hasta los detalles más triviales, pero no lo haremos.
¿Por qué? No porque no lo sepamos, sino porque, a diferencia de las radios, a los medios escritos no nos financian para hacerlo.
La Municipalidad de Pichilemu ha decidido una vez más que solo los medios radiales merecen respaldo económico. Prueba de ello son las licitaciones anuales que permiten a ciertas emisoras llevarse jugosos contratos para la difusión de actividades municipales. Todo perfectamente ordenado, con órdenes de compra y financiamiento asegurado.
La última licitación, publicada el 14 de febrero de 2024, no deja espacio para dudas: «adjudícase licitación pública 3810-33-LE24 para contrato de suministro de emisión radial para difusión de actividades de Ilustre Municipalidad de Pichilemu, año 2024, […] presupuesto anual referencial $ 15.000.000 (por las 3 líneas)».
¿Podría decirse que esto es un asunto de la administración anterior? Claro, pero los hechos demuestran otra cosa. En los meses de enero y febrero, la actual administración municipal ha contratado y emitido órdenes de compra por «servicio emisión radial» con montos cercanos a los $500.000 para cada emisora.
Mientras tanto, los medios escritos, que también informamos a la comunidad, seguimos esperando. No un favor, no un trato especial, solo el mismo reconocimiento que ya se les da a las radios. Pero parece que la tinta y el papel (o el formato digital) no suenan tan bonito en el dial municipal.
Así que, si quieren saber qué artistas vienen, sintonicen la radio de su preferencia. Eso sí, si están fuera de la comuna (o incluso simplemente manejando por la Ruta 90), lamentable por ustedes, se pierde la señal.
Y si algún día se preguntan por qué la prensa escrita local no cubre ciertos eventos municipales, recuerden: para la corporación local, la pluralidad informativa no se mide en compromiso, en trayectoria o en alcance. Se mide en decibeles (u otros compromisos, quién sabe).
Hasta que alguien en la municipalidad recuerde que la comunicación no solo viaja por ondas radiales, sino también en palabras escritas, disfruten del misterio.